Tres millones de personas en los países más pobres estaban recibiendo terapia antirretroviral a finales de 2007

Se estima que tres millones de pacientes con VIH en países con ingresos bajos y medios estaban recibiendo terapia antirretroviral (TARV) a finales de 2007, según un informe hecho público recientemente. Aunque se ha calificado este hecho como un logro “destacable” en el campo de la salud pública, en la práctica implica que, en los países más pobres del mundo, menos de la tercera parte de los más de nueve millones de pacientes que necesitan fármacos anti-VIH los está recibiendo realmente.

Michael Carter

Otros progresos alentadores recogidos en el informe, que fue elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ONUSIDA y UNICEF, son el aumento del acceso a las intervenciones para prevenir la transmisión de madre a hijo (TMH) del virus de la inmunodeficiencia humana y los mayores niveles de realización de pruebas y counselling del VIH.

Sin embargo, el informe “Hacia el acceso universal: Prioridades del escalado de las intervenciones en VIH/sida en el sector sanitario” también mostró que siguen existiendo obstáculos a la hora de proporcionar tratamiento antirretroviral a las personas que más lo necesitan.

El suministro de la TARV a tres millones de personas a finales de 2007 implica que se ha cubierto el objetivo de la iniciativa “3 por 5”, que consistía en proporcionar fármacos anti-VIH a tres millones de personas en países de ingresos bajos y medios para finales de 2005, aunque con dos años de retraso.

“Esto supone un logro notable en el ámbito de la salud pública”, afirmó la doctora Margaret Chan, directora general de la OMS, quien añadió que la provisión de TARV a este número de personas “demuestra que, con compromiso y determinación, pueden superarse todos los obstáculos”.

La doctora Chan, asimismo, se apresuró a destacar la justificación económica para aumentar el acceso a la terapia antirretroviral: “Realmente, las personas que viven en entornos con recursos limitados pueden volver a tener unas vidas económica y socialmente productivas gracias a estos fármacos.”

Se estima que, en 2007, recibieron fármacos anti-VIH unos 950.000 pacientes más que en el año anterior. Este aumento -cercano al 33%- del acceso al tratamiento antirretroviral en un único año ha sido atribuido a numerosos factores, especialmente a la mayor disponibilidad de los fármacos, debido, en gran parte, a la significativa reducción de sus precios. Los sistemas sanitarios también son más eficientes a la hora de distribuir la TARV en dosis fija, según el informe.

Por otro lado, ese mismo año, 500.000 mujeres con VIH accedieron a tratamiento para evitar la transmisión del virus a sus niños, un número superior a las 350.000 del año anterior (2006). También hubo un aumento, en 2007, de la cantidad de niños tratados con antirretrovirales (200.000 frente a 127.000 en 2006).

“Estamos asistiendo a un alentador progreso en la prevención de la transmisión del VIH de las madres a los recién nacidos”, declaró Ann Veneman, de UNICEF, que añadió: “Este informe debería motivarnos para centrarnos y redoblar nuestros esfuerzos en nombre de los niños y familias afectados por el virus.”

El doctor Peter Piot, de ONUSIDA, también se mostró optimista respecto a los hallazgos del informe y afirmó que esto “pone de relieve lo que puede lograrse a pesar de las limitaciones que padecen los países, y supone un auténtico paso adelante hacia un acceso universal a la prevención, tratamiento, cuidado y apoyo relativos al VIH”.

El informe, además, destaca el creciente compromiso con la circuncisión masculina en algunos países del África subsahariana, una intervención que algunos trabajadores en el campo de la prevención consideran que podría reducir de forma significativa el riesgo de infección por VIH en los hombres.

No obstante, el optimismo del informe se ve atemperado por el reconocimiento de las dificultades que impiden un mayor acceso a la TARV. En especial, los autores subrayan que aún hay muchos pacientes sin diagnosticar en numerosos países de recursos limitados. Asimismo, un porcentaje significativo de pacientes está recibiendo su diagnóstico de VIH con tanto retraso que no puede beneficiarse de ninguna terapia antirretroviral y muere en los primeros seis meses de tratamiento, antes de que la TARV haya tenido oportunidad de actuar.

El informe también apunta que otros pacientes son incapaces de aprovechar los beneficios a largo plazo de la terapia antirretroviral, porque no son retenidos por los sistemas sanitarios.

Más aún, aunque la tuberculosis constituye la causa única más importante de morbimortalidad en pacientes con virus de la inmunodeficiencia humana, los servicios de VIH y tuberculosis no suelen estar integrados. El informe afirma que, debido a esto, se producen muchas muertes evitables.

La futura expansión del acceso a la TARV se ve amenazada por la debilidad de los sistemas sanitarios, que carecen de personal e instalaciones clave. El informe constata que muchos de los países más afectados por el VIH sufren una ‘fuga de cerebros’ entre  personal imprescindible, que se marcha a trabajar a naciones con más recursos.

“Tanto los estados como la comunidad internacional deben trabajar juntos ahora para reforzar los esfuerzos de prevención y tratamiento”, declaró Peter Piot, de ONUSIDA.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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