La mayoría de los reclusos con VIH interrumpe el tratamiento antirretroviral al salir de la cárcel, según un estudio texano

La inmensa mayoría de las personas que salen de prisión en Texas (EE UU) y que estaban tomando terapia antirretroviral (TARV) suspende su tratamiento anti-VIH, según un estudio publicado en la edición de 25 de febrero de Journal of the American Medical Association.

Michael Carter

El estudio reveló que el 80% de las personas tratadas con fármacos anti-VIH en prisión no había obtenido una receta para recibir tratamiento antirretroviral en los 30 días siguientes a su salida de la cárcel.

Las prisiones de EE UU ofrecen buenas oportunidades para la realización de pruebas del VIH y la provisión de TARV a las personas que pasan por el sistema de justicia penal del país. Muchos internos se someten a la prueba del VIH por primera vez cuando están en prisión y se calcula que cerca del 75% de los presos seropositivos inicia su tratamiento antirretroviral cuando está en la cárcel.

No obstante, existe la preocupación de que los retos a los que numerosos ex presidiarios se encuentran cuando salen de prisión impliquen que muchos interrumpan su TARV. Esto puedo suponer el riesgo de progresión de la infección por VIH, la emergencia de resistencia o la transmisión del virus a terceros.

Para conseguir más datos sobre en qué medida los internos suspenden su tratamiento anti-VIH tras salir de prisión, un equipo de investigadores de Texas realizó un análisis retrospectivo en torno a los presos liberados para comprobar cuántos consiguieron fármacos antirretrovirales en los 60 días posteriores a su puesta en libertad.

El estudio contó con una población de 2.115 personas con VIH que salieron de una cárcel de Texas entre 2004 y finales de 2007. La mayoría (83%) eran hombres, el 60% era de origen afroamericano y el 18% había sido diagnosticado de un problema psiquiátrico importante.

El tratamiento para el VIH se inició en la cárcel atendiendo a las directrices de EE UU. En el momento de la liberación, el 45% de los pacientes tenía un recuento de CD4 superior a las 350 células/mm3 y el 55% presentaba una carga viral indetectable (inferior a 50 copias/mL).

Para conseguir tratamiento anti-VIH gratuito tras salir de la prisión, se pidió a los participantes que enviaran una solicitud al Programa de Asistencia para Fármacos contra el sida (ADAP, en sus siglas en inglés) de Texas. El 55% de los solicitantes recibió asistencia.

Al salir de la cárcel, los ex convictos recibieron una provisión de tratamiento antirretroviral para 10 días. El equipo de investigadores descubrió que sólo el 5% de las personas consiguió una nueva receta en los primeros diez días tras la salida de prisión. Se emitieron recetas para fármacos anti-VIH al 18% de las personas en los 30 primeros días en libertad, y al 30% en los 60 primeros días.

De los 1.090 ex presidiarios que renovaron su primera receta para fármacos antirretrovirales tras salir de prisión, el 88% consiguió una segunda receta.

Estos resultados implican que sólo el 2% de las personas logró fármacos antirretrovirales después de salir de la cárcel con tiempo suficiente como para evitar una interrupción del tratamiento. Un 12% de las personas sufrió una suspensión de la terapia de entre 1 y 30 días, el 10%, de entre 31 y 90 días, y en el 3% de los casos, la interrupción se prolongó entre tres meses y un año. Además, el 3% de las personas nunca consiguió una receta para el tratamiento del VIH.

Los autores del estudio examinaron los factores relacionados con obtener tratamiento anti-VIH en 10, 30 y 60 días tras la salida de prisión.

Entre los factores asociados con no conseguir los fármacos antirretrovirales en los diez primeros días de libertad estuvieron:

  • Etnia: Los pacientes hispanos (p= 0,008) y afroamericanos (p <0,001) fueron significativamente menos propensos a conseguir una receta que los de etnia blanca.
  • Carga viral: Los pacientes con una carga viral detectable tuvieron menos probabilidades de obtener fármacos antirretrovirales que los que presentaban una viremia indetectable (p <0,04).
  • Ayuda con la solicitud de ADAP: Los pacientes que no recibieron ayuda con su solicitud de ADAP fueron menos propensos a lograr tratamiento anti-VIH.

Estos factores continuaron siendo significativos para los 30 días, aunque a los 60 el origen étnico había dejado de ser importante.

“Descubrimos que el 90% o más de los internos liberados no cubrió la prescripción para la medicación antirretroviral con la suficiente antelación como para evitar la interrupción del tratamiento, y que más del 80% no lo hizo en los 30 primeros días en libertad. Estas tasas excesivamente elevadas de suspensión de la terapia sugieren que la mayoría de los internos se enfrentan a importantes barreras administrativas, socioeconómicas o personales para acceder a la terapia antirretroviral cuando regresan a sus comunidades”, comentan los investigadores.

Por último, los responsables del estudio concluyen: “El abordar de forma adecuada una crisis de salud pública de este tamaño y complejidad requerirá la coordinación cuidadosa de los esfuerzos de las instituciones académicas, el sistema de justicia penal y las agencias de salud pública”.

Referencia: Baillargeon J, et al. Accessing antiretroviral therapy following release from prison. JAMA. 2009; 301: 848-857.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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