en persona
Elena fue una de las protagonistas del reportaje ‘¿Quiero ser mamá? El derecho a elegir’ publicado en el número 9 de LO+POSITIVO (primavera 1999). En este reportaje, tres mujeres se planteaban la posibilidad de ser madres con la dificultad, el temor y las dudas propias que conlleva la maternidad para una mujer seropositiva. En 1999, y en especial a partir de 1996 con el acceso a nuevos tratamientos y el optimismo ante el alargamiento y mejora de la esperanza de vida de las personas que vivían con VIH, muchas mujeres que se encontraban fuertes y saludables volvieron a plantearse, o se plantearon por vez primera, la posibilidad de ser madres. En el año 1999 todavía no había unas recomendaciones europeas oficiales para el uso de antirretrovirales en mujeres VIH+ embarazadas y la práctica clínica habitual era conseguir una carga viral indetectable con un tratamiento que fuese eficaz, seguro y tolerable tanto para la mujer como para el bebé.
Elena, nuestra protagonista, nos habló en aquella ocasión del miedo que le producía la maternidad, un miedo de tal intensidad que era capaz de vencer su deseo de ser madre. En la balanza de su decisión personal, pesaba más su diagnóstico reciente y una dura experiencia que apenas comenzaba a aceptar. Ahora ya han pasado cuatro años y Elena ve las cosas de modo distinto. «Voy a ser mamá si todo va bien. Estoy en manos del ginecólogo.» Ha comenzado a realizarse las pruebas previas al embarazo en el Hospital Clínico de Barcelona, motivada principalmente por sentirse muy bien de salud, con más de 1.200 CD4 «que es lo que más ha hecho cambiar mi idea sobre la maternidad». También nos cuenta que otro factor de peso para enfrentarse con optimismo al embarazo ha sido ver cómo crecen san@s l@s hij@s de sus amigas también seropositivas, que han visto colmada su felicidad tras el alumbramiento de sus hij@s. Su actual pareja también ha contribuido a reforzar su deseo de ser madre y le ha hecho recuperar muchas ilusiones. «Estoy muy feliz y contenta, no sé si lo voy a conseguir o no, pero estoy muy animada. »
Sin embargo, la decisión de Elena ha sido largamente meditada y en el camino ha tenido que resolver muchas dudas y obstáculos que le salían al paso. «Principalmente porque mi salud ha mejorado. Siempre que ha habido un efecto secundario con mi tratamiento, enseguida me lo han cambiado, con lo cual ya no he ido a más. He conseguido entrar en lo que tod@s pretendemos, que el VIH sea algo crónico, de estar tomando un tratamiento largo, sin estar pensando que en dos semanas ya no lo voy a poder tomar. Y las dudas personales, la inseguridad de que por un lado estás en el mejor momento con la persona de tu vida y por otro lado, tu otro yo te dice que ésta no es la persona de tu vida porque si no, estas cosas se compartirían más. Tuve que tomar muchas decisiones y entre ellas separarme de mi anterior pareja, que no digo que sea mala persona, todo lo contrario, pero no eramos todo lo compatible que debe ser una pareja para compartirlo todo.»
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