Hace tiempo que venimos dando cuenta de la alta prevalencia de osteopatías relacionadas con la pérdida de densidad ósea tanto en hombres como en mujeres que viven con VIH (véanse La Noticia del Día 01/02/08 y 07/04/08). No está claro si los cambios en la estructura de los huesos que experimentan las personas con VIH se deben, directa o indirectamente, a la acción del virus o a la toxicidad mitocondrial de algunos antirretrovirales, pero, sin duda, éste es un problema serio que requiere atención.
En efecto, diversos estudios han demostrado que, en comparación con personas seronegativas de la misma edad, origen y sexo, las personas con VIH adolecen, con mayor frecuencia, de osteopenia y osteoporosis, dos complicaciones que se caracterizan por la pérdida de la densidad mineral ósea (véase “Osteopenia y osteoporosis”, en Enfermedades y Síntomas). Sin embargo, aún no se había investigado en una gran muestra de pacientes si este problema se traducía en una mayor incidencia de fracturas.
Un reciente estudio estadounidense, dirigido por el doctor Steven Grinspoon, del Hospital General de Massachusetts en Boston (EE UU), y publicado el 2 de julio en la edición en línea de Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, parece haber dado una respuesta definitiva a esta cuestión.
El estudio, de carácter poblacional, comparó mediante sus historias médicas a 8.525 pacientes seropositivos con 2.208.792 seronegativos del sistema de salud de Boston. Todos habían recibido atención hospitalaria o ambulatoria, al menos en una ocasión, entre el 1 de octubre de 1996 y el 21 de marzo de 2008. El criterio de valoración principal fue la prevalencia de fracturas, para lo cual se usaron los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, en sus siglas en inglés).
La prevalencia de fracturas (de columna, cadera o muñeca, las más habituales asociadas con la pérdida de masa ósea) fue de 2,87% en personas con VIH, mientras que en el caso de los pacientes sin VIH fue de 1,77% (p <0,0001). Los resultados por sexo también arrojaron resultados interesantes. La prevalencia general de fracturas fue de 2,49% en mujeres con VIH frente a sólo 1,72% en mujeres sin VIH (p= 0,002). En relación con las mujeres seronegativas, las mujeres con el virus de la inmunodeficiencia humana tuvieron una prevalencia más alta de fracturas vertebrales (0,81 frente a 0,45%; p= 0,01) y de muñeca (1,31 frente a 0,83%; p= 0,01); no obstante, tuvieron una prevalencia parecida de fracturas de cadera (0,47 frente a 0,56%; p= 0,53).
Entre los hombres, la prevalencia de fracturas fue más alta en aquéllos con VIH que en sus homólogos seronegativos para cualquier clase de fractura (3,08 frente a 1,83%; p <0,0001), fracturas vertebrales (1,03 frente a 0,49%; p <0,0001), fracturas de cadera (0,79 frente a 0,45%; p= 0,001) y fracturas de muñeca (1,46 frente a 0,99%; p= 0,001).
Según los autores del estudio, “estos resultados proporcionan pruebas sólidas de que los pacientes infectados por VIH presentan una prevalencia más alta de fracturas que aquéllos sin el virus, con independencia del sexo y el lugar de la fractura”. Asimismo, advierten que los datos disponibles indican que “la diferencia relativa en la prevalencia de fracturas entre pacientes con VIH y sin VIH aumenta con la edad para ambos sexos”.
De ahí que los expertos concluyan destacando “la importancia de evaluar la densidad ósea y de minimizar los factores que contribuyen a un mayor riesgo de fractura en las personas con VIH”.
Fuente: Elaboración propia / Aidsmeds.
Referencia: Triant VA, Brown TT, Lee H and Grinspoon SK. Fracture Prevalence among HIV-Infected versus Non HIV-Infected Patients in a Large U.S. Healthcare System. J Clin Endocrinol Metab. Rapid Electronic Publication first published on Jul 1, 2008 as doi:doi:10.1210/jc.2008-0828.
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