EE UU, más cerca


El equipo de LO+POSITIVO

Si bien el proceso para la obtención de un visado especial, que en ocasiones puntuales puede permitir la entrada, se ha optimizado últimamente, las personas con VIH siguen, de hecho, sin poder cruzar la frontera. El caso del activista británico contra la tuberculosis Paul Thorn, a quien recientemente se le rechazó el visado después de que fuera invitado a una cumbre sobre salud, ha hecho aumentar las presiones desde fuera y también desde dentro del país, para que las restricciones desaparezcan.

A estas voces se ha sumado también la Sociedad Internacional del Sida (IAS, en sus siglas en inglés). La misma organización que en 1992, en señal de protesta, decidió cambiar la sede de la Conferencia Internacional del Sida de Boston a Ámsterdam, y no volver a celebrar ninguna otra edición en suelo estadounidense, afirma ahora que la Conferencia podría celebrar su edición de 2012 en la ciudad de Washington si finalmente de­saparece la prohibición.

Eliminando esta injusta medida, establecida en tiempos del extinto presidente Reagan y fruto de una política excluyente basada en el miedo y el estigma, la administración Obama contribuirá también al restablecimiento de la maltrecha imagen que esta gran potencia económica ha exhibido en las últimas décadas en cuanto al respeto y la promoción de los derechos humanos.

No queda claro, sin embargo, si el cambio de legislación afectará tan sólo a visitantes o también se aplicará a aquellas personas que vayan a estudiar o trabajar en el país. Esperemos que así sea.

Es preciso ahora que otros países que también vetan la entrada a las personas con VIH, como China, Corea del Sur, Emiratos Árabes, Sudán o Yemen, y otros más cercanos que impiden la residencia, como la vecina Andorra, actualicen también su legislación para eliminar estas medidas a todas luces discriminatorias.