lo más negativo
En silencio es la forma como han tenido y tienen que vivir muchas personas, ya sea por padecer una enfermedad o por su orientación sexual, en países árabes de religión mayoritariamente islámica o en sociedades religiosas ultraortodoxas: esperan, pacientemente, a que algo bueno pase en sus vidas y su sociedad, aunque sea un cambio muy leve. Es el caso de las personas que viven con VIH o sida (PVVS) en Egipto.

Precisamente, este último colectivo es uno de los que más está sufriendo la represión moral y policial en un Estado donde la palabra “libertad”, irónicamente, forma parte de su lema nacional. En este sentido, el pasado mes de febrero, Amnistía Internacional (AI), junto a Human Rigths Watch (HRW), denunciaba el encarcelamiento, encadenamiento y tortura de cuatro egipcios por vivir con VIH, presumiblemente por ser gays. Con éstos ya llegaban a doce los hombres detenidos en el marco de una campaña emprendida contra las personas sospechosas de ser seropositivas. Cuatros de ellos han sido condenados a un año de prisión y los otros ocho continúan bajo custodia.
Para Rebecca Schleifer (del programa de VIH/sida y DDHH de HRW), “las autoridades están llevando a cabo una campaña represiva contra las PVVS”. Y añade: “Con ello, no sólo se violan los derechos humanos básicos de este colectivo, sino que también se pone en peligro la salud pública, al hacer que solicitar información sobre prevención y tratamiento del VIH/sida entrañe riesgos”.
Por su parte, George Azzi, presidente de la organización Helem, la única en el mundo árabe, con sede en Líbano, que representa al colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (GLBT), indicó que: “Lo curioso es que la legislación egipcia no condena explícitamente la homosexualidad, pero la creciente popularidad de los islamistas y la necesidad del régimen de hacer concesiones hacia ellos para ganar cierto apoyo social hacen que la presión sea enorme”.
Según Cairota (Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales), las últimas detenciones se han practicado porque la policía se ha servido de información proporcionada bajo coacción por otros hombres ya detenidos. En otros casos, ha sido por fotografías o números de teléfonos encontrados en posesión de los detenidos, que también fueron arrestados y sometidos a un análisis de VIH sin su consentimiento. Como en los casos anteriores, todos los que dieron positivo fueron recluidos en hospitales de El Cairo, donde fueron encadenados a sus camas.
Para AI: “las detenciones arbitrarias, las pruebas forzosas de VIH y las agresiones físicas no hacen más que empeorar el lamentable historial del sistema judicial penal egipcio, que deja impunes la tortura y los malos tratos”.
Suma y sigue
A mediados de marzo de este año, HRW y AI han denunciado nuevos procesos del Gobierno egipcio contra varios hombres arrestados, bajo la sospecha de vivir con VIH, lo que viola sus derechos fundamentales y mina el abordaje en la prevención del VIH/sida en Egipto.A pesar de que HRW y AI han solicitado al Gobierno egipcio que anule la acusación y las condenas de las cuatro personas sentenciadas a un año de prisión en febrero pasado, así como la liberación de los otros doce encarcelados, no se ha podido lograr nada.
Denuncia internacional
Paradójicamente, a finales de febrero, tanto ONUSIDA como la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos han expresado su alarma por los informes sobre violaciones de los derechos de personas en función de su orientación sexual o por suponer que son portadoras del VIH. Según un comunicado publicado en Ginebra, estos organismos exigían a los gobiernos que permanecieran vigilantes en la protección de los derechos de estas personas, especialmente para que no sean víctimas de asesinatos, torturas, violencia y detenciones arbitrarias.Fuente: www.hrw.org; www.amnesty.org/es; El Mercurio Digital / Elaboración propia.
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