El mismo informe también señala que las personas que necesitan atención psicológica por el impacto de conocer su enfermedad ven afectadas sus oportunidades de tener empleo en un 14%.
Los resultados, asimismo, sugieren que los individuos que contrajeron el virus a través del uso de drogas inyectables tienen una probabilidad significativamente menor de conseguir un trabajo que las personas que adquirieron la enfermedad por otros medios.
El nivel de defensas es otra variable muy significativa. “Los resultados indican que una persona con un nivel de defensas alto tiene un 25% más de probabilidades de lograr un empleo”, afirma el investigador. Por otro lado, los pacientes con un diagnóstico reciente de VIH —en los 12 meses anteriores a la encuesta— tuvieron un 11,2% más de probabilidades de trabajar que los que fueron diagnosticados antes.