Las mujeres con VIH y un sistema inmunitario débil tienen más probabilidad de tener bebés con retraso de crecimiento

Las mujeres embarazadas con VIH y un sistema inmunitario debilitado corren un mayor riesgo de tener un hijo con retraso del crecimiento intrauterino, según informa un equipo de investigadores tailandeses en la edición de 1 de abril de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.

Michael Carter

El retraso del crecimiento intrauterino está relacionado con diversas enfermedades graves en los recién nacidos. Los investigadores tienen la esperanza de que las directrices de la Organización Mundial de la Salud [OMS], que recomiendan que las mujeres con un recuento de CD4 inferior a 200 células/mm3 sigan una terapia antirretroviral (TARV) combinada, no sólo mejorarán la salud de las mujeres que toman el tratamiento y ayudarán a evitar la transmisión del virus de madre a hijo, sino que también reducirán el riesgo de retraso del crecimiento intrauterino.

Este problema se define como un peso al nacer inferior al percentil diez de la correspondiente edad gestacional; en otras palabras, en el límite inferior del intervalo de pesos esperados para un bebé. Una definición menos estricta sería un peso al nacer inferior a 2.500g. Los bebés con retraso del crecimiento intrauterino corren un mayor riesgo de muerte. La mala nutrición y la malaria suelen ser las causas subyacentes habituales de este retraso en entornos con recursos limitados. En los países más ricos, una causa habitual sería el tabaco.

En 1987, la OMS calculaba que casi la cuarta parte de los bebés nacidos cada año en entornos con recursos limitados presentaban un retraso de crecimiento intrauterino. En 1983, esta tasa era del 8,5% en Tailandia.

Los investigadores tailandeses realizaron un estudio retrospectivo para identificar los factores de riesgo y la prevalencia del retraso de crecimiento intrauterino entre los bebés de las madres que participaban en un estudio sobre el tratamiento con zidovudina (AZT) durante el embarazo.

El estudio, denominado Ensayo-1 de Prevención Perinatal del VIH, se llevó a cabo entre 1997 y 1999. El análisis de los autores contó con 1.271 mujeres con el virus de la inmunodeficiencia humana, el 58% de las cuales estaban embarazadas por primera vez. El tratamiento del VIH durante el embarazo se limitó al uso de AZT.

En la semana 26 de embarazo, la media del porcentaje de células CD4 fue del 20% (lo que equivale, aproximadamente, a un recuento de 200 células/mm3) y la media de la carga viral estuvo algo por debajo de las 8.000 copias/mL. Casi ninguna mujer presentaba síntomas [o eran muy leves] de infección por VIH. La tasa de transmisión del virus en el útero (matriz) fue de 2,7%.

El 7,6% de los bebés nació con un retraso del crecimiento intrauterino y la media del peso al nacer fue de 2.979g.

Los responsables emplearon análisis estadísticos para determinar los factores relacionados con el mayor riesgo de retraso del crecimiento intrauterino.

Su primer análisis mostró la importancia de dos factores relacionados con el VIH. El primero fue la transmisión del virus de madre a hijo en el útero (cociente de probabilidades [CP]: 3,23; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,23-8,12; p= 0,01). El porcentaje de células CD4 también tuvo relevancia. Cada aumento del 1% en el porcentaje de células CD4 estuvo relacionado con una reducción significativa del riesgo de retraso de crecimiento intrauterino (CP: 0,97; IC95%: 0,94-0,99; p= 0,05).

Sin embargo, en el análisis multivariable en el que se controlaron los factores de confusión, el único factor relacionado con el VIH vinculado al retraso del crecimiento intrauterino fue el porcentaje de células CD4. Así, cada aumento del 1% en el porcentaje de CD4 supuso un descenso del riesgo de retraso en el crecimiento intrauterino del 4% (CP: 0,6; IC95%: 0,93-0,99; p= 0,03).

El análisis mostró que el riesgo de esta dolencia se vio también incrementado por varios factores maternos, como el índice de masa corporal [IMC] (p= 0,01), el peso corporal (p= 0,01) y la altura (p= 0,01).

Ni el fumar ni el consumo de drogas constituyeron factores de riesgo de sufrir retraso del crecimiento intrauterino.

“El porcentaje de CD4 fue el principal factor de riesgo de retraso del crecimiento intrauterino en esta población de mujeres con VIH embarazadas en Tailandia”, comentan los autores.

Y añaden: “Hemos evidenciado que tener un sistema inmunitario débil está relacionado de forma independiente con un mayor riesgo de retraso del crecimiento intrauterino en nuestra cohorte (…). Este hallazgo es importante porque implica que todos los bebés nacidos de mujeres con VIH que presenten retraso del crecimiento intrauterino corren un mayor riesgo de morbimortalidad, estén infectados por el virus o no”.

Las directrices de la OMS para la prevención de la transmisión de madre a hijo del VIH recomiendan la toma de una terapia combinada durante el embarazo en el caso de que sea necesaria para la salud de la madre. Actualmente, el umbral de linfocitos CD4 para el inicio de dicho tratamiento es de 200 células/mm3, lo que equivale a un porcentaje de CD4 del 20%. El equipo de investigadores sugiere que el uso de terapia durante el embarazo “puede reducir también el riesgo de retraso del crecimiento intrauterino”.

Referencia: Cailhol  J, et al. Association of low CD4 cell count and intrauterine growth retardation in Thailand. J Acquir Immune Defic Syndr. 2009; 50: 409-413.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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