La monoterapia con interferón pegilado produce una buena respuesta a tratamiento en pacientes con VIH con hepatitis C aguda

La monoterapia con interferón pegilado logró una respuesta virológica sostenida en el 61% de los pacientes con VIH que recibieron tratamiento de infección aguda por el virus de la hepatitis C transmitida sexualmente, según informa un grupo de investigadores alemanes en la edición de diciembre de Antiviral Therapy. El grupo de investigadores señala que el uso del actual estándar de cuidado (interferón pegilado más ribavirina) no mejoró la respuesta al tratamiento, sino que resultó en una mayor incidencia de efectos secundarios. Por consiguiente, los autores sugieren que en pacientes con infección por hepatitis C aguda, la monoterapia de interferón pegilado puede constituir una opción de tratamiento. Otro interesante hallazgo del estudio fue la tasa significativamente mejorada de respuesta a tratamiento observada en pacientes que tomaron una terapia de interferón pegilado de mayor duración.

Michael Carter

Existen indicios emergentes de que el uso de terapia antirretroviral para tratar la infección aguda por hepatitis C puede ser exitosa no sólo en pacientes que están infectados por hepatitis C, sino también en personas coinfectadas por VIH y hepatitis C. Sin embargo, actualmente no existen certezas sobre el momento, tipo y duración de la terapia anti-VHC.

Por consiguiente, un grupo de investigadores de Alemania llevó a cabo un estudio prospectivo, abierto, sin reparto aleatorio que contó con hombres gay con infección aguda por hepatitis C. Aunque el modo de transmisión de la hepatitis C no estuvo clara en el caso de nueve hombres, 38 pacientes adquirieron la infección a través de relaciones sexuales.

Se incluyó un total de 36 hombres en el estudio de los investigadores. Los otros hombres bien aclararon espontáneamente la infección por hepatitis C o declinaron recibir terapia.

Los pacientes fueron tratados bien con interferón-alfa2a pegilado (en una dosis de 180mcg una vez a la semana), o interferón-alfa2b pegilado (en una dosis de 1,5mg/kg de peso corporal una vez a la semana) durante 24 semanas. Sin embargo, el protocolo de estudio fue posteriormente modificado cuando se demostró que la adicción de ribavirina mejoraba la respuesta de la terapia de la hepatitis C y se inscribió un total de 23 pacientes en el estudio a los que, además del interferón pegilado, se les administró una dosis de ribavirina en función del peso corporal.

El tratamiento fue iniciado una media de siete semanas tras la detección de la hepatitis C aguda y se mantuvo durante 24 semanas. Sin embargo, la terapia se mantuvo durante 48 semanas en el caso de seis pacientes debido a una pobre respuesta inicial a la terapia.

Se observó una respuesta al final del tratamiento en el 72% de los pacientes, y una respuesta virológica sostenida (un ARN del virus de la hepatitis C indetectable 24 semanas tras finalizar la terapia) en un 61%. Una respuesta temprana al tratamiento (un ARN del virus de la hepatitis C indetectable a la semana ocho) estuvo significativamente relacionada con una respuesta al tratamiento sostenida (p<0,0001).

El grupo de investigadores descubrió que el aumentar la duración del tratamiento a 48 semanas estuvo significativamente relacionado con las posibilidades de alcanzar una respuesta sostenida al tratamiento (p<0,042). Un sorprendente hallazgo del estudio fue que la adición de ribavirina no mejoró significativamente la respuesta al tratamiento. Sin embargo, los pacientes que tomaban ribavirina fueron significativamente más propensos a declarar efectos secundarios, especialmente anemia (p=0,03).

En el estudio se observó un total de 300 casos de efectos secundarios.  La mayoría de ellos fueron de ligeros a moderados, aunque hubo 16 eventos graves o que pusieron la vida en peligro, incluyendo seis casos en los que las pruebas de función hepática dieron resultados que estuvieron cinco veces o más por encima del límite superior normal.

La carga viral del VIH disminuyó en una cantidad modesta durante la terapia con interferón. El recuento de células CD4 también disminuyó desde una media de 416 células/mm3, antes de que se introdujera la terapia anti-VHC, a 356 células/mm3 tras las 24 semanas de tratamiento. Sin embargo, en los seis meses tras la interrupción de la terapia, el recuento de células CD4 había aumentado a una media de 404 células/mm3.

“Nuestros datos… sugieren que la monoterapia con interferón pegilado en el marco de la infección aguda por hepatitis C puede ser tan eficaz como la terapia combinada interferón pegilado/ribavirina y a la vez, menos tóxica”, concluye el grupo de investigadores, que añade que “es necesaria la realización de futuros ensayos para investigar este tema”.

Referencia: Vogel M et al. Pegylated interferon-alpha for the treatment of sexually transmitted acute hepatitis C in HIV-infected individuals. Antiviral Therapy 11: 1097 – 1102, 2006.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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