Sin embargo, un estudio aparte, realizado por el mismo equipo, no halló la misma relación [entre rotura del preservativo y uso de esos fármacos], que tendría que confirmarse con más investigaciones.
En el primer estudio, los autores emplearon anuncios en los periódicos y en internet para inscribir una “muestra de conveniencia” de 440 hombres que empleaban condones en relaciones sexuales vaginales. El cuestionario autorrellenable se centró en la ocasión más reciente en la que practicaron sexo.
Algo menos de uno de cada diez hombres había utilizado un fármaco para la disfunción eréctil en esa ocasión. En el caso del 12% de estos hombres, el preservativo se rompió, en comparación con el 5% de los varones que no usaron un fármaco para tratar la disfunción eréctil.
Los hombres que señalaron una mayor duración de la relación también fueron más propensos a declarar la rotura del preservativo. Sin embargo, en el análisis multivariable, teniendo en cuenta el efecto distorsionador de otros factores, el empleo del fármaco para la disfunción eréctil siguió siendo significativo: Los usuarios fueron cuatro veces más proclives a declarar la rotura del preservativo (cociente de probabilidades ajustado [CPA]: 4,04; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,06-15,41).
El equipo de investigadores sugiere que, dado que Viagra® -y fármacos similares- aumentan la hinchazón durante la erección, es posible que los preservativos queden más ajustados, y afirma que quizá sea aconsejable que los usuarios de estos fármacos empleen condones de un tamaño adecuado para una erección mayor. Además, los usuarios deberían ser conscientes de que practicar sexo durante más tiempo está relacionado con la rotura del preservativo.
No obstante, el mismo equipo de investigadores publicó otro estudio, este mismo año, en Journal of Sexual Medicine, donde no se detectó la misma asociación.
En este estudio, un grupo diferente de 705 hombres fueron inscritos a través de un sitio web donde se vendía parafernalia sexual. Aunque la mayoría de los hombres eran heterosexuales, algunos declararon practicar sexo anal. Del estudio se excluyeron a los hombres que consumían drogas recreativas.
De nuevo, a los varones se les preguntó por la última vez que utilizaron un preservativo en el sexo con penetración. El 70% de los hombres manifestaron el empleo de un fármaco para la disfunción eréctil.
En esta muestra, apenas se informó de roturas de preservativos y éstas no fueron declaradas más habitualmente por los usuarios de drogas para la disfunción eréctil.
Por otro lado, dichos usuarios, en realidad, fueron más propensos a declarar que el preservativo se resbaló o que sufrieron problemas de erección durante la práctica del sexo. Los autores concluyeron que, si bien Viagra® -y otros fármacos similares- pueden mejorar las erecciones, no siempre eliminan por completo los problemas de erección, especialmente los relacionados con el uso del preservativo.
Los investigadores creen que sus estudios subrayan la importancia de investigar más las implicaciones del uso de fármacos para tratar la disfunción eréctil.
Referencias: Crosby R, et al. Is phosphodiesterase type 5 inhibitor use associated with condom breakage? Sex Transm Infect. 2009; 85: 404-405.
Sanders SA, et al. Do phosphodiesterase type 5 inhibitors protect against condom-associated erection loss and condom slippage? J Sex Med. 2009; 6: 1.451-1.456.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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