La toxicidad hepática se muestra como la principal causa de ingreso hospitalario de personas con VIH

Un estudio español apunta que podría darse con más frecuencia en personas coinfectadas con VIH y VHC

Juanse Hernández
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Mientras que las infecciones oportunistas han descendido como una de las principales causas de ingreso hospitalario de personas con VIH desde la introducción de TARGA, otras afecciones, entre las que se incluyen las toxicidades asociadas a los fármacos, parecen haberse incrementado. Ésta es la conclusión a la que llega un estudio español publicado en la edición de septiembre de AIDS Research & Human Retroviruses.

En las últimas décadas se ha descrito un amplio rango de toxicidades asociadas a los antirretrovirales, entre las que se incluyen la hepatotoxicidad, el daño mitocondrial, las complicaciones metabólicas, como por ejemplo resistencia a la insulina e hiperlipidemia, la pérdida de la densidad mineral ósea, reacciones de hipersensibilidad y disfunción tubular renal. Sin embargo, hasta la fecha no se conoce del todo bien la tasa total de acontecimientos adversos asociados a los fármacos antirretrovirales y su impacto en los ingresos hospitalarios de personas con VIH.

Por este motivo, un equipo de investigadores del Hospital Carlos III de Madrid quiso evaluar la proporción de pacientes ingresados en su hospital como consecuencia de las toxicidades asociadas a los fármacos durante los últimos siete años. Se analizó un total de 1.981 ingresos hospitalarios consecutivos correspondientes a 1.581 personas con VIH

Casi la mitad de los pacientes (45%) estaba tomando terapia antirretroviral. En general, las toxicidades asociadas a los antirretrovirales fueron la razón principal o secundaria de ingreso para 141 personas (7%).

La toxicidad hepática fue la complicación asociada a los fármacos más frecuente, presente en 42 personas (30% de las toxicidades), de las cuales en 10 casos se asoció con el uso de nevirapina y en 8 con el uso de d4T más ddI. Un 80% de los casos de toxicidad hepática se produjo en pacientes con infección crónica por virus de la hepatitis C (VHC).

Otras toxicidades importantes fueron la observada en la médula ósea, que se dio en 24 personas (17% de las toxicidades) y se asoció con el uso de AZT; pancreatitis, en 19 personas (13%), principalmente en aquellos que tomaban d4T y/o ddI; y nefrolitiasis -cálculos en el riñón- en 8 pacientes (6%) que se asoció con indinavir.

Ocho personas fueron ingresadas por hiperlactatemia sintomática (niveles elevados de ácido láctico), de las cuales 5 estaban tomando regímenes que contenían d4T. De todos estos casos de hiperlactatemia, sólo dos desarrollaron acidosis láctica, un estadio mucho más grave que puede llegar a ser incluso potencialmente mortal.

Cinco pacientes presentaron síntomas gastrointestinales y en uno de ellos se dio neuropatía grave.

Entre los efectos secundarios menos frecuentes se incluyeron la fiebre asociada al uso de medicamentos y los síntomas neurológicos relacionados con efavirenz. Durante los dos últimos años del período de estudio, tres personas fueron ingresadas a causa de toxicidad asociada a tenofovir, una con exantema, otro con fallo renal y la última con un síndrome de dolor osteoarticular generalizado que se asoció con la pérdida de la densidad mineral ósea.

Aunque las toxicidades asociadas con TARGA fueron comunes, los investigadores observan que en todos los pacientes con toxicidad asociada a los antirretrovirales ésta se pudo resolver de forma favorable, con la salvedad de una persona con enfermedad hepática previa en fase terminal y asociada al VHC, que falleció tras experimentar descompensación hepática tras el inicio de un régimen con lopinavir/ritonavir, 3TC y AZT.

En sus conclusiones, los autores del estudio señalan que la primera causa de admisión hospitalaria en su estudio fue el daño hepático asociado al uso de los medicamentos antirretrovirales y que el hecho de que el VHC estuviera presente en un 80% de estos pacientes parece indicar que la hepatotoxicidad de los fármacos anti-VIH es más frecuente en personas coinfectadas con VIH y VHC. Por lo que el equipo del Carlos III de Madrid considera que “estos hallazgos subrayan la necesidad de diseñar estrategias más adecuadas para prevenir y tratar la hepatitis C en personas con VIH”.

Fuente: Hivandhepatitis.com / Elaboración propia.

Referencia: M J Nunez, et al. Impact of Antiretroviral Treatment-Related Toxicities on Hospital Admissions in HIV-Infected Patients. AIDS Research & Human Retroviruses 22(9): 825-829. September 2006.

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