El 22 de abril, el presidente Pierre Nkurunziza firmó en secreto una legislación que, por primera vez en la historia de Burundi, criminaliza las relaciones sexuales consensuadas entre adultos del mismo sexo.
“Burundi ha dado un decepcionante paso atrás al legalizar la discriminación”, afirmó Scott Long, de Human Rights Watch (HRW).
El presidente Nkurunziza había descrito anteriormente la homosexualidad como “una maldición”. En febrero de este año, el senado del país rechazó de forma abrumadora la legislación para criminalizar la homosexualidad después de haber sido aprobada en la Asamblea Nacional. Sin embargo, en casos de conflicto entre las cámaras legislativas, la decisión de la cámara baja tiene prioridad.
Ahora, las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo en Burundi podrán suponer hasta dos años de prisión. “El gobierno [de Burundi] ha recurrido a las ‘costumbres’ y la ‘cultura’ para justificar esta medida represora”, afirmó Long. “No puede haber justificación para privar a parte de la población de Burundi de sus derechos fundamentales”.
Las organizaciones de derechos humanos ponen de relieve que la ley atenta contra la constitución del país, que garantiza la privacidad y la libertad frente a la discriminación, así como contra varios acuerdos internos rubricados por el país.
Se ha suscitado alarma porque la ley ponga en peligro el trabajo de prevención del VIH. “El gobierno afirma que apoya los derechos humanos, pero ha aprobado un ley que no sólo viola el derecho a la privacidad, sino que discrimina a un grupo de ciudadanos cuya situación ha sido reconocida como de vulnerabilidad frente al VIH/sida”, afirmó David Nahimana, de Ligue Iteka, una organización de derechos humanos de Burundi.
Durante la Conferencia Internacional sobre el Sida del pasado año, se expuso que la violación de los derechos humanos de los hombres gays, así como el descuido de sus necesidades sanitarias, estaban contribuyendo a la propagación de la epidemia del VIH entre esta población. Incluso en los países con epidemias generalizadas que afectan a heterosexuales, un número desproporcionado de infecciones se producen entre el colectivo de hombres gays y otros hombres que practican sexo con hombres. Este mismo año, nueve varones fueron detenidos en Senegal después de que la policía los arrestara en el hogar de una persona que trabajaba en la prevención del VIH (véase artículo de NAM de 13/01/2009). Los preservativos y lubricantes fueron empleados en el juicio como pruebas de prácticas homosexuales. Las condenas provocaron una protesta internacional y, posteriormente, fueron revocadas en una apelación.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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