La pérdida de la libido y la disfunción eréctil en los hombres son dos efectos adversos asociados con la toma de muchas medicaciones. En relación con los antirretrovirales (ARV), los trastornos sexuales en varones se empezaron a reportar en cuanto se generalizó el uso de los inhibidores de la proteasa (IP), con los que se relacionó en primera instancia.
El asunto apenas se había investigado, puesto que los cuestionarios más utilizados para determinar la calidad de vida en pacientes crónicos (MOS, por ejemplo, y más en concreto el MOS-HIV) simplemente tienden a ignorar el componente sexual, cuando la comercialización del sildenafilo (Viagra®) primero y otros derivados después solucionaron la parte más tangible del asunto: la disfunción eréctil. Desde entonces, como si el único problema fuese querer y no poder, apenas hay más estudios que pudieran abordar al menos la pérdida de libido tanto en hombres como en mujeres con VIH o hepatitis.
Los ARV comparten este efecto adverso con el tratamiento para el virus de la hepatitis C (VHC), por lo que las personas coinfectadas pueden ver su función sexual particularmente alterada.
Pese a que hombres que toman la terapia anti-VHC han informado de la reducción de la libido (apetito sexual) y la disfunción eréctil, hasta ahora los factores subyacentes relacionados con la terapia y la disfunción sexual no se habían definido con claridad. El interrogante es si estos fenómenos son el resultado de la depresión y otros síntomas neuropsiquiátricos típicos de la terapia con interferón o bien tienen otro origen.
Para intentar dilucidar esta cuestión, un grupo de investigadores de la Universidad de Würburg (Alemania) han analizado las contribuciones putativas de los cambios hormonales sexuales en la disfunción sexual. El Dr. Kraus y su equipo evaluaron de forma prospectiva los cambios en la testosterona libre, la testosterona total, la dehidroepiandrosterona sulfato (DHEAS), la prolactina, la globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG), los niveles de FSH y LH y unas escalas de autodeterminación psicométrica en 34 hombres tratados con interferón alfa-2b (5 MIU tres veces a la semana) más ribavirina (n=15) durante 6-12 meses. (A notar que la actualmente estándar es la formulación pegilada del interferón que supone una sola inyección semanal.)
La depresión se midió con la Escala Hospitalaria de Depresión y Ansiedad, y la disfunción sexual se evaluó con el Symptom Checklist 90 Item Revised y una escala de cinco puntos para determinar el trastorno de excitación sexual. Es importante añadir que ninguno de estos hombres con VHC estaba tomando medicación antidepresiva.
Los resultados arrojaron que la testosterona libre y la total descendieron de forma significativa durante la terapia antiviral en estrecha relación con la función libidinal/sexual. Las escalas de depresión aumentaron durante la terapia y también se relacionaron de modo significativo con la disfunción sexual. No obstante, los niveles de andrógenos no tuvieron una correlación significativa con la depresión.
En resumen, los autores descubrieron que el tratamiento con interferón recombinante alfa-2b en hombres con hepatitis C crónica se asocia con una deficiencia funcional de andrógenos. Este descenso en la testosterona está relacionado en parte con los síntomas de pérdida de libido inducidos por la terapia y puede deberse a los efectos directos del interferón en las gónadas o efectos en los centros reguladores del hipotálamo. Sin embargo, existe una cada vez mayor correlación entre los síntomas de trastorno de excitación sexual y la depresión inducida por el interferón en estos individuos.
En la práctica clínica, durante la preparación de los pacientes con hepatitis C crónica podría ser útil llevar a cabo una evaluación hormonal basal previa a la iniciación de la terapia con interferón. De esta manera los posibles síntomas de pérdida de libido asociados con interferón y la consecuente reducción de la calidad de vida podrían ponerse en contexto durante el período de tratamiento.
Fuente: Elaboración propia / http://www.natap.org/
Referencia: M. R. Kraus et al. Sexual dysfunction in males with chronic hepatitis C and antiviral therapy: interferon-induced functional androgen deficiency or depression? Journal of Endocrinology (2005) 185, 345-352.
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