La terapia preventiva con isoniazida no aumenta el riesgo de que la tuberculosis desarrolle resistencias

El tratamiento preventivo con una terapia basada en isoniazida no conduce al desarrollo de tuberculosis [enfermedad causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis] resistente a fármacos, según informó un equipo de investigadores sudafricanos en la edición del 24 de abril de la revista AIDS.

Michael Carter

Se hizo un seguimiento de la susceptibilidad a los fármacos entre los trabajadores en minas de oro que desarrollaron tuberculosis activa. Los resultados evidenciaron que los pacientes que recibieron un tratamiento preventivo con isoniazida no presentaron un mayor riesgo de desarrollar tuberculosis resistente al fármaco.

Está comprobado que la terapia preventiva con isoniazida reduce a la mitad el riesgo de desarrollar la enfermedad bacteriana en pacientes con VIH.

Sin embargo, la preocupación por la aparición de resistencias en pacientes que ya tienen una tuberculosis activa no diagnosticada constituye un importante obstáculo para la implementación de los programas que ofrecen una terapia preventiva con isoniazida en muchos entornos con recursos limitados.

La incidencia de tuberculosis es especialmente elevada entre los mineros de oro de Sudáfrica, debido, en parte, a la alta prevalencia de VIH en dicha población.

Se calcula que la mayoría (89%) de los mineros del oro en Sudáfrica tienen tuberculosis latente. En consecuencia, se diseñó el estudio ‘Thibela TB’ para evaluar la eficacia de la terapia preventiva con isoniazida en ese grupo de población.

Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria para seguir un tratamiento preventivo con isoniazida durante nueve meses o para recibir un control rutinario de la enfermedad bacteriana.

A continuación, el análisis se restringió a los pacientes que desarrollaron una tuberculosis activa. Se comparó la susceptibilidad a los fármacos entre los pacientes que recibieron isoniazida y los que no. También se realizó un subestudio de laboratorio, que implicó a personas que presentaban tuberculosis activa y no tenían un historial de tratamiento antituberculoso.

En el ensayo participaron un total de 23.095 personas y 126 de ellas desarrollaron tuberculosis activa a pesar de recibir isoniazida.

Estos pacientes tenían una mediana de edad de 43 años y el 99% eran hombres. La mediana de duración de la terapia preventiva con isoniazida fue de 105 días y el 22% de los participantes habían completado los nueve meses de tratamiento con el fármaco.

Se tenía constancia del estado serológico al VIH de 103 pacientes y la mayoría (83%) tenían el virus. Sólo una cuarta parte de esas personas estaba tomando una terapia antirretroviral y la mediana en el recuento de CD4 fue de 196 células/mm3.

En el caso del 75% de los pacientes, se trató de su primer episodio de tuberculosis y en el 69% de las ocasiones, afectó a los pulmones.

En el momento en que los autores escribieron su estudio, 108 pacientes habían completado la terapia antituberculosa. Dos pacientes presentaron un fracaso o interrupción del tratamiento, y un 31% fueron derivados o se perdió su seguimiento. Nueve pacientes murieron, ocho de los cuales tenían VIH.

Se dispuso de los resultados de las pruebas de susceptibilidad a fármacos en el caso de 71 personas.

Dichos resultados evidenciaron que las bacterias del 12% de los pacientes que experimentaron su primer episodio de tuberculosis presentaban resistencia a la isoniazida.

Estos valores son comparables a la prevalencia de la resistencia a este medicamento apreciada en el grupo control (6%). Por su parte, la prevalencia de la resistencia a isoniazida fue del 18% entre los pacientes del subestudio de laboratorio.

Entre los pacientes que tenían tuberculosis recurrente, la prevalencia de resistencia a isoniazida fue del 8% en el caso de los que recibieron tratamiento preventivo con el fármaco y del 19% entre los integrantes del grupo control.

"La preocupación por la posible aparición de resistencias a la isoniazida constituye un importante obstáculo para conseguir una implementación más amplia de la terapia preventiva con isoniazida. Estos datos no justifican esta preocupación", comentan los investigadores. "La prevalencia de la resistencia al fármaco no fue mayor que en los grupos de comparación".

Los autores concluyen: "La infección por tuberculosis entre pacientes que en su mayoría tienen VIH y que previamente se habían expuesto a la terapia preventiva con isoniazida ofreció los resultados de tratamiento habituales en ese entorno y una prevalencia similar de resistencia a la isoniazida respecto al inicio. La preocupación por la posible aparición de resistencia a los fármacos no debería ser un impedimento para la implementación de la terapia preventiva con isoniazida”.

Referencia: Van Halsema CL, et al. Tuberculosis outcomes and drug susceptibility in individuals exposed to isoniazid preventative therapy in a high HIV prevalence setting. AIDS. 2010; 24: 1.051-1.055.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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