Expertos británicos afirman que el tratamiento puede ser tan eficaz como el preservativo en la prevención del VIH

Con todo, advierten de que deben darse determinadas condiciones para que esto sea cierto

Miguel Vázquez
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La Asociación Británica del VIH (BHIVA, en sus siglas en inglés) y el Grupo Experto de Asesoramiento en Sida (EAGA) del Departamento de Salud han publicado de forma reciente un documento de posicionamiento respecto al uso del tratamiento antirretroviral y el riesgo de transmisión del VIH. Por primera vez, el documento ofrece a los profesionales sanitarios una declaración de consenso, desarrollada por expertos británicos (entre los que se incluyeron médicos, epidemiólogos, expertos en política y personas con VIH), que puede emplearse en la práctica clínica en las charlas con los pacientes.

El documento señala que, en la actualidad, existen pruebas concluyentes procedentes de un ensayo clínico de distribución aleatoria (el famoso estudio HPTN 052) que evidencian que la transmisión del VIH a través de las relaciones vaginales se reduce de forma significativa cuando la persona seropositiva toma una terapia antirretroviral eficaz (de hecho, en el ensayo HPTN 052 se comprobó que el inicio más temprano del tratamiento redujo hasta en un 96% la tasa de transmisión del VIH en el seno de parejas heterosexuales serodiscordantes, véase La Noticia del Día 19/07/2011).

La reducción observada en la transmisión del VIH en un entorno de ensayo clínico demuestra que, cuando una persona seropositiva toma una terapia antirretroviral exitosa, su efecto sobre la transmisión de la infección es similar al del uso constante de preservativos.

El documento incluye algunas notas explicativas, que indican que nunca ha habido un ensayo de distribución aleatoria con control para determinar la eficacia del uso del preservativo respecto a su no empleo. Por este motivo, no hay cifras que puedan compararse de manera directa. Sin embargo, los metanálisis de estudios observacionales de parejas serodiscordantes que utilizaron el preservativo en un 100% de las ocasiones revelaron que esta estrategia tuvo una eficacia del 80% a la hora de reducir la infección por VIH.

El documento afirma que el riesgo de transmisión durante las relaciones vaginales sería “extremadamente bajo” siempre que se cumplieran determinadas condiciones, como:

  • Que ninguno de los dos miembros de la pareja presente otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
  • Que la persona con VIH mantenga una carga viral sostenida por debajo de 50 copias/mL durante más de seis meses, incluyendo la última prueba realizada.
  • Que la medición de la viremia se realice cada tres o cuatro meses (con más frecuencia que en la atención médica estándar).

El documento hecho público deja claros los requisitos del examen de ITS, incluyendo el seguimiento de las relaciones sexuales fuera de la pareja principal. Además, también explica que en el ensayo HPTN 052 se produjo un único caso confirmado de transmisión del VIH que implicó a una persona que tomaba tratamiento. Esta persona acababa de iniciar su terapia antirretroviral y aún no habría cumplido los requisitos enunciados en el documento de posicionamiento británico respecto al mínimo de seis meses con una carga viral indetectable.

En consecuencia, los autores apuntan que estos hechos justifican que, cuando se cumplen todas estas condiciones, se empleé el término de “riesgo extremadamente bajo”, aunque advierten que no es lo mismo que “riesgo nulo”. Además, con los datos disponibles, no es posible proporcionar unas cifras significativas y precisas del riesgo de transmisión durante una única relación sexual.

La investigación publicada se ha realizado, principalmente, con parejas heterosexuales y se considera que, en general, las relaciones serán por vía vaginal. No existen datos disponibles relativos a las relaciones anales (ni en parejas heterosexuales ni homosexuales), pero los expertos piensan que puede suponerse que dichas prácticas también entrañen un riesgo de transmisión extremadamente bajo, siempre que se cumplan las condiciones mencionadas.

El documento, por otro lado, recomienda a los profesionales sanitarios que hablen con todas las personas que viven con VIH a las que traten respecto al impacto de la terapia antirretroviral sobre el riesgo de transmisión sexual del virus. En el caso de personas que no reciben terapia, debería debatirse asimismo la posibilidad de empezar el tratamiento para reducir el riesgo de transmisión a su pareja.

El documento de posicionamiento señala que ningún método de prevención es capaz de evitar por completo la transmisión del virus. Además, también hay que recordar que el tratamiento antirretroviral no tiene eficacia sobre otras infecciones de transmisión sexual, que sí podrían evitarse con el uso de preservativos.

Fuente: Aidsmap.
Referencia: British HIV Association (BHIVA) and Expert Advisory Group on AIDS (EAGA). Position statement on the use of antiretroviral therapy to reduce HIV transmission. 2013. (Free to download).

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