al detalle
Corría el año 96 cuando de la mano de Gemma, nos encontramos con el llamado ‘Departament de Formació i Prevenció’ de Sida-Studi en las manos... La cosa tenía su riesgo, pero las metas estaban claras, los objetivos delimitados, las metodologías perfectamente dirigidas, todo encajaba, lo importante era ¡la INFORMACIÓN! Y así empiezan las cosas, armados con PCT (Potentes Contenidos Teóricos) y FPC (Folclóricos Penes de Colores para mostrar la correcta colocación del preservativo) nos dirigimos hacia la población para facilitarles ese instrumento necesario y del que tan necesitada estaba para prevenirse del VIH: ¡la INFORMACIÓN!
«Tenemos que aceptar que el comportamiento del ser humano es mucho más complejo que cualquier virus» (JONATHAN MANN)
«Os hablo por la experiencia que me da el fracaso» (ROBERTO INIESTA)
Tal vez ésta podría ser una manera de resumir el ‘cómo empezó todo’. Desde entonces hasta la fecha la evolución del Departament de Formació i Prevenció ha estado muy unida a tres estudios internos[ 1,2,,3] realizados con l@s participantes de nuestros entonces Talleres, hoy Acciones Educativas. Siguiendo un orden cronológico, éstos fueron los aspectos estudiados: la información que l@s jóvenes tenían sobre sexualidad y VIH/SIDA antes y después de nuestras intervenciones; la imagen que l@s jóvenes tenían del VIH/SIDA en general y del preservativo en particular; y la autopercepción de riesgo ante el VIH/SIDA de l@s jóvenes y sus dificultades verbalizadas en el uso del preservativo. Respecto a los resultados, también en orden cronológico nos encontramos con que:
- Un 85% de l@s encuestad@s tenían una información correcta sobre sexualidad y VIH/SIDA antes de empezar nuestras intervenciones.
- Más de un 80% de l@s jóvenes veía el SIDA como ‘un problema’ ante el cual conocían la solución: ‘el preservativo’ que era definido como un ‘instrumento para ahorrar problemas’.
- En una escala del 1 (muy poco riesgo de contraer el VIH) al 5 (mucho riesgo) l@s jóvenes se situaban en un valor medio del 1‚19 y además no puntuaban ninguna dificultad ante el uso del preservativo por encima del 2‚5 (excepto, curiosamente, la de que ‘moleste el tamaño’ con una media del 2‚84).
Y bien, 7 años más tarde, sabiendo que l@s jóvenes tienen la INFORMACIÓN, que conocen cómo evitar el VIH, que no verbalizan dificultades ante el uso del preservativo y que no se consideran en riesgo; pero sabiendo también que en la actualidad entre l@s jóvenes siguen existiendo transmisiones... ¿dónde estamos?, ¿hacia dónde vamos?...
Asumiendo que la entonces perseguida INFORMACIÓN es necesaria pero no suficiente para conseguir nuestro objetivo que es el CAMBIO DE ACTITUDES en relación con su (nuestra) salud sexual, la reforma metodológica de nuestras propuestas educativas, una vez abandonados muy a nuestro pesar nuestros PCT y nuestros FPC, ha tenido presentes tres aspectos cruciales:
- El escuchar antes de hablar; intentando conocer al máximo la demanda exacta, la dificultad real, dando soluciones útiles y aplicables.
- El trabajar cada vez menos las habilidades técnicas del manejo del preservativo (cómo colocarlo) y pasar a trabajar las habilidades sociales de su uso (cómo sacar el preservativo del bolsillo, cómo proponerle su uso a la pareja, qué hacer si dice que no...)
- El tener presente la perspectiva de género.
Así, combinando los tres estudios realizados, la experiencia de los más de 1.000 talleres realizados y la ingesta de cantidades ingentes de café, seguimos intentando dominar la Caja de Pandora que un buen día nos estalló en las narices con los resultados de aquel primer estudio en 1998 para encontrar esa ansiada e itaquística Piedra Filosofal tras la cual seguimos caminado, esta vez con más preguntas que respuestas, algunas de las cuales nos gustaría poder compartir con vosotr@s:
1. Al hablar de prevención del VIH/SIDA entre jóvenes, es de SEXUALIDAD en mayúsculas, de lo que estamos hablando, de un tema tabú y oculto en nuestra sociedad... ¿qué visión tienen l@s jóvenes sobre la sexualidad?, ¿qué dificultades reales tienen? Y nosotr@s, flamantes talleristas en demasiados casos sabelotodo, ¿qué sucede con nosotr@s como personas sexuadas que también somos?, ¿cuál es nuestra visión de la sexualidad? ¿y cuál nuestra vivencia personal de la sexualidad también en relación a la prevención del VIH?...
2. Tener presente la perspectiva de género como construcción social y sus consecuencias es imprescindible si queremos hablar de sexualidad; ¿cuál es el rol del chico y el de la chica en una relación sexual? ¿cómo se crean y reafirman dichos roles? ¿cómo podemos alterarlos y que alternativas damos? ¿cómo capacitar, por ejemplo, a una chica para que plantee utilizar el preservativo a su pareja si su principal preocupación ante la práctica sexual es el placer de ‘el otro’?
3. En un principio a tod@s nos pareció fácil y sencillo: "Póntelo" o "Pónselo", chillábamos a quien nos quisiera escuchar. Pero ¿somos conscientes de lo que proponemos? En definitiva, proponemos controlar nuestra sexualidad introduciendo un elemento racional: el condón, es decir, controlar lo irracional, lo pasional, el deseo, las emociones, la ansiedad que provoca una primera relación sexual, los sentimientos que recíprocamente se despiertan en cada una de nuestras relaciones... Repetimos, sencillo ¿no?, fácil ¿no?
4. Entender el SIDA, bajo la propuesta de Luc Montagnier, no simplemente como una enfermedad médica transmisible y, por lo tanto controlable, sino como enfermedad social estigmatizada, relacionada con determinados hábitos, grupos poblacionales y estereotipos claramente definidos, tiene sus consecuencias. ¿Estamos dispuest@s a asumirlas? ¿Estamos dispuest@s a trabajar la estigmatización de la enfermedad aún muy latente en el «a mí no me tocará porque yo no…» o preferimos seguir escuchando respuestas políticamente correctas y autocomplacientes?
5. L@s jóvenes tienen una información básica correcta y útil ¿por qué entonces deciden (¿decidimos?) correr ese riesgo?:
Hipótesis 1: Porque son irresponsables, insensat@s y, encima, jóvenes.
Hipótesis 2: Porque trabajar el "riesgo" y sus percepciones puede que no sea tan sencillo como hablar de bueno/malo, porque es necesario un cambio de perspectiva que incluya propuestas múltiples de explicación tales como:
- Olvidar el reduccionismo de plantear el término "riesgo" como único y sólido, estableciendo graduaciones entre las diferentes tipologías de riesgos.
- Tener presente no sólo la perspectiva objetiva del/la joven sino también la subjetiva ante la decisión de correr o no un riesgo.
- Acabar con la visión del riesgo como algo exclusivamente negativo y empezar a tener en cuenta los aspectos positivos que el mismo también puede conllevar sobre todo en materia de sexualidad.
¿Con cuál de las dos hipótesis decidimos trabajar?
6. Y por último, tras 7 años proponiendo el idealizado "Riesgo 0" (es decir, el todo o nada, el existe riesgo o no existe, el 100% o el 0%), nos advierte Kohsland[4] que el riesgo 0 no es posible ya que el riesgo es intrínseco a la vida... y nos rematan Bimbela y Cruz[5]:
«¿Será el ser humano capaz de convivir saludablemente, también con los riesgos que el VIH conlleva? ¿O se le va a pedir al VIH lo que no se le pide casi nunca a nadie ni a nada: el riesgo 0?»
Pero, si renunciamos, aunque sólo sea por lo irreal de la propuesta al paradigma del "Riesgo 0", ¿qué nos queda? En la atención del también complejo campo de los problemas asociados al uso de substancias, el paradigma de la Reducción de Daños ha desplazado por completo esta idea utópica y peligrosamente paternalista del Riesgo 0... ¿Es posible aplicarla también en la prevención del VIH/SIDA?; ¿cómo consensuar una definición de Reducción de Daños en materia VIH/SIDA?; ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar l@s educadores para la salud?; más allá de la clasificación de las prácticas sexuales según el riesgo de transmisión del VIH, ¿cuál sería el símil exacto de una intervención para reducir los riesgos en una relación sexual de penetración, con, por ejemplo, los Talleres de Punción Higiénica para UDVP?; ¿estamos dispuestos a transgredir y a destapar aspectos de la sexualidad socialmente ocultos?...
Preguntas, preguntas...
Acabando como acabamos siempre nuestras Acciones Educativas:
«Mil gracias por habernos aguantado... Ha sido un placer,» (y lo sigue siendo).
1 ESCALÉ, G.; PARICIO, D.; PONT, M. (1998) SIDA, QUÈ SAPS? (1996-1998). BARCELONA, SIDA-STUDI, POLICOPIADO.
2 PARICIO, D.; PONT, M. (2001) SIDA, COM HO VEUS?. BARCELONA, SIDASTUDI, POLICOPIADO.
3 PARICIO, D.; PONT, M.; COSTA, F. (2002) PERCEPCIÓ DE RISC I DIFICULTADES VERBALITZADES EN L’ÚS DEL PRESERVATIU ENTRE JOVES DE CATALUNYA. BARCELONA, SIDA-STUDI, POLICOPIADO.
4 KOHSLAND, D. (1987) IMMORTALITY AND RISK ASSESSMENT. SCIENCE, 236, 226.
5 BIBMELA, J.L.; CRUZ, MA. T. (1997, 2ª. EDIC.) SIDA Y JÓVENES. LA PREVENCIÓN DE LA TRANMISIÓN SEXUAL DEL VIH. MONOGRAFÍAS, 18. GRANADA, ESCUELA ANDALUZA DE SALUD PÚBLICA, 112-113.
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