Valeria es alta, hermosa y parca en palabras, ha elegido este nombre como seudónimo y no quiere aparecer en fotografías. En Bulgaria el estigma asociado al VIH es grande y teme ser reconocida.
LMP: ¿A qué te dedicas Valeria?
Valeria: Soy de Bulgaria y me dedico sobre todo al activismo en tratamientos para el VIH, para conseguir el acceso universal en mi país.
LMP: ¿Qué te ha traído a Viena?
V: Una conferencia internacional del sida es el mayor evento mundial en la materia de VIH y sida y una gran oportunidad para conocer a las personas que quieres conocer: otros compañeros, representantes de la industria, científicos. No he venido a manifestarme, no me gusta, tal vez tome parte en alguna marcha pacífica pero mi interés principal es entablar relaciones.
LMP: ¿Qué esperas llevarte de Viena?
V: Deseo ponerle cara, por fin, a muchas de las personas con las que trabajo en distintas redes internacionales del VIH y a las que sólo conozco por correo electrónico, también espero participar en charlas y discusiones y en un grupo de trabajo donde debatiremos iniciativas de futuro.
LMP: ¿Cuál sería la radiografía del VIH en tu país?
V: Según las estadísticas oficiales hay unos 1.200 casos registrados de personas con VIH en Bulgaria. Un 70% son hombres y un 30% mujeres; del total de personas infectadas un 70% es gente joven de entre 15 y 29 años y la transmisión se da principalmente entre hombres que tienen sexo con hombres u hombres bisexuales, en Bulgaria es poco frecuente que los hombres gay lo declaren abiertamente. Se registran unos cien nuevos casos al año y habrá unas 400 personas en tratamiento antirretroviral.
LMP: ¿Cómo es vivir con VIH en Bulgaria?
V: Desde 1999 el gobierno búlgaro proporciona tratamiento antirretroviral sin cargo. Están disponibles algunos de los fármacos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento pero no todos. Las pruebas de detección y de cribado están también disponibles así como los tratamientos para las hepatitis B y C. No obstante, no es fácil para una persona coinfectada con VIH y VHC conseguir tratamiento para ambas enfermedades, se prescriben en departamentos diferentes y hay que vencer las reticencias de muchos médicos. Aunque existe el acceso universal, tenemos un buen número de problemas y retos pendientes a escala local: burocracia, procedimientos complicados, desabastecimientos o retrasos temporales....
LMP: ¿En qué medida puede afectar la recesión global?
V: Creo que existe cierta voluntad política de atender a las personas con VIH en Bulgaria, también es cierto que recibimos ayuda del Fondo Global y este dinero cubre todos los programas de prevención. El gobierno se hace cargo de la medicación antirretroviral y 400 personas en tratamiento es una cantidad manejable. De momento estamos atendidos y los programas de prevención van a mantenerse cuatro años más gracias al Fondo Global, pero eso no significa que vaya a ser así siempre viendo la situación de países vecinos como Rumanía.
LMP: ¿Existen programas específicos de atención a grupos vulnerables?
V: Sí, el dinero que recibe el Ministerio de Sanidad búlgaro procedente del Fondo Global se usa en subcontratar los servicios de ONG y son ellas las encargadas de llevar a cabo programas de prevención y atención entre usuarios de drogas, HSH y jóvenes. Se está haciendo mucho trabajo dirigido a la detección precoz y cribado del VIH.
LMP: ¿Cómo está el tema de la discriminación hacia personas con VIH?
V: Cada vez habla más del VIH en público y en los medios de comunicación aunque parece que no sirva para nada, las personas con VIH no revelan su estatus serológico por miedo a perder su empleo, sus amigos y el apoyo su familia. Uno de los grandes temas entre médicos no especialistas de VIH es la quiebra de confidencialidad, tal vez no en Sofía u otras ciudades grandes, pero en el resto del país sí se percibe que es una enfermedad altamente estigmatizada.
LMP: ¿Existen en tu país leyes especiales contra la discriminación hacia personas con VIH?
V: Específicamente sobre el VIH no, hay leyes generales en el sistema legislativo que protegen –por así decirlo– en casos de discriminación de ésta y otras enfermedades. Los cauces para acudir a tribunales están ahí a disposición de cualquier persona con VIH que haya sido discriminada pero ¿qué ocurre? si presentas una demanda es con tu nombre y apellidos y mucha gente no está dispuesta a revelar su estatus serológico.
LMP: ¿Qué cambios te gustaría ver en tu país en lo referente al VIH?
V: Sobre todo que cambiara la percepción que la sociedad tiene de la enfermedad, que afecta a todo el mundo, no sólo a usuarios de drogas inyectables, HSH o trabajadoras del sexo. También que se mantuviera la voluntad política de luchar contra la enfermedad y que se amplíe el acceso a todos los fármacos antirretrovirales disponibles; por último, que los programas tradicionales de prevención se mantengan cuando terminen las aportaciones del Fondo Global.
Valeria: Soy de Bulgaria y me dedico sobre todo al activismo en tratamientos para el VIH, para conseguir el acceso universal en mi país.
LMP: ¿Qué te ha traído a Viena?
V: Una conferencia internacional del sida es el mayor evento mundial en la materia de VIH y sida y una gran oportunidad para conocer a las personas que quieres conocer: otros compañeros, representantes de la industria, científicos. No he venido a manifestarme, no me gusta, tal vez tome parte en alguna marcha pacífica pero mi interés principal es entablar relaciones.
LMP: ¿Qué esperas llevarte de Viena?
V: Deseo ponerle cara, por fin, a muchas de las personas con las que trabajo en distintas redes internacionales del VIH y a las que sólo conozco por correo electrónico, también espero participar en charlas y discusiones y en un grupo de trabajo donde debatiremos iniciativas de futuro.
LMP: ¿Cuál sería la radiografía del VIH en tu país?
V: Según las estadísticas oficiales hay unos 1.200 casos registrados de personas con VIH en Bulgaria. Un 70% son hombres y un 30% mujeres; del total de personas infectadas un 70% es gente joven de entre 15 y 29 años y la transmisión se da principalmente entre hombres que tienen sexo con hombres u hombres bisexuales, en Bulgaria es poco frecuente que los hombres gay lo declaren abiertamente. Se registran unos cien nuevos casos al año y habrá unas 400 personas en tratamiento antirretroviral.
LMP: ¿Cómo es vivir con VIH en Bulgaria?
V: Desde 1999 el gobierno búlgaro proporciona tratamiento antirretroviral sin cargo. Están disponibles algunos de los fármacos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento pero no todos. Las pruebas de detección y de cribado están también disponibles así como los tratamientos para las hepatitis B y C. No obstante, no es fácil para una persona coinfectada con VIH y VHC conseguir tratamiento para ambas enfermedades, se prescriben en departamentos diferentes y hay que vencer las reticencias de muchos médicos. Aunque existe el acceso universal, tenemos un buen número de problemas y retos pendientes a escala local: burocracia, procedimientos complicados, desabastecimientos o retrasos temporales....
LMP: ¿En qué medida puede afectar la recesión global?
V: Creo que existe cierta voluntad política de atender a las personas con VIH en Bulgaria, también es cierto que recibimos ayuda del Fondo Global y este dinero cubre todos los programas de prevención. El gobierno se hace cargo de la medicación antirretroviral y 400 personas en tratamiento es una cantidad manejable. De momento estamos atendidos y los programas de prevención van a mantenerse cuatro años más gracias al Fondo Global, pero eso no significa que vaya a ser así siempre viendo la situación de países vecinos como Rumanía.
LMP: ¿Existen programas específicos de atención a grupos vulnerables?
V: Sí, el dinero que recibe el Ministerio de Sanidad búlgaro procedente del Fondo Global se usa en subcontratar los servicios de ONG y son ellas las encargadas de llevar a cabo programas de prevención y atención entre usuarios de drogas, HSH y jóvenes. Se está haciendo mucho trabajo dirigido a la detección precoz y cribado del VIH.
LMP: ¿Cómo está el tema de la discriminación hacia personas con VIH?
V: Cada vez habla más del VIH en público y en los medios de comunicación aunque parece que no sirva para nada, las personas con VIH no revelan su estatus serológico por miedo a perder su empleo, sus amigos y el apoyo su familia. Uno de los grandes temas entre médicos no especialistas de VIH es la quiebra de confidencialidad, tal vez no en Sofía u otras ciudades grandes, pero en el resto del país sí se percibe que es una enfermedad altamente estigmatizada.
LMP: ¿Existen en tu país leyes especiales contra la discriminación hacia personas con VIH?
V: Específicamente sobre el VIH no, hay leyes generales en el sistema legislativo que protegen –por así decirlo– en casos de discriminación de ésta y otras enfermedades. Los cauces para acudir a tribunales están ahí a disposición de cualquier persona con VIH que haya sido discriminada pero ¿qué ocurre? si presentas una demanda es con tu nombre y apellidos y mucha gente no está dispuesta a revelar su estatus serológico.
LMP: ¿Qué cambios te gustaría ver en tu país en lo referente al VIH?
V: Sobre todo que cambiara la percepción que la sociedad tiene de la enfermedad, que afecta a todo el mundo, no sólo a usuarios de drogas inyectables, HSH o trabajadoras del sexo. También que se mantuviera la voluntad política de luchar contra la enfermedad y que se amplíe el acceso a todos los fármacos antirretrovirales disponibles; por último, que los programas tradicionales de prevención se mantengan cuando terminen las aportaciones del Fondo Global.
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