La baja frecuencia de cambio de tratamiento del VIH por su toxicidad sugiere que éste es tolerable a largo plazo

El estudio reveló que algunas combinaciones de terapia antirretroviral [TARV] (como por ejemplo las que incluyen tenofovir -Viread®-, efavirenz -Sustiva®– o atazanavir -Reyataz®-) tuvieron menor probabilidad que otras de ser cambiadas por culpa de la toxicidad. El equipo de investigadores cree que, en muchos casos, los pacientes a los que les va bien un tratamiento anti-VIH podrán mantener esa combinación de fármacos durante un periodo de tiempo prolongado.

Michael Carter

La TARV reduce de forma significativa el riesgo de morbimortalidad en personas con VIH. Sin embargo, los fármacos antirretrovirales no pueden curar la infección, y es probable que muchos pacientes que viven con el virus necesiten recibir dicha terapia durante décadas.

Los efectos secundarios constituyen un inconveniente importante de los fármacos anti-VIH. Los estudios sugieren que hasta el 50% de los pacientes que inician una TARV tiene que cambiar al menos uno de sus fármacos antes de un año debido a problemas de toxicidad. Muchos de estos efectos secundarios se producen poco después de que se haya iniciado el tratamiento; además, existe poca información sobre la necesidad de cambiarlo por dicho motivo en el caso de los pacientes que han alcanzado y mantenido un nivel de carga viral indetectable de forma duradera.

En consecuencia, un equipo de expertos del Hospital Royal Free de Londres (Reino Unido) llevó a cabo un estudio para comprobar la tasa de cambios de tratamiento en aquellos pacientes que inician tratamiento anti-VIH por primera vez. Todos los pacientes del estudio alcanzaron una carga viral indetectable (inferior a 50 copias/mL) en los seis meses siguientes al inicio de la TARV y nunca experimentaron un aumento de la misma hasta niveles indetectables. Todos los pacientes estaban tomando o bien lamivudina (3TC, Epivir®) o emtricitabina (FTC, Emtriva®). Los investigadores querían comprobar, en particular, qué proporción de cambios de tratamiento se debieron a problemas con los efectos secundarios.

En el estudio se incluyó a un total de 508 pacientes, que originaron un total de 912 años de seguimiento entre 2000 y 2005. En general, hubo 357 cambios de tratamiento. En 279 ocasiones se registró el motivo del cambio y en la mitad de estos casos, se debió a los efectos secundarios. La siguiente causa más habitual para el cambio de terapia fue a petición del paciente (18%) y por mala adhesión a la TARV (4%).

Los efectos secundarios asociados con mayor frecuencia con un cambio de tratamiento fueron los que afectaron al sistema nervioso central [SNC] (33 casos, 23%), seguidos por la lipodistrofia (28 casos, 19%). Otras toxicidades relacionadas con un número significativo de cambios de tratamiento fueron diarrea, anemia, aumento de los niveles de grasa en sangre, náuseas y vómitos.

El análisis estadístico mostró que la tasa general de cambios de tratamiento fue de 39 por cada 100 persona-años. La tasa de cambios de terapia por efectos secundarios fue de 15,4 por cada 100 persona-años.

Los principales factores relacionados con un mayor riesgo de cambio de tratamiento por problemas de efectos secundarios fueron: recibir d4T en lugar de AZT (p = 0,0027), tomar Kaletra® más que efavirenz (p = 0,03), ser una mujer heterosexual (p = 0,013) o un hombre gay (p = 0.034) más que ser un hombre heterosexual y, por último, tener mayor edad (cada aumento de 10 años de edad; p = 0,034).

El equipo de investigadores descubrió que los pacientes fueron significativamente menos propensos a cambiar de tratamiento si su TARV incluía tenofovir (p = 0,001) como segundo fármaco análogo de nucleósido (ITIN) y atazanavir (p = 0,036) como tercer fármaco.

No obstante, el equipo de expertos cree probable que la verdadera tasa de cambio de terapia debida a efectos secundarios sea superior a la registrada en el estudio y comenta: “Los cambios de tratamiento registrados a causa de otros motivos distintos a las toxicidades específicas -por iniciativa del paciente o del médico- podrían, de hecho, deberse a problemas de toxicidad.”

Los autores concluyen señalando: “En los pacientes que nunca han experimentado un fracaso virológico, la tasa de cambios de tratamiento por toxicidad es reducida en el caso de determinados regímenes terapéuticos [es decir, los que contienen efavirenz, tenofovir y atazanavir], relacionados con una tasa de cambio incluso menor.” Y añaden: “Esto sugiere que, mientras se evite el fracaso del control viral, la estabilidad que ya ofrecen algunos regímenes podría hacer factible su uso a largo plazo”.

Referencia: Lodwick RK, et al. Stability of antiretroviral regimens in patients with viral suppression. AIDS. 2008; 22: 1.039-1.046.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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