Se emitirán licencias obligatorias para tres medicamentos para el cáncer: Femara® (letrozol) de Novartis, Taxotere® (docetaxel) de Sanofi-Aventis y Tarceva® (erlotinib) de Genentech.
Al cierre de la presente edición de LO+POSITIVO, se ha confirmado que el nuevo ministro de Sanidad tailandés ha propuesto al Consejo de Ministros de su país la emisión de licencias obligatorias para tres medicamentos para el cáncer: Femara® (letrozol) de Novartis, Taxotere® (docetaxel) de Sanofi-Aventis y Tarceva® (erlotinib) de Genentech.
El siguiente paso tras la emisión de las licencias será buscar un productor de genéricos que fabrique los tres fármacos en cuestión, seguramente entre las empresas indias que ya están suministrando tratamiento antirretroviral al Gobierno tailandés, aunque no se descartan negociaciones de reducción de precios con las empresas de medicamentos innovadores.
Antes de este anuncio, el ministro de Sanidad de Tailandia expresó su intención de revisar las políticas de emisión de licencias en su país, lo que provocó una intensa presión de médicos, grupos de pacientes, ONG y otros grupos que consideran la política tailandesa como un ejemplo para otras naciones. Sanitarios y activistas de la salud tailandeses habían pedido su destitución y amenazaron con llevarlo a juicio por el cese del negociador del gobierno con la industria farmacéutica y por haber afirmado que Tailandia pagaría por sus medicamentos si con ello se evitaban sanciones comerciales o boicots, especialmente de EE UU.
Portavoces de la Oficina Comercial de EE UU siempre han desmentido que existieran planes para sancionar comercialmente a Tailandia, pero es cierto que el país asiático aparece en la lista de transgresores de la propiedad intelectual de esa oficina comercial.
Fuente: www.pharmatimes.com

Antes de este anuncio, el ministro de Sanidad de Tailandia expresó su intención de revisar las políticas de emisión de licencias en su país, lo que provocó una intensa presión de médicos, grupos de pacientes, ONG y otros grupos que consideran la política tailandesa como un ejemplo para otras naciones. Sanitarios y activistas de la salud tailandeses habían pedido su destitución y amenazaron con llevarlo a juicio por el cese del negociador del gobierno con la industria farmacéutica y por haber afirmado que Tailandia pagaría por sus medicamentos si con ello se evitaban sanciones comerciales o boicots, especialmente de EE UU.
Portavoces de la Oficina Comercial de EE UU siempre han desmentido que existieran planes para sancionar comercialmente a Tailandia, pero es cierto que el país asiático aparece en la lista de transgresores de la propiedad intelectual de esa oficina comercial.
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