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HIVACAT: en busca de una vacuna contra el VIH

vacunas

El centro catalán se crea con el fin de contribuir a los esfuerzos internacionales en la investigación de una vacuna contra la pandemia

Imagen. Hivacat

La unión hace la fuerza y más cuando se trata de buscar una vacuna contra el VIH. Eso al menos debieron pensar l@s responsables de los equipos del Hospital Clínic y del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) que se han unido para crear el Centro Catalán de Investigación y Desarrollo de Vacunas del SIDA (HIVACAT). Los resultados no han tardado en llegar y, por ejemplo, ya han empezado ensayos clínicos para una vacuna terapéutica.
Se trata de una vacuna de células dendritas que se ha inoculado a 6 pacientes infectad@s, pero que no toman tratamiento antirretroviral. Los planes son, si la respuesta a la vacuna es la adecuada, poder empezar a vacunar a un@s 24 personas después del verano y, de esta manera, tener los primeros resultados para el año 2008. A partir de este momento, empezarán con 36 personas en tratamiento antirretroviral, una medida ya aceptada por la agencia española de medicamentos.

Pero esto es sólo un ejemplo. Han pasado cinco meses desde el anuncio de su creación y el Dr. Gatell del Hospital Clínic, quien codirige el centro junto al Dr. Clotet del Hospital Can Ruti, confirma que el HIVACAT es ya una realidad para l@s investigadores de los dos equipos: «Tenemos unas reuniones mensuales en las que hemos definido nuestras líneas de investigación y hemos establecido una agenda científica para los próximos tres años, que es la duración de la primera fase».

Entre sus objetivos, el HIVACAT se plantea ser capaz de desarrollar prototipos de vacunas contra el VIH, evaluar prototipos propios o ajenos, modelos de animales, desde la Fase I hasta la Fase III, dar apoyo científico, técnico y administrativo a acciones coordinadas con otros equipos de investigación en las áreas de inmunoterapia y vacunas contra el VIH y participar en las iniciativas internacionales orientadas al desarrollo y evaluación de vacunas preventivas y terapéuticas.

Tod@s l@s investigadores consultad@s coinciden en destacar las ventajas de un centro de estas características. Para los doctores Julià Blanco y Javier Martínez-Picado, del Germans Trias i Pujol, «cualquier iniciativa de investigación de vacunas en VIH comporta tal grado de complejidad que es imposible que se lleve desde un solo grupo. Por ello, la constitución de un centro como el HIVACAT era absolutamente necesaria ya que permite el intercambio de conocimientos, la estandarización de las técnicas de investigación o multiplica el número de investigadores».

En el mismo sentido se pronuncia el Dr. Felipe García, del Hospital Clínic. «Para un investigador, la presencia del HIVACAT aumenta la masa crítica de investigación, permitiéndonos hacer cosas que no podríamos hacer solos», señala. «Además, aunque ya trabajábamos juntos, el compromiso de coordinación y de colaboración entre los dos equipos es ahora muchísimo más fuerte ya que desarrollamos todos los trabajos conjuntamente.»

Por otra parte, el HIVACAT también repercute en la comunidad. En palabras del Dr. García, coordinador de la sala de ingresos de pacientes con infecciones del Clínic, «todo centro de investigación de alto nivel implica un beneficio extraordinario para la comunidad porque implica una mejoría asistencial y una mejoría del conocimiento de la infección».

Los proyectos en marcha son muchos. «En vacunas preventivas, tenemos un ensayo pendiente de aprobación por el ministerio de Sanidad, listo para empezar en su Fase I en voluntari@s san@s que no han estado expuest@s al VIH», señala el Dr. García, «y otro en el que se ha utilizado la hormona de crecimiento para evaluar si puede estimular las defensas y mejorar la respuesta a vacunas en general». Finalmente, acaban de presentar en el último CROI el estudio Manon 02 desarrollado por el programa ORVACS y en el cual ha colaborado el HIVACAT.

Por lo que respecta a la fase preclínica, hay vari@s investigadores que están desarrollando posibles candidatas a vacunas contra el VIH. Much@s, tanto del Clínic como de Can Ruti, llevan varios años con su investigación que ahora se ve beneficiada por la convergencia de esfuerzos.

Es el caso del Dr. Joan Joseph que trabaja sobre una bacteria atenuada para producir antígenos del VIH con el fin de inducir una respuesta específica contra el virus. «Estamos desarrollando una vacuna preventiva frente al VIH-1 basada en Mycobacterium Boris Bacillus Calmette-Guerin (BCG) recombinante, que ya se ha usado como vacuna contra la tuberculosis, y nos encontramos en la fase preclínica, con estudios en laboratorio de ingeniería genética y evaluación in vivo de la respuesta inmune específica frente al VIH», explica el Dr. Joseph. Tras detectar una tenue respuesta inmune celular frente al VIH, están diseñando nuevas cepas recombinantes y diferentes inmunógenos para mejorar esta respuesta.

La financiación, eterno problema


Sin embargo, uno de los grandes escollos sigue siendo el de la financiación. Según explica el Dr. Gatell, la investigación en vacunas es muy cara por dos razones. Por una parte, cuando se prueba un candidato a vacuna hay que monitorizar la respuesta inmunológica (si la persona fabrica defensas), un proceso muy caro debido a los reactivos y a la tecnología de laboratorio que se necesita.

Por otro lado, hay que acabar casi siempre con estudios en primates después de haber hecho estudios iniciales con ratones. Una investigación difícil de llevar a cabo y tremendamente cara, sin contar con las restricciones éticas que puedan existir.

HIVACAT tiene garantizado una aportación de 1,5 millones de euros por parte del Departament de Sanitat de la Generalitat de Catalunya y de la dirección de los dos centros para la primera fase de tres años «con el compromiso de que nuestros equipos generarán recursos por el mismo valor a través de proyectos de investigación», puntualiza Gatell.

«Esto está bien para empezar, pero queda muy por debajo de lo que otros países dedican para el campo de las vacunas del VIH y por debajo de lo que se necesita si se quiere entrar en serio en esta área», afirma el Dr. Gatell. A modo de ejemplo, señala el caso de ORVACS, un grupo internacional basado en Francia que recibe unos 10 millones de euros para un periodo de 3-5 años de la fundación Bétancourt para el desarrollo exclusivo de las vacunas terapéuticas.

Para el Dr. García, esta situación implica ser muy humildes ya que ponen un granito de arena a lo que están haciendo otros miles de investigadores en todo el mundo. «Como estamos limitad@s, esto implica muchísimo esfuerzo y la implicación de muchas personas para lograr pequeñas cosas, pero que son importantes dado que permiten el avance del conocimiento», añade.

¿Y para el futuro? Preguntado sobre qué sería un logro para el HIVACAT de aquí a 10 años, el Dr. Gatell responde que «los dos grupos (el Clínic y Can Ruti) podemos afirmar que en los últimos 10 años hemos hecho contribuciones sustanciales y bien valoradas a escala internacional en el campo del tratamiento antirretroviral. Un logro sería que en los próximos 10 años pudiéramos hacer lo mismo en el campo de las vacunas con el HIVACAT. Nos podríamos dar por satisfech@s».

El HIVACAT crea una cohorte para futuros ensayos clínicos


Según l@s responsables del HIVACAT, formar una cohorte grande con pacientes en situación de alto riesgo de infección es uno de los objetivos primordiales del centro. «Necesitaremos tener una cohorte de pacientes o voluntari@s que nos permitan participar en los grandes ensayos que tarde o temprano van a tener que ocurrir en el campo de las vacunas, sobre todo de las preventivas, dado que se necesitan voluntari@s que no estén vacunad@s y que tengan cierto riesgo de infección», explica el Dr. Gatell.

El Dr. Joan Joseph, uno de los encargados de formar esta cohorte para el HIVACAT, explica como lo primero es identificar al segmento de población VIH negativo, pero que viven en un alto riesgo de infección como pueden ser usuari@s de drogas, parejas serodiscordantes, trabajadores/as del sexo, etc. Según el Dr. Joseph, «se les hace un seguimiento, primero de prevención para intentar evitar que se infecten, pero a la vez se les pregunta si les apetecería participar en un ensayo en el momento que dispusiéramos de una vacuna preventiva».

Confiesa que lo más difícil es el proceso de retención, es decir, lograr que no se pierda el rastro de estas personas y poder hacerles un seguimiento a lo largo de los años. Para esta tarea, cuentan con la colaboración de la ONG Àmbit Prevenció de Barcelona y de la Cruz Roja, sin las cuales sería casi imposible poder contactar con las personas en situación de riesgo de infección.

Pero a la vez, el Dr. Joseph considera que hay una falta de interés por parte de muchas ONG por todo el trabajo clínico que se realiza. «La atención psicosocial está muy bien trabajada, pero no se involucran en la parte clínica. Hay como una cierta aversión a los hospitales por lo que no se acercan y somos nosotr@s l@s que tenemos que salir en busca de voluntari@s», explica. Ahora bien, confía en que la existencia del HIVACAT pueda ayudar a mejorar esta situación.


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