Las mujeres que no tienen suficiente comida asumen más riesgos sexuales en África

No tener suficiente comida está relacionado con una mayor frecuencia de comportamientos sexuales de alto riesgo entre mujeres de Botsuana y Suazilandia, según un estudio publicado en la edición de octubre de PLoS Medicine. Las mujeres que declararon falta de seguridad en la alimentación en el año anterior tuvieron un aumento del 80% de probabilidad de realizar sexo transaccional, un aumento del 70% del riesgo de realizar sexo sin protección con una pareja no estable y un aumento del 50% de su probabilidad de practicar sexo intergeneracional.

Michael Carter

Todos ellos son factores que resultaron estar relacionados con un mayor riesgo de infección por VIH en anteriores investigaciones. Los investigadores del estudio sugirieron que un apoyo alimenticio dirigido a esas personas podría reducir la transmisión del VIH entre las mujeres del África subsahariana.

El VIH y la falta de seguridad alimenticia constituyen las dos principales causas de enfermedad y muerte en el África subsahariana. Cada vez se reconoce más que la falta de comida podría aumentar los comportamientos de riesgo del VIH y se cree que una mala nutrición puede suprimir el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a la infección por VIH en personas expuestas al virus. Sin embargo, ningún estudio previo ha examinado la relación independiente entre no tener suficiente comida y asumir riesgos sexuales.

Por tanto, el grupo de investigadores diseñó un estudio transversal que contó con 1.050 mujeres y 999 hombres en Botsuana y Suazilandia. Entre 2004 y 2005, los participantes completaron unas entrevistas estructuradas para comprobar si existía relación entre la inseguridad alimenticia y los comportamientos sexuales de riesgo en los doce meses previos (tras controlar para variables como conocimiento del VIH, ingresos y educación) y para ver si los roles de género en las relaciones modificaron cualquier vinculación.

La inseguridad alimenticia se definió como haber declarado no tener suficientes alimentos en los doce meses previos. Los comportamientos sexuales de riesgo fueron un uso no constante del condón con una pareja no principal, sexo transaccional, sexo intergeneracional (con una pareja diez años mayor o menor), falta de control en una relación sexual y sexo forzado. A las personas se les preguntó también sobre su consumo de alcohol.

Todos los participantes tenían edades comprendidas entre 18 y 49 años.

La inseguridad alimenticia fue declarada por más mujeres que hombres (32% frente al 22%). El 8% de las mujeres y el 11% de los hombres declararon haber practicado sexo sin protección con una pareja no principal en el año anterior. Además, el 5% de las mujeres declaró haber practicado sexo transaccional en los doce meses previos, mientras que el 10% de los hombres afirmó que había pagado por sexo durante ese período. El sexo intergeneracional fue declarado por el 17% de las mujeres y el 15% de los hombres. El sexo forzado fue declarado por el 5% las mujeres y el 26% de las mujeres afirmó que había experimentado una falta de control en sus relaciones sexuales en el año anterior.

En el grupo investigadores realizó entonces un análisis estadístico para ver si podía encontrar una relación entre la inseguridad alimenticia y la toma de riesgos sexuales.

Entre las mujeres, la falta de comida estuvo relacionada con un aumento del 70% de la probabilidad de un uso no constante de condón con una pareja no principal en el año anterior (cociente de probabilidades ajustado [CPA]: 1,73; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1,27-2,36). Las mujeres con un consumo elevado de alcohol fueron casi siete veces más propensas a declarar un uso no constante de condón (CPA: 6,95; IC 95%: 2,20-23,94). Sin embargo, una mayor edad, un mayor nivel de educación y un buen conocimiento de la prevención del VIH fueron factores todos ellos relacionados con una menor probabilidad de declarar sexo sin protección para todas las mujeres.

La inseguridad alimenticia estuvo relacionada con un aumento del 84% de la probabilidad de que una mujer realizara sexo transaccional (CPA: 1,84; IC 95%:1,74-1,93). Las mujeres con consumo elevado de alcohol fueron más de quince veces más propensas a declarar sexo transaccional (CPA: 15,77; IC 95%: 3,70-67,33).

La práctica de sexo intergeneracional también estuvo relacionada con la inseguridad alimenticia entre las mujeres, con un aumento de casi el 50% de la probabilidad entre las mujeres con inseguridad alimenticia (CPA: 1,46; IC 95%: 1,03-2,08). De nuevo, el consumo elevado de alcohol aumentó de forma significativa el riesgo de practicar sexo intergeneracional para todas las mujeres (CPA: 3,94; IC 95%: 2,52-6,18).

Las mujeres que declararon inseguridad alimenticia tuvieron un aumento del 70% del riesgo de declarar una falta de control en las relaciones sexuales (CPA: 1,68; y IC 95%:1,24-2,28), aunque un mayor nivel educativo redujo este riesgo en general para todas las mujeres.

La inseguridad alimenticia estuvo relacionada con la duplicación de las probabilidades de que una mujer declarara haber sufrido sexo forzado (CPA: 1,98; IC 95%: 0,57 – 6,91). El consumo elevado de alcohol aumentó más las probabilidades de sexo forzado para todas las mujeres (CPA: 3,58; IC 95%: 1,7 – 7,4).

Las relaciones entre la inseguridad alimenticia y la toma de riesgos sexuales fueron mucho más débiles en el caso de los hombres. La falta de comida estuvo relacionada con un modesto aumento del 14% de la probabilidad de que los hombres declararan un uso no constante de condón con una pareja no principal (CPA: 1,14; IC 95%: 1,10-1,18). El consumo elevado de alcohol aumentó aún más estas probabilidades (CPA: 2,63; y IC 95%: 1,66-4,15). El consumo elevado de alcohol también estuvo relacionado con el sexo transaccional (CPA: 3,87; y IC 95%:3,27-4,59) y el sexo intergeneracional para todos los hombres (CPA: 1,95; IC 95%:1,65-2,27).

"Nuestro estudio basado en la población descubrió que la inseguridad alimenticia estuvo relacionada con muchas prácticas sexuales de riesgo para las mujeres de Botsuana y Suazilandia", escriben los autores.

Asimismo, señalan que la inseguridad alimenticia fue más prevalente entre las mujeres jóvenes y tuvo más probabilidades que condujera a la toma de riesgos sexuales en mujeres que en hombres. Comentan que "las mujeres en los hogares de diversas partes del África subsahariana podrían tener menos seguridad alimenticia que los hombres como resultado de una desigual distribución doméstica del alimento, una situación exacerbada por su falta de control para tomar decisiones".

El equipo investigadores añade que "nuestros hallazgos sugieren que las intervenciones que emplean suplementos alimenticios orientados y estrategias de producción de alimentos podrían ayudar a abordar alguna de las desigualdades de género y económicas que conducen a la práctica de comportamientos sexuales no seguros y deberían ser consideradas como un modo de reducir los comportamientos de transmisión del VIH en poblaciones específicas en situación de alto riesgo".

Referencia: Weiser SD et al. Food insufficiency is associated with high-risk sexual behavior among women in Botswana and Swazliland. PLos Medicine 4 (10) 260e, 2007.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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