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  1. Lo+Positivo 41, otoño 2008
  2. En Persona

Argentina: Federico Parodi

en persona

Banda de país: ArgentinaNuestra organización se creó en 1996 y nació con la intención de buscar el acceso a los tratamientos, y también para aunar las voces de las personas que viven con VIH/sida en un frente común, con el propósito de mejorar o cambiar las políticas, tanto de ámbito regional como de ámbito nacional e internacional.
Trabajamos en varios programas, uno de ellos se llama ‘entretejiendo redes’.

Este proyecto está dirigido a las mujeres, las apunta al arte del telar y las capacita en talleres sobre violencia de género, con el fin de permitirles formar una cooperativa que brinde su autoabastecimiento. También trabajamos con personas privadas de libertad, en programas de educación en tratamiento y mejora de la adhesión, a la vez que hacemos vigilancia en prisiones para velar por el cumplimiento del acceso a la terapia de la población recluida, sus controles médicos. En definitiva, que se respeten los derechos de las PVVS en prisión.

LO+POSITIVO (LMP): ¿Cuántas personas se estima que viven con VIH/sida en la Argentina?
Federico (F): Según cifras oficiales, alrededor de unas 140.000 personas. Detectadas hay, aproximadamente, 30.000 con VIH, igual número de personas con sida y unas 17.000 bajo tratamiento.

LMP: ¿Cómo es el acceso al tratamiento?
F: Si bien casi todos los años hay algún inconveniente, principalmente por el tema de las licitaciones, podríamos decir “que el acceso es universal en la Argentina”. Sin embargo, para acceder a los hospitales, al tratamiento, sobre todo las personas en situación de extrema vulnerabilidad social y de pobreza tienen que superar muchas barreras. Barreras burocráticas que, al estar en condiciones extremas, lo hacen todo más difícil, ya que estas personas se tienen que preocupar más por la comida que por cuidar o proteger su salud.
Foto: federico Parodi para LMP.
LMP: ¿Pero se tienen acceso tanto al tratamiento como a la atención sanitaria indistintamente de que esa persona tenga recursos o no?
F: A todas las personas que tengan trabajo y estén en la Seguridad Social (SS) se les garantiza por Ley la cobertura de su tratamiento al cien por cien. Aquellas que están desem­pleadas y sin SS las cubre el Estado a través de los hospitales públicos. Aunque es lo mismo de siempre: hay que superar todas las barreras institucionales y personales para poder acceder a los tratamientos.

En cuanto a la atención sanitaria, también están cubiertas por el Estado las pruebas de carga viral y de CD4. Asimismo, se está estudiando la cobertura de las pruebas de resistencia genotípica. Esencialmente, estos servicios se ofrecen en las principales ciudades, en las provincias hay que enviar la ­sangre a las grandes ciudades o a otros centros; y este proceso se retrasa bastante. Existen sitios donde hay una demora de hasta tres meses para conocer los resultados. Es una cuestión sin sentido y da la sensación de que se están desperdiciando los recursos. Lo que hay que hacer es mejorar la logística, la distribución y el monitoreo. Por otra parte, hay muchos problemas de vencimientos de reactivos al no utilizarse a tiempo, y también de medicamentos. En fin, es un problema que afecta a todo el país.

LMP: ¿Qué tipo de medicación se dispensa? ¿Hay problemas de desabastecimiento o el suministro es continuo?
F: En la Argentina hay medicación original y genérica. Este último tipo cuenta con los estudios de biodisponibilidad y bioequivalencia, lo que convierte estos fármacos en genéricos y no en copias. Además, se están produciendo en el ámbito local, en laboratorios privados, y se importan cuando es necesario. Respecto al desabastecimiento como tal, no existe; lo que sí tenemos, a veces, son problemas de logística y distribución, y también, ocasionalmente, complicaciones con las licitaciones por parte del Programa Nacional para la compra, lo que origina puntuales baches de desabastecimiento, cada vez con menor intensidad, si bien se siguen produciendo.

LMP: ¿Son cien por cien fiables los controles que se hacen de los fármacos genéricos?
F: Sí, en este momento la ANMAT, que es el organismo público encargado de estos controles, los está realizando. Además, por parte de la sociedad civil estamos atentos y, en caso de detectar alguna anomalía, la denunciamos para subsanarla a tiempo y que no suceda que nos entreguen copias en vez de genéricos.

LMP: Y cuando ocurren esos baches puntuales, ¿qué se puede hacer, a dónde se puede acudir para no interrumpir el tratamiento?
F: Bueno, cuando hay desabastecimiento por problemas de licitación, a veces, es muy difícil, porque no hay a dónde recurrir. En algunas ocasiones, las ONG tenemos pequeños stocks de medicamentos de personas que dejan de utilizarlos o cambian de tratamiento y los entregan a las asociaciones para que no se desperdicien; así, sólo podemos cubrir necesidades puntuales de pocas personas, pero obviamente no tenemos capacidad para satisfacer una demanda nacional en momentos de desabastecimiento.

Lo que en general recomendamos a las personas a las que no se entrega la medicación es que hagan inmediatamente un recurso de amparo contra el Estado, para que éste se vea en la obligación de comprarla y suministrarla a la gente. El desabastecimiento se debe a los problemas de licitación. Al presentar un recurso de amparo, el Estado lo que hace es una compra a los laboratorios y le entrega la medicación a la persona o personas que hayan hecho un recurso.

LMP: ¿Existen políticas específicas para proteger los derechos de las personas que viven con VIH?
F: En la Argentina, hay una legislación bastante importante, lo que pasa es que la mayoría de las personas no sabe o no conoce sus derechos y no los puede hacer cumplir.

En cuanto a programas de prevención y otras actividades comunitarias, se están llevando a cabo a través de proyectos financiados por el Fondo Global. Por tanto, la gran preocupación actual es cómo se van a mantener estos programas una vez que se retiren dichos fondos, dado que el presupuesto del Programa Nacional de Sida sólo está destinado a la medicación, las pruebas, las compras de reactivos, etc.

LMP: Y en el caso específico del estigma y la discriminación, ¿qué políticas y qué leyes existen al respecto?
F: Bueno, está la Ley de confidencialidad y existen leyes contra la discriminación por cuestiones de etnia, religión, VIH u otros motivos. Sin embargo, la mayoría de la gente sigue instalada en el estigma y la discriminación. Así pues, las personas se autodiscriminan y se mantienen ocultas, no son visibles. Además, se hace muy difícil que defiendan sus derechos cuando no los conocen y cuando no han asumido todavía su situación como para hacerlos valer. Aunque a lo largo de la historia del VIH en la Argentina ha disminuido el estigma y la discriminación, son factores que socialmente siguen existiendo. En el ámbito sanitario, en algunos lugares todavía existe, por ejemplo. Infectología quizá es el área más concienciada, pero no así el resto de áreas.

LMP: ¿Se hacen campañas de sensibilización específicas para el personal sanitario?
F: Se están haciendo algunas, financiadas por el Fondo Mundial, pero creemos que se tienen que hacer muchas más y de manera constante en el tiempo. Las actuales son esporádicas. A lo que sí se ha hecho mucho hincapié en estos últimos años es a las pruebas del VIH a mujeres embarazadas, lo que ha permitido disminuir la transmisión vertical. No obstante, todavía faltan muchas políticas en otras áreas para mejorar el servicio. Hay que tener en cuenta, también, que multitud de hospitales o centros de salud están desbordados, tienen falta de personal, de estructura, lo que dificulta la atención a las PVVS.

LMP: ¿Cuáles son las principales reivindicaciones que se hacen desde la comunidad?
F: Estamos trabajando para tratar de crear comisiones donde participe el Estado con la sociedad civil en las distintas áreas ministeriales a fin de poder dar una respuesta desde todos los sectores. Por ello, estamos tratando de concienciar al Gobierno de que el VIH/sida no es sólo un problema de salud, sino también social y, por tanto, necesitamos que intervengan todos los ministerios y se creen metas de trabajo que permitan un abordaje y una respuesta integral de la problemática desde todos los sectores. Aún estamos esperando que el Gobierno responda a nuestra propuesta.

LMP: ¿Cuáles son los grupos más vulnerables frente al VIH?
F: En la actualidad, creo que el más afectado es el de los transexuales; tiene una gran incidencia dentro de la población. Es cierto que siguen representando un porcentaje elevado los usuarios de drogas y los hombres que tienen sexo con hombres (HSH), pero ha aumentado muchísimo el porcentaje de mujeres afectadas por VIH. En este momento, la proporción mujer:hombre es 2 de 3, cuando en los inicios de la epidemia era 1 de 18.

LMP: ¿Cómo es vivir con VIH en la Argentina?
F: Creo que depende de cómo se posiciona cada persona, de su autoestima y de su conocimiento de las leyes. Yo hace 20 años que vivo con VIH y soy una persona visible, hablo públicamente, lo hago en los medios, y al conocer mis derechos, nunca he tenido problemas. Tengo cinco hijos con mi esposa, van al colegio, somos personas visibles y nunca hemos tenido inconvenientes, pero no todo el mundo cuenta con una situación parecida a la mía, sobre todo aquellas personas que no conocen sus derechos como ciudadanos y ciudadanas.

LMP: Con respecto a la conferencia, ¿es la primera en la que participas?
F: No, es la segunda a la que acudo. La primera fue la de Bangkok. Creo que son importantes porque constituyen una movilización de medios, de recursos y de personas, aunque lo importante es lo que pase después. Por ejemplo, ahora se está haciendo en México, está apareciendo en los medios, se está hablando mucho, se están haciendo reportajes continuamente, vemos a muchos políticos que nunca habían hablado del VIH y que ahora han hecho de éste el tema del momento. Lo importante es ver que se cumplen todas las cosas que se están diciendo y a las que se están comprometiendo. Queda, pues, a la sociedad civil vigilar que se cumplan todos los compromisos adquiridos por estas personalidades.

LMP: ¿Tendrá un impacto real en América Latina?
F: Esperemos que sí. No lo sabremos hasta que pasen, por lo menos, un par de años. Algún impacto creo que va a ver, lo que habrá que medir es si se produjo algún cambio. Por ejemplo, aquí se está hablando de acceso universal al tratamiento, pero la realidad es que a muchas de las poblaciones más vulnerables no les está llegando.

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