María José Fuster dio sus primeros pasos en el activismo del VIH en el año 1993. Algo más tarde, participó en la creación de la Coordinadora de Asociaciones de Lucha Contra el Sida de la Comunidad Valenciana (CALCSICOVA), de la que fue presidenta. En su andadura profesional también figura el haber fundado la Coordinadora Estatal de VIH/Sida (CESIDA), de la que también fue presidenta. Además de ser en la actualidad gerente de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA), María José es doctora en Psicología y ha realizado numerosas investigaciones sobre el estigma y la discriminación que se asocian con el VIH.
En el caso del estigma que proviene de terceras personas, es de gran importancia ofrecer una información que disminuya las creencias erróneas que se tienen sobre esta infección y reducir la percepción de amenaza que el VIH supone. Asimismo, una acción muy significativa consiste en acortar la distancia que la sociedad tiene de las personas con VIH. La revista LO+POSITIVO, además de facilitar información adecuada y correcta en torno a esta infección, ha acercado numerosas historias personales a todo aquel que haya tenido acceso a ella. Sin duda, quienes no pertenezcan a nuestro colectivo y la hayan leído habrán incrementado su empatía hacia nosotros/as y, con seguridad, sus actitudes habrán mejorado.
Sin embargo, desde mi punto de vista, un aspecto crucial de la intervención de esta revista ha sido su contribución a que las personas con VIH redujesen su propia autoestigmatización. ¿Y cómo se logra esto? Pues ayudando a corregir una posible percepción distorsionada respecto al rechazo del entorno, mejorando la autoestima y enseñando estrategias para su afrontamiento. Son varios los números que han analizado estos temas. Además, acercar tantos rostros de personas con VIH, sus historias y sus conocimientos, habrá servido, sin duda, para empoderar a los/as lectores/as de la revista.
A través de la lectura de LO+POSITIVO, muchas personas con VIH han aumentado su autoestima y su autoaceptación. Esto habrá determinado una mayor apertura y visibilidad en su entorno, lo que también habrá influido para acercar la realidad del VIH a la sociedad. Yo, que he tenido el privilegio de participar en varias ocasiones en LO+POSITIVO, he sido testigo de cómo numerosas personas con VIH que he ido encontrando en mi camino me han relatado el poder positivo que había tenido en sus vidas lo que habían leído en la revista.
Hoy, los datos de que disponemos nos dicen que, efectivamente, el estigma se ha reducido. SEISIDA realizó, hace unos meses, una encuesta poblacional y constató que los porcentajes en los diferentes indicadores que usamos para medir el estigma habían descendido de forma significativa. Esto, qué duda cabe, ha sido gracias al esfuerzo de todos los que hemos trabajado en ello. No obstante, la política miope y cortoplacista del Gobierno Español está cercenando las posibilidades que teníamos para seguir respondiendo y trabajando en torno al tema del VIH. Un ejemplo lo tenemos en la desaparición de esta magnífica revista.
Yo me pregunto, ¿qué pasará si dentro de cinco años podemos repetir nuestra encuesta sobre estigma? Prefiero no escribir lo que pienso. Y lo prefiero porque no quisiera acabar este texto con tristeza, deseo acabarlo con una emoción más positiva, la del profundo agradecimiento que siento por el esfuerzo que habéis realizado en general, y desde LO+POSITIVO en particular.
Gracias por vuestro trabajo.