Mayor riesgo de COVID persistente en personas con el VIH

Estos pacientes también presentarían un mayor riesgo de problemas metabólicos y de diagnóstico de cáncer tras superar la COVID-19

Francesc Martínez
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Un artículo publicado en Current Opinion in HIV/AIDS ha concluido que las personas con el VIH presentarían un mayor riesgo de padecer COVID persistente, así como de experimentar desórdenes metabólicos y recibir un diagnóstico de cáncer tras haber pasado la COVID-19 . Dichos hallazgos irían en la línea de lo que se ha ido publicando en relación con la COVID persistente en personas con el VIH (véase La Noticia del Día 16/03/2022).

La COVID persistente es un conjunto de síntomas heterogéneos que se mantienen durante meses –que incluso podrían ser años– en algunas personas tras la COVID-19 aguda causada por el SARS-CoV-2. Entre dichos síntomas persistentes se encontrarían tos, fiebre, fatiga, problemas respiratorios, pérdida de olfato, insomnio, problemas de concentración, disfunción cognitiva, dolor muscular, dolor articular, mareos y palpitaciones.

El presente artículo evaluó todas las publicaciones realizadas con relación a la COVID persistente en personas con el VIH.

Un primer estudio, realizado en el Reino Unido, halló que un 5% de las personas que habían padecido COVID-19 todavía tenía algún síntoma a los 3-4 meses de padecerla y que, además, los síntomas tendían a persistir si pasados 3 meses no habían desaparecido. El riesgo de COVID persistente en superior en personas mayores, mujeres, personas con comorbilidades, personas con índice de masa corporal (IMC) elevado y personas con estatus socioeconómico bajo. Haber padecido una COVID-19 inicial más grave también sería un factor de riesgo de persistencia. Cabe destacar que la vacunación reduce el riesgo de COVID persistente.

Otros estudios de menor tamaño también han evidenciado un mayor riesgo de COVID persistente en personas con el VIH. Así, un estudio realizado en San Francisco (EE UU) que contó con la participación de 39 personas con el VIH convalecientes de COVID-19 halló que cuatro meses después del diagnóstico el hecho de tener el VIH duplico el riesgo de padecer síntomas de COVID persistente.

El mismo equipo amplió el número de participantes y halló que el 20% de las personas con COVID persistente tenían el VIH -un porcentaje muy superior al que suponían en la muestra-. También relacionaron el riesgo de COVID persistente con reactivaciones recientes de la infección por el virus de Epstein-Barr.

Un tercer estudio, aún no revisado por pares, evaluó la incidencia de COVID persistente en más de tres millones de personas de EE UU, de las que casi 29.000 vivían con el VIH. Las personas con el VIH presentaban un mayor riesgo de tener comorbilidades que predispusieran a un mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave tales como aquellas de tipo cardiovascular. La mediana de sus recuentos de CD4 era de 573 células/mm3.

Tras ajustar los resultados por factores demográficos y clínicos, las personas con el VIH tenían -respecto

a aquellas sin el VIH- un riesgo moderadamente incrementado de recibir diagnóstico de diabetes, enfermedad cardiovascular, trombosis o cáncer a partir de un mes después del diagnóstico de COVID-19.

El riesgo de COVID persistente fue mayor en las infecciones por SARS-CoV-2 previas a la variante delta, momento a partir del cual comenzaron a surgir variantes más fácilmente transmisibles, pero de menor virulencia.

El estudio también halló que la sintomatología de la COVID persistente se dio en personas con el VIH con una frecuencia entre un 30% y un 80% superior a la observada en aquellas sin el VIH en función del síntoma analizado.

El 9% de las personas con VIH y COVID-19 habían sido vacunadas frente al SARS-CoV-2. Dicha vacunación redujo notablemente el riesgo de fallecimiento o eventos adversos graves y en entre un 40% y un 50% el riesgo de COVID persistente.

Los investigadores no hallaron una influencia de los niveles de CD4 sobre el riesgo de padecer COVID persistente en personas con el VIH.

Entre las posibles razones que explicarían por qué el VIH aumentaría el riesgo de COVID persistente, los investigadores apuntan hacia la inflamación de bajo nivel -pero crónica- que conlleva el VIH, la activación del receptor ACE-2 por parte del SARS-CoV-2 (que podría potenciar el mayor riesgo cardiovascular ya observado en personas con el VIH) o la menor capacidad del sistema inmunitario de las personas con el VIH para erradicar rápidamente la infección por SARS-CoV-2. La transslocación de flora bacteriana intestinal -frecuentemente observada en personas con el VIH- también podría relacionarse con un mayor riesgo de COVID persistente. Por último, el virus Epstein-Barr -más frecuente en personas con el VIH que en la población general, por compartir vías de transmisión- también podría relacionarse con una mayor gravedad de la COVID-19 por su alteración de la respuesta de los linfocitos CD8+.

Los investigadores apuntan que la investigación realizada hasta la fecha sobre la relación entre VIH y COVID persistente comienza a aportar hallazgos relevantes, aunque será necesario seguir investigando para obtener evidencias más sólidas al respecto.

Fuente:Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias:Peluso MJ, Antar A. Long COVID in people living with HIV. Current Opinion in HIV/AIDS, 18(3):126-134, 2023. www.doi.org/10.1097/COH.0000000000000789

Yedewa GA et al. HIV infection is associated with higher risk of Post-Acute Sequelae of SARS-CoV-2 (PASC) however vaccination is protective. SSRN pre-print, 15 November 2022 (open access). http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4276609

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