Mayor riesgo de sufrir hiperbilirrubinemia en pacientes tratados con atazanavir tras iniciar terapia anti-VHC

El tratamiento para el virus de la hepatitis C (VHC) aumenta el riesgo de sufrir hiperbilirrubinemia en las personas con VIH que toman atazanavir (Reyataz®), según informa un equipo de investigadores en la edición de 30 de noviembre de 2008 de la revista AIDS.

Michael Carter

La proporción de pacientes tratados con este fármaco que sufren hiperbilirrubinemia aumentó del 9 al 45% después del comienzo de una terapia anti-VHC consistente en interferón pegilado y ribavirina.

Atazanavir es un inhibidor de la proteasa (IP) que presenta diversas características positivas. Puede tomarse una vez al día y no produce los aumentos de lípidos relacionados con muchos otros IP. El principal efecto secundario de atazanavir es la hiperbilirrubinemia, trastorno caracterizado por un aumento de los niveles de bilirrubina, un producto de desecho generado en el hígado durante el proceso de degradación de los glóbulos rojos viejos. No es peligroso, pero puede provocar una ictericia que persiste a menos que se interrumpa el tratamiento con este fármaco.

Una proporción significativa de personas con VIH está infectada también por VHC. El tratamiento actual de la hepatitis C se basa en interferón pegilado más ribavirina. Se han identificado interacciones entre ribavirina y los fármacos antirretrovirales de la familia de los inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN), pero no hay constancia de interacciones entre ribavirina y atazanavir.

No obstante, ambos fármacos tienen la capacidad de aumentar los niveles de bilirrubina, y esto podría suponer que los pacientes tratados con atazanavir corran un riesgo mayor de desarrollar hiperbilirrubinemia e ictericia tras el inicio del tratamiento anti-VHC.

En consecuencia, un equipo de investigadores diseñó un estudio para monitorizar los cambios en los niveles de bilirrubina de 72 pacientes coinfectados por VIH y VHC que estaban tomando terapia antirretroviral. La mitad de estos pacientes recibía atazanavir y los autores del estudio compararon los cambios en los niveles de bilirrubina en suero de los personas que tomaban este fármaco y las que recibían otros tras el inicio del tratamiento para la hepatitis C. También se hicieron pruebas para comprobar si el gen *28 tenía algún efecto sobre los niveles de bilirrubina.

Al comienzo del estudio, el nivel mediano de bilirrubina fue de 1,25 mg/dL. Se observó un aumento significativo del mismo en ambos brazos del estudio cuatro semanas después del comienzo del tratamiento con ribavirina (p= 0,014). Este incremento fue significativamente mayor en los pacientes tratados con atazanavir que en los que tomaban otros fármacos antirretrovirales (0,80 frente a 0,15 mg/dL; p= 0,03). Los autores calcularon que los aumentos de bilirrubina tras el inicio de la terapia para la hepatitis C que incluía ribavirina fueron 1,9 veces superiores en los pacientes que tomaban atazanavir en comparación con los que recibían un tratamiento anti-VIH basado en otros fármacos.

Además, se descubrió que el 45% de los pacientes que tomaban atazanavir experimentó un aumento superior a 1 mg/dL en sus niveles de bilirrubina frente a sólo el 3% de los que recibían otro fármaco (p= 0,001).

La proporción de personas tratadas con atazanavir que presentó un nivel de hiperbilirrubinemia moderado-grave paso del 9% basal al 45% tras comenzar a tomar la terapia con ribavirina (p= 0,021). Ningún paciente del brazo de control desarrolló hiperbilirrubinemia.

La proporción de pacientes con el gen *28 fue similar en las dos ramas del estudio. Con todo, no se encontraron indicios de que este gen aumentara el riesgo de desarrollar hiperbilirrubinemia.

El análisis estadístico evidenció que los únicos factores relacionados de forma significativa con los aumentos de la bilirrubina tras el inicio de una terapia para la hepatitis C que incluyera ribavirina fueron el tratamiento con atazanavir en ese momento (p= 0,005) y los descensos de hemoglobina (por 1 g/dL; p= 0,008).

“Este estudio muestra que un gran número de pacientes con VIH que siguen una terapia estable con atazanavir puede experimentar un aumento en los niveles totales de bilirrubina en suero tras el inicio de la terapia para la hepatitis C”, escriben los autores.

Los responsables del estudio concluyen: “El aclaramiento normal de la bilirrubina podría haberse visto comprometido por la competición inhibitoria de atazanavir, provocando ictericia en los pacientes con VIH tras el inicio de la terapia anti-VHC”.

Referencia: Rodríguez-Novoa, S. et al. Increase in serum bilirubin in HIV/hepatitis C virus-coinfected patients on atazanavir therapy following initiation of pegylated-interferon and ribavirin. AIDS. 2008; 22: 2.535-2.537.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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