Otro problema gastrointestinal común son las náuseas y los vómitos. Suelen aparecer al principio del tratamiento o cuando éste se inicia con un nuevo fármaco o combinación. También pueden surgir problemas derivados de la acumulación de gases. Las terapias herbales pueden constituir un buen complemento para ayudarte con estos problemas. A continuación, te ofrecemos información sobre algunas plantas medicinales indicadas para este tipo de afecciones.
La raíz de esta planta, conocida en China como Bai Zhu, suele usarse en la medicina tradicional de ese país. Forma parte de las terapias inmunitarias (se le reconoce cierto efecto potenciador de las defensas) y, sobre todo, se emplea para tratar problemas del tracto digestivo, como diarrea, gases o abotargamiento. Estudios realizados en China mostraron que fórmulas herbales que contenían Atractylodes fueron capaces de prolongar la supervivencia de enfermos de cáncer de estómago cuando se tomaban en combinación con la quimioterapia. Dichas fórmulas también incrementaron la inmunidad celular en ratones.
En personas con VIH, la planta puede ayudar a ganar peso, recuperar músculo, reducir tanto la diarrea como otros problemas digestivos, y mejorar la función inmunitaria. El único inconveniente de la planta es que puede reducir la funcionalidad de las plaquetas, por lo que no está indicada cuando hay problemas de coagulación, bajos niveles sanguíneos de plaquetas o en casos de sangrado nasal o menstrual importantes.
El jengibre, aparte de la función hepatoprotectora que destacamos en el número 40 de LO+POSITIVO, también ha sido utilizado en la medicina tradicional china durante siglos para tratar las náuseas y otros problemas gastrointestinales. Su capacidad antioxidante, además, aporta numerosos beneficios, como la eliminación de radicales libres. Como en el caso anterior, su función antiagregante plaquetaria desaconseja su uso en personas con problemas de coagulación o sangrado. Puede tomarse fresco (preferiblemente, pues es la manera en que mejor conserva sus propiedades) o en preparaciones en las que se somete a desecación.
La raíz de esta planta, originaria de Norteamérica, contiene un alcaloide llamado berberina. La población indígena norteamericana, tradicionalmente, ha utilizado esta planta para combatir infecciones oculares y del tracto respiratorio superior, así como para tratar las diarreas. La berberina es un potente antimicrobiano que se ha mostrado especialmente eficaz en diarreas de origen parasitario (como la giardiasis) o de origen fúngico. Los estudios realizados con el alcaloide recomiendan usarlo junto a los tratamientos farmacológicos indicados para cada tipo de diarrea, es decir, como terapia de apoyo.
Los extractos de hidrastis son difíciles de obtener y suelen ser caros, puesto que se trata de una especie en peligro y su explotación está controlada. Por fortuna, existen otras plantas más fáciles de conseguir y más baratas que producen berberina, que es, al fin y al cabo, la responsable de los beneficios de hidrastis.
El agracejo (Berberis vulgaris), planta de origen europeo, coptis (Coptis trifolia), usada en la medicina tradicional china, y mahonia (Mahonia aquifolium), más conocida como uva de Oregón, son tres buenas opciones alternativas.
Estas plantas están disponibles, en la mayoría de ocasiones, en forma de cápsulas, aunque también existen tinturas (extractos en alcohol) o preparados para infusión.
Los extractos o cápsulas deben tomarse bajo control médico, ya que dosis altas pueden tener efectos inmunosupresores, otros efectos secundarios peligrosos, y pueden interferir en el metabolismo del complejo de vitaminas B. Además, no deben ingerirlos mujeres embarazadas.
Planta muy conocida y común en Europa y Norteamérica. Tanto sus hojas secas como su aceite esencial tienen uso medicinal. Esta especie de menta es útil frente a las náuseas, las diarreas y para tratar el síndrome del intestino irritable. Suele combinarse su empleo con el de otras plantas medicinales útiles para el tratamiento de molestias digestivas. En un estudio se puso de manifiesto la capacidad de la menta piperina para reducir el dolor abdominal y la diarrea en personas con el síndrome del intestino irritable.
La menta piperina puede tomarse en forma de infusión (a partir de hojas secas), en cápsulas con aceite esencial con cubierta gastrorresistente o en cápsulas que contienen hojas desecadas.
No debe abusarse de la planta, dado que puede irritar el estómago si se toma en dosis elevadas o con el estómago vacío.
Muy comunes en nuestro entorno, las plantas pertenecientes al género Plantago son muy frecuentemente utilizadas como reguladores intestinales. Una de las plantas integrantes de este género es el psyllium o psilo, que en el número 39 de LO+POSITIVO destacábamos por su capacidad para rebajar lípidos. Como esta capacidad estaba asociada con la fibra contenida, en realidad, el resto de especies de Plantago empleadas como plantas medicinales también pueden mejorar los niveles de colesterol.
Los mucílagos contenidos tanto en la cáscara como en las semillas permiten tratar tanto problemas de diarrea como de estreñimiento. Se puede obtener en forma de semillas, medicamentos (como Agiolax®) o en barritas de fibra.
Al tratarse de fibra, se debe tomar cantidades importantes de líquido durante el período en que se toma la planta, ya que la fibra que contiene absorbe agua, lo que produce el efecto regulador intestinal. Si no se bebe suficiente agua, puede dificultar el tránsito intestinal.
Otro aspecto que cabe tener muy en cuenta es el hecho de que la fibra podría absorber los medicamentos antirretrovirales y dificultar su absorción, por lo que se recomienda esperar una o dos horas tras la toma de antirretrovirales antes de ingerir Plantago.
Referencia:
A Practical Guide to Herbal Therapies for People Living With HIV de Canadian AIDS Treatment Information Exchange (CATIE). Disponible en: www.catie.ca