Este verano, empezó a llegarme información acerca de la condena de la cantante alemana Nadja Benaissa a dos años de cárcel por transmitir el VIH a su pareja. Tras esta primera información, empecé a buscar en internet jurisprudencia, leyes que criminalizan la transmisión y la exposición al VIH, opiniones morales, etc., y cada vez me lío más.

Al menos, he conseguido algunos datos que demuestran que la transmisión del VIH, todavía y después de más de 25 años desde que se descubrió este virus, tiene una gran carga de estigma y discriminación. Esto no ayuda en absoluto a erradicar la enfermedad y provoca que a las personas que vivimos con VIH se nos cargue con toda la responsabilidad social y moral, hasta el punto de poder acusarnos de criminales.
Más de 45 países han aprobado leyes que penalizan de forma específica la transmisión del [o exposición al] VIH y no de otras infecciones u otros daños. No estoy hablando sólo de África: la mayor cantidad de personas condenadas por transmitir o exponer a otras al VIH se dan en Norteamérica y Europa Occidental.
La doble moral que conlleva la mayor o menor responsabilidad social y penal dependiendo de si una persona conoce o no su estado serológico invita, como mínimo, a que muchas personas prefieran desconocerlo, aun sabiendo que tienen relaciones de riesgo, con lo cual hacen que la responsabilidad recaiga sobre la otra parte.
La condena por transmitir el VIH a otra persona sólo por el hecho de saberse portador del virus significa sancionar moralmente el conocimiento y, con ello, la responsabilidad personal.
Relación esporádica o estable
También he leído muchos comentarios relativos a la diferencia moral que existe a la hora de comunicar que eres portador o portadora del VIH según se trate de una relación esporádica o estable, y esto aún me confunde más.
¿Cómo puedo determinar que una relación es esporádica o estable? Esto me ayudaría a saber cuándo estoy haciendo lo correcto desde el punto de vista moral. Cada relación de pareja es un mundo y difícilmente es comparable a cualquier otra relación; así pues, valorar o enjuiciar en qué momento deberías haberlo dicho desde fuera es cuando menos complicado.
La especial vulnerabilidad de la mujer ante el VIH la vivo desde la cotidianidad, ya no sólo por ser portadora del virus, sino por mi trabajo dentro de organizaciones no gubernamentales.

El poder de decisión en las relaciones sexuales está condicionado por las circunstancias personales, familiares y sociales que rodean a la persona. Existen muchas situaciones en las que las mujeres no nos sentimos libres o con la fuerza y autodeterminación necesarias para elegir.
Desde las adolescentes, a las que he oído frases como “Si le digo que use preservativo me deja por otra” o “Es que si las demás lo han hecho y yo no, me tachan de rara”, hasta las mujeres casadas que, a pesar de saber que su marido mantiene relaciones sexuales fuera del matrimonio, lo asumen sin rechistar por carecer de la posibilidad de negociar otra opción.
Por todo esto, sería importante que nos parásemos a reflexionar antes de ponernos a juzgar una decisión tomada en un momento dado.
Como conclusión, yo me quedo con las palabras de Edwin Cameron, miembro del Tribunal Supremo de Apelación de Sudáfrica: “El debate público y con conocimiento de causa sobre la epidemia del VIH, la educación para la prevención frente al virus, la distribución de preservativos y otras estrategias son la única forma de prevenir nuevas infecciones. Se debe abordar la vulnerabilidad de las mujeres al VIH protegiendo su igualdad de derecho a la propiedad conyugal, a la aplicación de las leyes sobre la violencia por motivos de género, incluida la violación en el matrimonio, y habilitarlas para que negocien unas relaciones sexuales seguras con los hombres”.
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Hace unos días una amiga me comentó que se había hecho unos análisis de sangre y le dio que tenía hepatitis B. Tiene que esperar casi un mes para ver su carga viral. Yo he tenido relaciones con ella sin protección, pero no estoy tan preocupado por la hepatitis sino porque el resultado de la carga viral que puede salirle que tiene VIH. Pero no quiero buscar culpables, ya que ella posiblemente de ser positivo haya sido infectada por otra persona. Culpable o no, tenemos que hablar del tema y tratar de encontrar una solución a dicho problema. Hay que hablar para un mejor entendimiento.
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