LO+POSITIVO (LMP): Bienvenido, Jordi. ¿Cómo ha ido la carrera?
Jordi Sandor (JS): Éste ha sido el cuarto año en que la he terminado, aunque mi objetivo inicial era acabar mejor que el año pasado: terminé el 110 [de unos 190 participantes]. Quería rebajar un poco y llegar entre los primeros 80 ó 90. No pudo ser, pero acabé bien.
Hubo etapas mucho más largas que el año pasado. Eso sí, las temperaturas fueron muy buenas, con máximas entre 38 y 39ºC, y los paisajes eran impresionantes. Ha sido una edición fantástica.
Me gustó muchísimo porque empezamos en el desierto, en Tazzarine, un pueblecito del sureste de Marruecos, y fuimos rodeando las Montañas del Atlas. El cuarto día, en la tercera etapa, hicimos tres puertos de montaña de “primera categoría” y hasta 1.770 metros de altura, con una subida continua durante 34km. Fue realmente una etapa de montaña de primera magnitud.
LMP: ¿Te ves volviendo el año próximo?
JS: Sí, siempre. Yo vivo para ello, da sentido a la vida, de verdad. Estoy todo el año preparándome para hacerlo. Es una cosa fenomenal, me encanta.
LMP: ¿Has practicado siempre deporte?
JS: Sí, siempre lo he hecho. Cuando eres joven y tienes una salud prácticamente perfecta, te comes el mundo. Por el contrario, cuando estás enfermo, no puedes hacer tantas locuras, porque llegas al límite físico con más rapidez. Tienes que prepararte, mentalizarte de cómo vas a practicar deporte y ponerte límites físicos, porque el cuerpo se adapta a lo que le manda la mente. Termino la Titan Desert con este planteamiento, con esa filosofía. Si no tienes una cabeza fuerte, esta carrera no la finalizas.
LMP: ¿Desde cuándo sabes que vives con VIH?
JS: Desde 1993. Como entonces los tratamientos no eran muy buenos, fui trampeando, probando uno y después otro, pero no me fueron bien, incluso tuve una sobredosis de sulfamidas, y ahora soy alérgico. No había prácticamente nada, hasta que en 1996 estuve enfermo tres meses en el hospital con una neumonía. Pensaba que no salía, perdí mucho peso y todas las defensas. Tenía sida y vi la muerte.
Pero tuve suerte. Un amigo mío americano me trajo una medicación nueva que acababa de salir: Norvir®. Poco a poco, fui viendo que mejoraba, sintiendo más esperanza y fui saliendo. Pensaba que me iba a morir pero sobreviví. Tuve suerte.
LMP: ¿Y cómo has conseguido convertirte en un atleta de alto nivel?
JS: El secreto es, básicamente, una larga preparación. Y todo parte de un conocimiento personal, individual, de la confianza que tengo en mí mismo y de no abusar de ella. Sé hasta dónde puedo llegar, no me paso y, cuando estoy casi al límite, dosifico el esfuerzo.
Para ser un atleta de élite se necesita mucha voluntad, una buena cabeza, buen pensamiento y una buena base física. Después de la preparación, está la alimentación. Un deportista de élite se tiene que cuidar en todos los sentidos, también en el descanso.
Desde hace poco, como más vegetales. La carne, en pocas ocasiones, sólo cuando el cuerpo pide proteínas. En general, escucho mucho a mi cuerpo, tengo una relación muy buena con él.
LMP: ¿Cómo consigues esta buena relación con tu cuerpo?
JS: A través de visualizaciones y meditación. Cuando estaba en el hospital enfermo de sida era cuando hacía estas cosas, las había aprendido antes en la asociación ACTUA, de Barcelona, en los talleres de yoga y meditación que hacían allí. Las puse en práctica cuando estaba en la cama, cerraba los ojos y desconectaba de todo, meditaba, conectaba conmigo mismo y, poco a poco, me he ido conociendo, descubriendo. Es muy importante, porque si uno no se conoce a sí mismo, no consigue aprender nada. Si no conoces tus límites, no te conoces a ti mismo; y así, no puedes eliminar tus miedos, que, al fin y al cabo, son los que nos dominan.
Baso mi alimentación en lo que el cuerpo me pide. Normalmente, desayuno muy bien; como el refrán inglés: “desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo”.
LMP: ¿Utilizas algún tipo de suplemento vitamínico?
JS: Habitualmente, tomo suplementos vitamínicos y, una vez al mes, me pincho vitamina B. En época de entrenamiento, me tomo cada mañana una botellita de ginseng con jalea real, que venden en los herbolarios. Me funciona bastante bien, aunque lo mejor es comer fruta, a poder ser entre las comidas. Pienso que así se absorbe mejor la glucosa.
En la Titan lo más importante tras una etapa maratoniana de 80 ó 100km, donde el desgaste físico es tremendo, es hacer estiramientos y, después, alimentarte a base de sueros con minerales, agua y muchos otros líquidos, porque facilitan una más rápida absorción de los nutrientes.
Es importante también comer pasta y frutas, aunque en Marruecos la fruta fresca es un tema complicado. Hay que pelarla y no es aconsejable lavarla, ya que el agua allí está poco tratada. Tampoco se recomienda comer ensaladas. De todas formas, incluso tomando medidas, muchos de nosotros acabamos teniendo dolor de estómago y diarreas.
Comer alimentos ricos en carbohidratos es lo que más fuerza te da. Es importante, igualmente, estirar los músculos, sobre todo para que no se vayan acumulando el dolor y las contracciones. Si fuerzas, puede haber roturas de las fibras musculares.
LMP: ¿Qué recomendarías a las personas con VIH que quieren practicar algo de deporte? ¿Por dónde deberían empezar?
JS: Si una persona con VIH no ha hecho nunca deporte y quiere iniciarse, primero de todo, le recomiendo andar mucho, ir a la montaña, el aire puro, desconectar y aprender a respirar bien.
Si respiras bien, si tienes un flujo de entrada y salida de aire normal, tranquilo, pausado, todo el cuerpo te funciona bien. Si respiras mal, el cuerpo se estresa y se carga de tensiones. Aparecen dolencias, no te sientes bien, no rindes, no puedes hacer deporte.
Aconsejo que, en primer lugar, se aprenda a respirar. Cuando lo dices, la gente responde: “Ah, eso es fácil”. Pero no lo es. Hacer ejercicio es hacer los movimientos correctos con una respiración adecuada al mismo tiempo. Si se empieza con eso, andando por la montaña e intentando respirar adecuadamente, te sentirás mejor, notarás placer y más vida.
A partir de ahí, si ves que te encuentras más fuerte, entonces puedes empezar a hacer ejercicio en el gimnasio, bicicleta estática, spinning.
LMP: ¿Qué es el spinning?
JS: Son clases de entre 45 y 50 minutos en una bicicleta fija, pero con música. Es muy divertido. No es como la bicicleta estática, sino que te levantas, pedaleas, trabajas el tren superior de los músculos, el inferior, las piernas, el tronco, los brazos, sudas, animas todo el cuerpo. Una clase bien llevada ayuda a tonificar, a poner a tono el cuerpo. Además, son sesiones cardiovasculares que refuerzan el corazón y ayudan a respirar mucho mejor.
LMP: Hay personas que prefieren la natación…
JS: La natación, por supuesto, la utilizo para desconectar y relajarme al final del ejercicio, normalmente para descontracturar y relajar la musculatura.
LMP: ¿Cómo se vive con VIH entre los deportistas? ¿Hablas abiertamente de tu estado serológico?
JS: Hace muchos años que salgo en bicicleta; pero a un nivel tan alto, es decir de hacer marchas y maratones, empecé en el 2002.
Al principio, no lo decía a nadie o a muy poca gente. Prácticamente sólo lo sabía la familia y dos o tres amigos que no están en el tema del ciclismo. Pero con el tiempo y poco a poco fui abriéndome, sincerándome. Es difícil, porque no sabes cómo reaccionará la gente, si perderás la amistad, si se cerrarán en banda, si no volverás a ver a esa persona, etc. Puede ocurrir.
Hasta hace unos dos o tres años no solía decirlo. La primera edición de la Titan fue una prueba. Era una experiencia nueva para mí y, como el tema del desierto me atraía, aproveché la oportunidad. Vi que podía terminarla, y además bien. Me encantó.
La organización lo sabía desde el primer día. Les conté que tenía una enfermedad crónica, con pocas defensas, pero que me cuidaba muy bien, me controlaban los mejores médicos y no había problema para hacer la carrera. Ellos me dijeron que de acuerdo.
Hablé con los médicos —son un grupo de cinco—. Me dijeron que vale, que no pasaba nada, y que si yo me controlaba y tenía mi medicación, no había ningún problema, pero que ellos estarían pendientes de mí por si les necesitaba.
Todo fue bien y, al año siguiente, volví a repetir porque me gustaba. Además, notaba una energía espectacular. Cuando estás en el desierto, sientes con tal intensidad la naturaleza que te sientes pequeño, insignificante. Tan sólo la tierra, el aire y el calor. ¡Es muy impresionante! Hay una comunicación, un intercambio. Me empapo y recargo las baterías.
Poco a poco, lo empecé a decir a alguna amistad que hice allí. Lo decía también porque quería ver cómo reaccionaban. Si me ponía a correr al lado de un deportista de élite, de una persona sana, con todas las defensas y mucho más preparada, sería como un reto para él y para mí. En un principio, fue curiosidad. Algunos reaccionaban muy bien, pero se notaba que se quedaban pensando. Con la mayoría había buena vibración y buena relación después, me entendían, me apoyaban y animaban. Me sentí fantástico. Con la libertad de poder decir lo que tenía, disfruté aún más.
LMP: ¿Por qué piensas que en España no ha habido deportistas de élite que hayan manifestado que viven con VIH? ¿Por qué no tenemos un Magic Johnson?
JS: ¿Por qué aquí los deportistas no revelan su estado serológico?; quizá porque hay prejuicios, miedo a la respuesta. Tal vez, el sistema es demasiado cerrado.
Yo creo que hay muchos prejuicios. Se juzga fácilmente, y en el deporte también. Ojalá cambiara. Espero que los deportistas adquieran más conciencia, y la gente también, de que el VIH es una enfermedad crónica, de que se puede convivir y hacer deporte. Y de que el deporte es una de las mejores medicinas para el ser humano. Disfrutar del ejercicio es lo mejor que te puede pasar para vivir bien.
No puede ser que, en el siglo XXI, después de que la humanidad haya pasado tantas penurias, guerras y problemas, todavía haya tanto estigma y prejuicios. Creo que tiene que ver con la educación, con la que recibieron nuestros padres bajo la influencia de la Iglesia. Es hora de que vayamos apartando todo eso, abriéndonos y dejando de tener miedos infundados.
Se tiene que informar más de las cosas y dar la cara. Cualquiera puede tener un mal momento, una confusión, un despiste y adquirir el VIH. Hay muchas personas que lo tienen y no lo saben; por eso, creo que es importante que, si has tenido una práctica de riesgo, te hagas la prueba.
Pero para eso, y como colectivo, deberíamos estar más protegidos desde el punto de vista legislativo, porque el estigma nos perjudica muchísimo en el trabajo, en nuestras relaciones con los vecinos, etc. Las relaciones personales son muy importantes.
LMP: En el trabajo, ¿qué tal?
JS: He tenido varios trabajos, de administrativo, de comercial…, pero nunca he podido decir lo que tenía. Ni siquiera me he atrevido, porque sabía que lo recibirían muy mal, y que podía causarme problemas. Ahora estoy buscando empleo. Me encantaría trabajar como profesional del deporte, sobre todo en el ciclismo, y vivir de ello.
LMP: Y en la carrera de la vida, ¿en qué etapa te encuentras?
JS: Ahora me encuentro en un punto óptimo, mejor que cuando tenía 25 años. Sí, sí, más estable, más consciente de mi vida. Hoy sé lo que quiero en la vida.
LMP: ¿Dónde has puesto tu meta?
JS: La meta principal sería poder curar la enfermedad. ¿Cuándo tardará? Eso quién lo sabe.
Mientras, que la gente disfrute de la vida, que viva con tranquilidad, que no tenga remordimientos porque le ha pasado una cosa mala; todo sucede por algo. Eso sí, es importante, primero, conocerse muy bien, después, dar, compartir el conocimiento, el amor.
Culpabilizarse no sirve de nada. Si pierdes el tiempo en culparte y luego en disculparte, estás gastando momentos de tu vida en cosas que no valen la pena. Evidentemente yo no lo sabía, y pienso que todos necesitamos pasar por esos momentos.
Aunque lo que a mí me ha funcionado, no tiene por qué irle bien a otro, pero sí creo importante que se entienda que todas las experiencias importan, las buenas y las malas.
Son cosas que no nos enseñan en las escuelas; se aprende cuando tienes una desgracia, un accidente o una enfermedad. Cuando sucede, frenas en seco y te paras a pensar; cuando lo haces, valoras qué es la vida, qué es importante para ti y vas más allá. Yo lo intento ayudando a otros.
LMP: ¿Y quién te ha ayudado a ti?
JS: Pues mis patrocinadores, la Fundació de Lluita contra la Sida —con el Dr. Clotet a la cabeza— y Laboratorios Abbott; su colaboración me permitió participar en las tres últimas ediciones de la Titan. También, quiero mencionar a RPM Events por la excelente organización de la Titan y, especialmente, a mi esposa Lídia por el apoyo incondicional que me presta día tras día. Y, por supuesto,a mis compañeros de equipo que, gracias a su apoyo, me han hecho sentirme como uno más.
LMP: Cuéntanos tu iniciativa de crear un grupo de ciclistas con VIH.
JS: Sí, me encantaría animar a personas con VIH que les guste el deporte y que quieran dar un paso hacia delante y no tengan problema para decir: “Vivimos con VIH y hacemos deporte [más o menos] de élite”.
¿Por qué no dar la cara y competir en carreras internacionales? Sobre todo, para ser un ejemplo y contribuir a romper esas trabas y estigmas y a cambiar el mundo para hacerlo mejor. Pienso que sí podemos hacerlo y debemos intentarlo.
A nivel personal, la Titan Desert me da unas ganas tremendas de vivir, y esto es lo que me motiva ahora. En paralelo, me encantaría participar en otras pruebas, por eso lo del equipo con más personas con VIH y lo de conseguir un posible patrocinador que nos permitiera competir en más carreras durante el año. Quizá haya otras personas a quienes esto también les motive. Sería interesante para mí compartir, ayudar a otras personas.
LMP: Quien quiera sumarse a la iniciativa, ¿qué debe hacer?
JS: Me puede encontrar en Facebook o escribirme directamente a: jordisandor
Ahora, estoy también en el foro http://enpositivo.info/ con gente muy simpática, que conocí a través de LO+POSITIVO, como Salvita y otras personas. Estoy tratando con ellos desde hace un par de meses y me encanta, existe muy buen rollo. Además, hay gente de todos los sitios.
¡Si todos nos ayudáramos los unos a los otros, el mundo sería fantástico!
La Nissan Titan Desert es una carrera de mountain bike, considerada la más dura del mundo. Celebró su cuarta edición en Marruecos, del 26 de abril al 2 de mayo de 2009. Durante cinco días, los participantes estuvieron expuestos, en pleno desierto, a altas temperaturas y a un terreno traicionero, con el fin de completar cuatro duras etapas y, prácticamente, quinientos kilómetros. Como dicen los organizadores, se trata de una carrera, una competición, pero sobre todo y para la mayoría, un reto; el reto de conseguir lo que pocas y pocos han logrado en el mundo: enfrentarse al desierto, al calor, a la distancia, en las peores condiciones imaginables.
Puedes encontrar más información sobre esta competición deportiva en: www.titandesert.es