Wim es un hombre ocupado, y muy popular. Estamos en el Salón Positivo de la conferencia y los saludos e interrupciones son constantes durante la entrevista. Nos atiende tras una marcha de protesta y corre a otra reunión tan pronto termina nuestra charla.

Wim Vandevelde [WV]: Claro, me llamó Wim Vandevelde y soy belga. Tengo 43 años y hace quince que vivo en Lisboa. Soy economista y, en 2001 —un año después de recibir mi diagnóstico—, empecé como activista voluntario en el Grupo Europeo sobre Tratamientos del Sida [EATG]. Al principio, compaginaba mi activismo con el trabajo de consultor para bancos y corporaciones; con el tiempo, dejé mi trabajo y me dediqué por completo al activismo en tratamientos, donde me siento mucho más feliz.
LMP: ¿Qué te ha traído a Viena? ¿Reuniones, sesiones científicas, activismo…? A reivindicar, seguro, porque te hemos visto en la marcha y en acciones frente a los stands de las farmacéuticas y la Unión Europea…
WV: No he venido sólo a manifestarme, aunque sí creo que es muy importante mantener vivo el activismo en tratamientos, que es muy distinto al activismo de hace un par de décadas. He acudido a esta conferencia bienal porque es el lugar donde puedo encontrar a la mayoría de personas que trabajan en proyectos relevantes sobre el VIH. No me paso todo el tiempo en las sesiones científicas: será un 50% en sesiones y otro 50% hablando, negociando y conociendo a gente. Son sesiones intensas y los días se hacen muy largos, pero es muy gratificante. Pienso que asistir a estas conferencias es esencial para nuestro trabajo de activismo; no es un lujo sino una necesidad: Si además puedo participar en marchas y acciones por causas que siento muy cercanas, lo hago, sin duda.

WV: Sí, es gracioso; la acción ha tenido lugar en medio de dos reuniones con la industria farmacéutica sobre temas de acceso, desabastecimientos y aspectos científicos también. La acción tenía dos objetivos concretos: el primero, la industria farmacéutica y la necesidad de revisar el tema de precios; se ha avanzado mucho en ese sentido, pero se puede hacer mucho todavía. La situación del acceso universal a los antirretrovirales está muy lejos de ser la deseable. Con todo, la cuestión económica no es el único obstáculo hoy en día, hay otros sobre los que estamos trabajando. Aunque el tema del precio de los medicamentos sí era una de las reivindicaciones centrales de la marcha de hoy, hemos ido por los stands de las diferentes compañías llamando la atención sobre cuestiones específicas de cada una de ellas y solicitando una revisión o replanteamiento de su sistema de patentes.
El hecho de que la marcha acabara en el stand de la Unión Europea (UE) buscaba llamar la atención sobre las políticas de la Dirección General de Comercio de la Unión Europea (DGTrade). Éste era el segundo objetivo de la protesta.
Hay algunos aspectos que defiende la UE junto a EE UU y Canadá con los que no estamos de acuerdo y que tienen un impacto muy negativo sobre el acceso a los antirretrovirales; están demasiado al servicio de la industria y van en detrimento de lo acordado en el Tratado de Lisboa en lo referente a innovación y, también, en aspectos de salud. Europa está bloqueando el acceso a medicamentos esenciales en otras partes del mundo donde necesitan los antirretrovirales tanto como nosotros.
En concreto, el tema de los genéricos confiscados sobre los que me preguntabas, ocurrió el año pasado. Se trataba de antirretrovirales genéricos legítimos producidos en la India y con destino a Nigeria, vía Schiphol. Las aduanas holandesas los confiscaron alegando que atentaban contra los derechos de la empresa propietaria de la patente, cuando estaba claro que no estaban destinados al mercado holandés sino al nigeriano, donde no existían este tipo de obstáculos sobre las patentes. A pesar de todo, las autoridades holandesas, en connivencia con la UE, acabaron reteniendo todo el envío mucho tiempo.
LMP: Un tema complejo el de las patentes; ¿en qué punto estamos en las negociaciones sobre los acuerdos de la propiedad intelectual relacionados con el comercio (TRIPS, en sus siglas en inglés)?
WV: La Unión Europea está inmersa en unos complicados procesos de negociación multilateral con otras regiones y países del mundo sobre el Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA) y los Acuerdos de Libre Comercio (FTA). Los progresos conseguidos con las flexibilidades previstas en los acuerdos TRIPS se ven ahora amenazados con la renegociación de la UE, sus departamentos de comercio y los de EE UU por la aplicación de los llamados TRIPS plus: acuerdos comerciales mucho más restrictivos. Esto es perjudicial para el avance de los medicamentos genéricos y para la competencia entre productores de antirretrovirales de este tipo; una competencia sana entre productores de genéricos podría derivar en reducciones de precio y, por consiguiente, propiciar un mayor acceso para personas que necesitan medicación y no la reciben.
Me gustaría destacar, en este sentido, la desconexión entre la Dirección General de Comercio de la UE, por un lado, y las Direcciones Generales de Desarrollo y Sanidad y Consumo (SANCO), por otro. Estas dos últimas direcciones generales han diseñado políticas y directrices muy válidas y acertadas pero, en la práctica, han sido dinamitadas por la Dirección General de Comercio.
LMP: La elección de Viena como sede de la XVIII Conferencia Internacional del Sida se ha ‘vendido’ como la oportunidad para tender puentes entre Europa Occidental y Europa del Este. ¿Cuáles son las líneas de trabajo en EATG en este sentido? ¿Cómo es la situación en los países del Este?
WV: Como EATG, tenemos tres líneas principales: una es la participación comunitaria en el desarrollo de productos y, por así decirlo, nuestro trabajo científico; la segunda es el trabajo sobre directrices y políticas, y supone negociar con las instituciones europeas, la Comisión, el Parlamento y con otras instituciones internacionales; y la tercera es el desarrollo de capacidades entre los activistas en tratamientos, principalmente en países de Europa del Este y Asia Central. De manera que la labor que realizamos es una mezcla de trabajo político, sensibilización y ciencia, ya que nuestro tipo de activismo está basado en la ciencia.
En los países del Este o de la órbita de la extinta Unión Soviética y en Europa Central realizamos, sobre todo, seminarios y talleres de formación, estamos pendientes de los contratiempos que puedan surgir, y si hay necesidad de acciones concretas, las llevamos a cabo. Otra parte importante, centrada en la ciencia, se efectúa a través de nuestro grupo ECAB (siglas en inglés de Consejo Asesor Comunitario Europeo), donde cada vez se emplea más tiempo en abordar cuestiones relativas al acceso a los antirretrovirales en esos países. En principio, el grupo se reúne con la industria farmacéutica de innovación para tratar aspectos de desarrollo de nuevos productos, de fármacos ya existentes en el mercado y de nuevas moléculas en investigación para el tratamiento del VIH; no obstante, las necesidades y la realidad de la comunidad para la que trabajamos nos ha hecho incluir en nuestra agenda enfermedades como las hepatitis B ó C y, más recientemente, la tuberculosis.
Pero como decía, además de tratar aspectos científicos y de desarrollo de nuevos productos, en nuestras reuniones con la industria cada vez más se abordan aspectos relativos al acceso a los antirretrovirales. En concreto, las desigualdades llegaron con la ampliación de la UE a 27 países, y más tarde, con la inclusión en nuestro trabajo de los países de Asia Central hasta llegar a los 53 que conforman hoy en día la región Europa de la Organización Mundial de la Salud. Actualmente, trabajamos para conseguir el registro, país por país, de todos los fármacos innovadores aprobados, de forma que puedan estar disponibles para todas las personas que los necesiten.
LMP: Uno de los mayores problemas en los países del Este y de Asia Central, en particular Rusia, es la dificultad para implementar programas de reducción de daños. ¿Abordáis este aspecto desde el grupo europeo?
WV: Sí, de hecho es una de nuestras prioridades políticas desde hace mucho tiempo. Procuramos que la legislación de cada país contemple el normal funcionamiento de los programas de reducción de daños como una parte integral en la prevención del VIH entre usuarios de drogas inyectables.
Lamentablemente, por razones ideológicas en Rusia las autoridades se niegan a implantar los tratamientos de sustitución de opiáceos; un contrasentido, si tienes en cuenta que es el país más azotado por la epidemia de VIH: se calcula que el número de personas que viven con VIH en ese país roza el millón. En cada vez más países de Europa del Este los gobiernos han entendido la necesidad de implementar programas de reducción de daños, y así lo están haciendo.
Una de las impresiones que me llevo de esta conferencia es la normalización y aceptación general —podríamos decir— de los programas de reducción de daños y de las terapias de sustitución. Algunos países de las ex repúblicas soviéticas, que hace dos años no se atrevían ni a mencionar ‘reducción de daños’, están ahora poniendo en marcha y sufragando con recursos propios tales programas. Incluso organismos como la IAS, ONUSIDA o la OMS, que habían permanecido en un segundo plano y con posturas muy encontradas a favor y en contra, parecen haber consensuado la idoneidad y eficacia de los programas de reducción de daños y de las terapias de sustitución de opiáceos.
LMP: Esperemos que las autoridades rusas cambien de parecer…
WV: Nada apunta en ese sentido; además, un diplomático ruso, Yury Fedotov, acaba de ser nombrado director de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Había quien pensaba que por ser ruso podría propiciar en ese país un cambio de sensibilidad en la implementación de programas de reducción de daños; las ONG de VIH/sida no lo veíamos así y nos hemos opuesto por múltiples razones, entre ellas por el escaso respeto de Rusia a los derechos humanos; a pesar de todo, ha conseguido el cargo.

WV: No lo está poniendo fácil, sin duda; estamos viendo cómo en Europa los presupuestos se recortan alegando la recesión económica, y es la excusa perfecta de gobiernos y empresas para recortar su aportación a muchos programas sobre VIH. En EATG apenas lo hemos notado; imagino que dependerá de cuánto tiempo dure. En los organismos multilaterales como el Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria ya es notable el descenso o retraso en las aportaciones de los países donantes, alegando la manida crisis, lo que en mi opinión es una simple excusa, una falacia para disminuir sus aportaciones.
LMP: Sí, parece ser la tónica general: Ayer hubo una presentación en la que se exponía el coste del rescate financiero internacional y las aportaciones que serían necesarias para conseguir el acceso universal.
WV: Completamente de acuerdo con esa precisión; se ha repetido bastante en esta conferencia y tiene que ver con las prioridades de nuestros gobiernos. El rescate financiero internacional —que creo que era necesario— nos muestra que si los gobiernos tienen la voluntad política de actuar, pueden hacerlo. Hay un artículo de un economista que cifra la cantidad que los gobiernos occidentales pusieron encima de la mesa para el rescate del sistema financiero mundial en ocho billones de euros. Si puedes juntar esa cantidad en un plazo de pocas semanas, puedes conseguir los dos mil millones de euros que serían necesarios para garantizar el acceso universal a medicinas y cuidados a las personas que los requieren. ¿Cuáles son las prioridades de nuestros gobiernos? Somos ciudadanos con derechos y debemos decir claramente a nuestros gobernantes que creemos que la salud es un bien global, y también lo es el respecto a los derechos humanos.
LMP: Esto nos lleva a la siguiente pregunta, y tiene que ver con el lema de esta conferencia, “Derechos aquí y ahora”; ¿crees que tras la conferencia se avanzará en este sentido?
WV: Es una pregunta difícil… creo que era una asignatura pendiente centrar una conferencia mundial en los derechos humanos. Pienso que sin un enfoque, unas políticas y unas intervenciones que respeten por completo estos derechos, no es posible revertir la epidemia de VIH. Es muy importante haber puesto el énfasis en los derechos humanos, y ahora hay que llevar el mensaje a nuestros gobiernos. No sé si la conferencia supondrá un punto de inflexión, pero hay muchísimos temas pendientes en muchas partes del mundo; por ejemplo, pienso en las organizaciones que atienden a trabajadoras y trabajadores sexuales: quedan excluidas de las ayudas estadounidenses porque este país no financia programas para este colectivo. Estas políticas restrictivas basadas en lo moral se aprecian en muchos otros países y en programas de intercambio de jeringuillas, de atención a usuarios de drogas, a hombres que practican sexo con hombres y trabajadores/as sexuales.
LMP: ¿Cuáles son las líneas de trabajo para el futuro en EATG?
WV: Desde EATG queda mucho trabajo por hacer, especialmente en el tema del acceso a los antirretrovirales; está cada vez peor y no sólo en países del Este. Hay países occidentales donde los servicios se ven recortados o la medicación decoformulada por la presión de la crisis económica, y por desgracia, vamos a oír hablar de manera creciente de desabastecimientos de medicamentos y empeoramiento del sistema.
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