la cara culta
La cantante californiana de origen griego Diamanda Galás (1952) ha mantenido su integridad artística sin ceder ni un ápice a los convencionalismos. Antes de dedicarse por completo a su música trabajó como investigadora en el campo de la inmunología y la hepatología. Fue militante de Act-Up y como ella dice: "Mi voz es al mismo tiempo un instrumento inspiración y una herramienta de tortura y destrucción". Su rango vocal es de una impresionante cobertura. Sacude las conciencias a base de gritos, alaridos, gemidos, susurros, suspiros, aullidos penetrantes, ruidos guturales y tonos bajos. Todo esto con su magistral acompañamiento al piano y manipulaciones electrónicas. Sus puestas en escena han despertado las críticas de los sectores más conservadores pero también la han encumbrado a ser considerada como una artista de culto no apta para todos los públicos. Además del SIDA, son temas de su obra la muerte, la fragilidad de la condición humana y el psiquismo. En 1992 apareció su disco Vena cava obra en la que se exploraba la destrucción mental provocada por la depresión y la demencia causada por el VIH.
La Serpenta Canta es el título de su último doble álbum aparecido en 2002.
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