En las afueras de Vitoria funciona Besarkada Etxea. “Estamos en un barrio periférico, pero moderno y bien equipado”, explica Andoni por teléfono. Es su ciudad y se siente a gusto.
“Tenemos buena relación con los vecinos, pero hay algún bar donde son reticentes a abrirnos sus puertas. Pero ellos se lo pierden”. Lleva ocho años viviendo en la casa y ya no consume, aunque intentó salir hace un tiempo para irse a vivir solo. Dice estar satisfecho con la experiencia, pero le gustaría disponer de más independencia económica.
LO+POSITIVO [LMP]:¿Cómo es el ambiente en la casa?
Andoni [A]: Es bueno, nos llevamos bien. Hay paz, “coleguismo”, fraternidad… La alimentación está bien, la casa tiene una buena distribución. Quizá incluiría algún baño más… pero bien. El que se siente mal aquí es porque tiene algún otro problema. Si no se permiten determinadas cosas es con razón: por los problemas que conllevan a la larga.
LMP: ¿Has notado mejora?
A: ¡Muchísima! ¡Ahora incluso utilizo el ordenador! Antes lo desdeñaba… pero me compré un portátil y me bajo música. Leo, aunque depende de la temporada. Una vez al mes, hacemos una salida.
LMP: Nada que ver con otros momentos…
A: Cuando me diagnosticaron el VIH, en 1982, fue terrible. Creía que me iba a morir y que tendría una agonía de cinco años. Las medicaciones eran, en principio, experimentales. Ahora ha cambiado, es una enfermedad crónica y ya está. Me da la impresión que fue mala pata, falta de información y muchos pájaros en la cabeza.
LMP: ¿Te gustaría vivir por tu cuenta?
A: La verdad es que sí. Me gustaría trabajar, sobre todo de lo mío, que es el arte y la decoración. Físicamente me encuentro bien, aunque de vez en cuando tenga algún achuchón. Pero no llevo la cuenta de los males. Vivo el presente y que me quiten lo bailado.
LMP: ¿Qué te falta?
A: Me gustaría más autonomía económica, pero un alquiler ya me costaría unos 600 euros al mes. No lo veo claro y prefiero no arriesgarme a ir a peor. Aunque vivir en esta casa también tiene un precio: la aportación la fija la Diputación de Álava y es muy alta. Es el 85% de mi pensión, que es de 780 euros. Alguna vez se organiza algún taller y ganamos algún dinerillo. Pero si encontrara otro recurso que me dejara más libertad económica…
LMP: ¿Y no te convencen los otros pisos?
A: No del todo. Creo que no hay tan buen ambiente ni tanta libertad. Aquí las cuotas son altas, por lo demás, es un 10. No puedo decir ni mu de ni uno de los trabajadores.

Andoni [A]: Es bueno, nos llevamos bien. Hay paz, “coleguismo”, fraternidad… La alimentación está bien, la casa tiene una buena distribución. Quizá incluiría algún baño más… pero bien. El que se siente mal aquí es porque tiene algún otro problema. Si no se permiten determinadas cosas es con razón: por los problemas que conllevan a la larga.
LMP: ¿Has notado mejora?
A: ¡Muchísima! ¡Ahora incluso utilizo el ordenador! Antes lo desdeñaba… pero me compré un portátil y me bajo música. Leo, aunque depende de la temporada. Una vez al mes, hacemos una salida.
LMP: Nada que ver con otros momentos…
A: Cuando me diagnosticaron el VIH, en 1982, fue terrible. Creía que me iba a morir y que tendría una agonía de cinco años. Las medicaciones eran, en principio, experimentales. Ahora ha cambiado, es una enfermedad crónica y ya está. Me da la impresión que fue mala pata, falta de información y muchos pájaros en la cabeza.
LMP: ¿Te gustaría vivir por tu cuenta?
A: La verdad es que sí. Me gustaría trabajar, sobre todo de lo mío, que es el arte y la decoración. Físicamente me encuentro bien, aunque de vez en cuando tenga algún achuchón. Pero no llevo la cuenta de los males. Vivo el presente y que me quiten lo bailado.
LMP: ¿Qué te falta?
A: Me gustaría más autonomía económica, pero un alquiler ya me costaría unos 600 euros al mes. No lo veo claro y prefiero no arriesgarme a ir a peor. Aunque vivir en esta casa también tiene un precio: la aportación la fija la Diputación de Álava y es muy alta. Es el 85% de mi pensión, que es de 780 euros. Alguna vez se organiza algún taller y ganamos algún dinerillo. Pero si encontrara otro recurso que me dejara más libertad económica…
LMP: ¿Y no te convencen los otros pisos?
A: No del todo. Creo que no hay tan buen ambiente ni tanta libertad. Aquí las cuotas son altas, por lo demás, es un 10. No puedo decir ni mu de ni uno de los trabajadores.
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