¿Hasta qué punto resulta aceptable ofrecer el autotest del VIH a las parejas sexuales?

Un estudio revela que los participantes convenientemente formados pudieron ofrecer la prueba con naturalidad y manejar las reacciones violentas en las parejas que se sintieron molestas

José Fley
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Ofrecer el autotest a las parejas sexuales podría ser una estrategia viable y aceptable, permitiría detectar el VIH en personas no diagnosticadas y, en tales casos, ayudaría a mitigar el impacto de un resultado positivo al sentirse acompañadas. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio cuyos resultados han sido publicados en la revista AIDS and Behavioir.

El autotest del VIH es una medida adicional para la detección de la infección por el VIH para aquellas personas que desean realizarse la prueba en la intimidad y sin prescripción médica. Disponible sin receta médica en las farmacias españolas desde enero de 2018, el autotest consiste en que la misma persona que se realiza la prueba recoge la muestra de sangre o fluido oral e interpreta el resultado del test. La obtención del resultado es inmediata (generalmente en menos de 20 minutos), no siendo necesario enviar la prueba a ningún laboratorio para obtener el resultado. Un resultado positivo al autotest del VIH requiere ser confirmado mediante pruebas de laboratorio específicas (véase La Noticia del Día 05/12/2016 ).

La disponibilidad del autotest ha planteado toda una serie de interrogantes como, por ejemplo, si esta prueba puede resultar viable y aceptable entre personas que van a mantener relaciones sexuales y si, de ser así, podría ser una estrategia promovida por las autoridades sanitarias. Además, se desconoce si las parejas sexuales podrían reaccionar de forma violenta al ofrecerles el autotest del VIH.

Con el fin de arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, un grupo de investigadores estadounidenses y portorriqueños llevaron a cabo un estudio de distribución aleatoria con el fin de evaluar si los participantes utilizarían el autotest para cribar a sus parejas sexuales y si el uso del autotest reduciría el número de veces que realizan sexo anal sin preservativo con parejas serodiscordantes o de estado serológico desconocido.

Para ser elegibles, los participantes tenían que ser hombres gais, bisexuales, otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres (GBHSH) o mujeres trans sin el VIH, haber mantenido recientemente relaciones sexuales con múltiples parejas, no utilizar preservativos de forma constante y no tomar profilaxis preexposición al VIH (PrEP). El estudio incluyó a 272 participantes de orígenes étnicos distintos (un 57% fueron latinos y un 40%, negros), siendo la mayoría de entre 30 y 40 años.

La mitad de los participantes fueron asignados de forma aleatoria al grupo de intervención en el que recibieron 10 kits de autotest del VIH y la opción de solicitar más si los necesitaban. Además, fueron formados para atender cualquier circunstancia a la que podrían encontrarse, como, por ejemplo, cómo proponer a las parejas sexuales hacer el autotest, la necesidad de respetar la decisión de las parejas de no hacerse el autotest y las posibles reacciones de las parejas sexuales ante la petición de hacerse la prueba. A la otra mitad de los participantes se les asignó al grupo control en el que no recibieron ni kits ni formación.

Durante tres meses se recopilaron de forma regular datos de los autotests realizados y de las conductas sexuales a través de mensajes de texto y se realizó una visita de seguimiento al final del periodo.

De los 136 participantes del grupo de intervención que recibieron el autotest del VIH, un total de 100 (78%) se hicieron el autotest; 114 (88%) utilizaron el autotest para cribar, como mínimo, a una pareja sexual. Respecto al modo de ofrecer el autotest a las parejas sexuales, 71 (55%) participantes se lo propusieron a, como mínimo, una posible pareja sexual de forma no presencial, es decir, por teléfono, mensaje de texto o cualquier otro método similar. Un total de 111 (86%) ofrecieron en persona a, como mínimo, una pareja sexual hacerse el autotest del VIH, con un total de 870 peticiones de realización del autotest.

No todos los participantes del grupo de intervención utilizaron los tests con todas sus parejas sexuales. Un total de 79 (62%) participantes refirieron que en ocasiones no habían propuesto el autotest ya fuese por no disponer del kit en el momento del encuentro sexual, por pensar que la pareja era seronegativa, por sentirse incómodos o por haber planificado no realizar sexo anal, entre otros motivos.

De entre los 41 participantes que tuvieron, como mínimo, una pareja sexual que rechazó el autotest, 30 (73%) comunicaron haber mantenido relaciones sexuales con, como mínimo, una de estas parejas. De hecho, 18 (60%) participantes mantuvieron sexo anal sin preservativo con, como mínimo, una pareja sexual.

No todas las potenciales parejas sexuales reaccionaron bien a la propuesta de realizar el autotest del VIH. De las 870 peticiones que se hicieron, 113 parejas se enfadaron o molestaron y 16 de ellos tuvieron una reacción violenta. Estos incidentes –que en ningún caso derivó en daños graves– se produjeron normalmente tras ofrecer el autotest del VIH y no después de conocer los resultados de la prueba. En la evaluación de seguimiento, se preguntó a los participantes del grupo que recibió los kits de autotest del VIH si se sentían capaces de manejar estas situaciones: el 22% refirió que, en ocasiones, resultaba difícil juzgar si una pareja podía volverse violenta; un 7% comunicó lo difícil que les resultó evitar situaciones violentas; y un 6% reveló que, en ocasiones, resultó difícil manejarlas con dificultad. Los investigadores consideran que estas reacciones violentas fueron muy limitadas y no deberían socavar la validez y aplicabalidad de la oferta del autotest del VIH a las parejas sexuales.

Un total de veinticuatro parejas sexuales de 14 participantes recibieron un resultado reactivo (preliminar positivo al VIH) al autotest. Las entrevistas en profundidad con diez de estos participantes mostraron que la mayoría era capaz de manejar la situación. Describieron haberse encontrado con distintas reacciones ante el reactivo como tristeza o angustia, desconfianza de la validez de la prueba e incluso enojo.

En general, los participantes sirvieron de apoyo y trataron de ser útiles cuando sus parejas obtuvieron un resultado reactivo. Para muchos entrevistados, el resultado reactivo sirvió para detener el encuentro sexual. En otros casos, el sexo se reanudó en una fecha posterior o hubo una intimidad de naturaleza diferente.

Uno de los objetivos primarios del estudio fue el número de veces que los participantes tuvieron sexo anal sin preservativo con una pareja sexual cuyo estado de VIH era desconocido o positivo en los últimos tres meses, siendo de 21 el número promedio en el grupo de intervención y de 31 en el grupo de control. Por consiguiente, esta diferencia sugiere que la intervención podría haber ayudado a los participantes a evitar algunas situaciones de riesgo, aunque la diferencia no se mostró estadísticamente significativa (cociente de tasas: 0,68; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,45-1,05).

Uno de los sesgos del estudio es el propio periodo ventana del autotest del VIH de segunda generación utilizado, que oscila entre uno y dos meses. En ese periodo, las parejas sexuales podrían haberse expuesto y adquirido el VIH y no obtendrían un resultado preciso. Aun así, una proporción de los participantes hubiera mantenido relaciones sexuales sin condón de todos modos.

En sus conclusiones, los investigadores señalan que usar el autotest del VIH con parejas sexuales puede ser una estrategia apropiada que evita depender de la intuición o de la información proporcionada por las parejas a la hora de tomar decisiones sobre el sexo que se quiera realiz ar.Además, los datos apoyan la capacidad de los participantes para lidiar satisfactoriamente ante las reacciones violentas que puedan encontrarse o para mitigar el impacto de un resultado positivo al autotest en una pareja sexual.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia ( gTt-VIH ).

Referencia: Carballo Diéguez A et al. Use of Rapid HIV Self-Test to Screen Potential Sexual Partners: Results of the ISUM Study. AIDS and Behavior, online ahead of print, December 2019.

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