al margen
Empiezo por adoptar la postura. Tumbándome plano sobre mi espalda en mi esterilla de yoga, después de una sesión intensa, mi respiración se hace más regular. Ordeno a cada parte de mi cuerpo que se relaje. Desde los dedos de mis pies a mis párpados, desde mis piernas a mi lengua, compruebo que cada parte de mí esté completamente relajada.
En mi mente, dirijo la esterilla de yoga hacia una playa de arena blanca cristalina que me calienta por abajo del mismo modo que lo hace por arriba el sol que se filtra a través de las palmeras. El cielo azul cerúleo se alarga hacia el infinito. El agua color turquesa golpea perezosamente en la orilla. La suave brisa transporta los trinos de los pájaros. Por un breve instante, el mundo se detiene. Imagino también que he encontrado el botón de “pausa” para mi virus.
Entonces, se sobrepone la realidad, la colada y las pastillas, y una fecha límite para un artículo sobre imaginación o visualización guiada. ¿Suena extraño? Bien, cierra tus ojos y piensa por un momento en un delicioso pastel o en cualquier otra de tus comidas preferidas. ¡Atención! La idea de un pastel de chocolate o un helado de fresa puede ser el camino de la salvación.
Quizá recuerdes cuando de niñ@ tenías una herida en tus dedos. Entonces al igual que ahora, el/la médic@ es posible que te explicara que ésta se curaría imaginado que el virus de la herida sería atacado por Pokemon, Lara Croft o cualquier otro superhéroe de video juego. Esto parece funcionar bien con l@s niñ@s, que tienen una imaginación vívida y menos inhibiciones que l@s adult@s.
Las personas con VIH pueden hacer uso de las técnicas de visualización por muchas razones. Se ha mostrado que es un modo eficaz de abordar el dolor causado por la neuropatía periférica. Los estudios muestran que resulta eficaz como parte de un programa de ayuda a reducir la presión sanguínea alta, el colesterol elevado, y para aliviar los problemas respiratorios asociados con el asma. También ha sido bien estudiado como una forma de reducir la ansiedad y tratar la depresión así como también otras cuestiones referentes a adicciones, como el alcohol o las drogas inyectables. Sobre todo, los estudios muestran que un sistema de creencias saludable o una actitud positiva reforzada por técnicas de visualización puede tener un efecto profundo sobre el sistema inmunitario y su capacidad innata de curar.
A finales de los 80, investigadores en ciencia básica comenzaron a preguntarse qué estaba ocurriendo a nivel celular en el cuerpo. De este modo nació la disciplina de la psiconeuroinmunología o PNI. Parece que cuando el cuerpo está en un estado relajado y ha sido instruido en concentrarse en imágenes persuasivas, las sustancias químicas relajadas pueden estimular el sistema inmune. Las sustancias químicas que actúan como mensajeras entre las células reciben diversos nombres. Se las conoce como neurotransmisores, citoquinas o simplemente hormonas. El modo en que las células se comunican con otras células y forman sistemas de mensajería es complejo pero se puede entender a través del ejemplo del síndrome “de la lucha o de la huida” que se da como un reflejo involuntario cuando nos enfrentamos a un peligro. De manera parecida, las imágenes de la visualización pueden acelerar la producción corporal de señales químicas al sistema inmunitario, animándolo a entrar en acción.
Lo mismo que sucede para lo “neuro”, se puede aplicar a lo “psico”. Los psicólogos comenzaron pronto a estudiar cómo el estrés de vivir con VIH y otros factores psicológicos pueden influir en la salud. Los estudios han mostrado que la depresión y las actitudes negativas se relacionan con un sistema inmunitario debilitado. Un estudio de UCLA en California encontró que tener una identidad gay “en el armario” u “oculta” puede añadir más presión a un sistema inmunitario debilitado. La teoría es que los hombres “en el armario” son introvertidos, los cuales son especialmente susceptibles al rechazo social. Ellos tienden a entrar en el modo “lucha o huida” cuando se enfrentan al estrés y esto puede hacerlos más vulnerables a la infección por VIH. L@s investigadores están estudiando modos de incrementar los niveles de serotonina utilizando técnicas de visualización en lugar de (o además de) antidepresivos.
Además de la respuesta natural a la lucha o a la huida, podría ser también un mensaje para la retirada. La última investigación sugiere que la conexión mente-cuerpo puede de hecho ser una calle con dos direcciones. De acuerdo con esta teoría, el sistema inmunitario alerta al cerebro sobre una infección por medio de la liberación de citoquinas o células químicas mensajeras que avisan: “Houston tenemos un problema”. El cerebro a su vez libera sus propias citoquinas que producen un aluvión de respuestas que incluyen fiebre y desmayo que pueden ayudar al cuerpo a adaptarse reduciendo la producción de energía.
A veces mi instructor de yoga dirige el grupo a través de una visualización guiada. Hay también médic@s y clínicos que ofrecen esta técnica. Puedes encontrar incluso una organización que trabaje en SIDA que ofrezca sesiones de imágenes guiadas o puedes aprender tú mismo técnicas de visualización con casetes y CD que encontrarás en librerías o pedirlos directamente por internet en sitios webs como www.healthjourneys.com.
Por lo que yo sé, nadie ha visualizado completamente el VIH fuera de su cuerpo pero se trata de una técnica excelente dentro de un programa de autocuidados. Se trata de una técnica mental-corporal como la meditación, la hipnosis y la retroalimentación biológica (biofeedback). He oído que los hombres visualizan tropas de soldados y las mujeres ven aspiradoras. En mi caso, es un batallón de escobas que barren a mi virus. Mientras tanto, yo estoy tumbado en la playa.
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