Lo más negativo
En la centroamericana ciudad de San Salvador (El Salvador) se celebraron durante el mes de noviembre de 2005 el III Foro Latinoamericano y del Caribe en VIH/SIDA//ITS, el IV CONCASIDA y el IV Encuentro de Personas Viviendo con VIH/SIDA (PVVS). Era la primera que vez se realizaban estos tres foros en un solo país, convirtiéndolo en el evento de mayor importancia sobre ITS/VIH/SIDA en el mundo.
Como era de esperar, hubo una fuerte participación de much@s activistas, profesionales de la salud y miembros de la sociedad civil organizada que trabajan en este campo en la región. Asimismo, se esperaba la participación de representantes del Fondo Global de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria (FGSTM), ONUSIDA, UNICEF, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y algunos presidentes de la región.
Entre las reivindicaciones de l@s activistas se cuenta con las reuniones para la discusión y el análisis de la ejecución y los resultados de los programas que subvenciona el Fondo Global, una organización creada con el propósito de canalizar la financiación internacional de la salud y así aumentar radicalmente los recursos para la lucha contra tres de las enfermedades más devastadoras en el mundo, y dirigir dichos recursos a las zonas más necesitadas (para más información véase www.theglobalfund.org/es/).
De estas reuniones nació la llamada 'Carta Abierta de San Salvador', un manifiesto que recoge cuatro puntos importantes con respecto a la situación del VIH/SIDA/ITS en la región.
En esta carta, l@s activistas denuncian que los respectivos gobiernos latinoamericanos no están cumpliendo sus compromisos financieros para complementar y sostener los programas, especialmente relacionados con la adquisición de medicamentos y suministros. Por otra parte, denuncian que faltan canales de comunicación válidos entre la comunidad latinoamericana y l@s representantes del FGSTM en cada país de la región.
Asimismo, denuncian que no se está reconociendo la realidad y necesidades de la comunidad en general y, principalmente, de las PVVS, dentro de los criterios de selección, monitoreo y evaluación de los receptores y subreceptores de los fondos.
Consideran que el FGSTM no brinda asistencia técnica que facilite el monitoreo y evaluación en la debida aplicación y cumplimiento de los programas que deben dar respuesta a las problemáticas y necesidades reales de cada país.
Y finalmente, denuncian que la sociedad civil no tiene ningún mecanismo de representación o de voz, ya que hay un claro déficit de la participación de las comunidades en los criterios de definición con respecto a los indicadores de trabajo, monitoreo y evaluación de los diferentes programas financiados por el FM en la región. Esto quiere decir que aunque se supone que en el Mecanismo de Coordinación de País (MCP) –una especie de comité decisorio sobre quién o quiénes reciben los fondos otorgados por los organismos internacionales donantes– deben participar miembros de todos los sectores de la sociedad, públicos y privados incluidas las personas que viven con VIH, éste está compuesto, en su gran mayoría, por miembros institucionales.
Ejemplo de todo lo anteriormente expuesto, es la clara situación de Bolivia y Guatemala, dos países en franca situación de olvido en materia de tratamientos y programas de atención por parte de sus respectivos gobiernos (sin contar con el alto índice de corrupción gubernamental), una epidemia preocupante y un déficit en los sistemas de vigilancia epidemiológicos.
En el caso de Guatemala, el pasado 1 de diciembre de 2004, el Presidente de la República guatemalteca anunciaba su política de gobierno para hacer frente al aumento de casos de VIH/SIDA/ITS, un año después estás políticas siguen sin aplicarse, y lo más preocupante es que en la actualidad hay más de 13 mil casos que necesitan tratamiento. Según denuncia la organización Médicos Sin Fronteras, «el problema clave ha sido la mala administración de financiamiento del FGSTM para tratar la enfermedad en Guatemala, por parte de la ONG Visión Mundial», receptora final de los citados fondos en ese país. Además, «el problema subyacente es que el dinero del FGSTM no va acompañado de una inversión paralela del Estado que asegure una respuesta adecuada al crecimiento de la epidemia», añaden.
En Bolivia, uno de los grandes problemas es que el Gobierno no tiene una política clara sobre el acceso a tratamientos y atención médica. Es gracias al Gobierno brasileño que «es un ejemplo de cooperación técnica y financiera (en materia de medicamentos) constante a Bolivia», según la activista boliviana Violeta Ross, que una gran parte de las PVVS en Bolivia tienen acceso a los antirretrovirales. Entonces ¿cuál es la responsabilidad de su gobierno?
Otras voces de la comunidad, no solamente se suman y suscriben este manifiesto, sino que van más allá y hacen una revisión interior y llaman a conciencia a la sociedad civil organizada pidiendo una mayor autocrítica y un reconocimiento de las propias incapacidades, ya que en tanto como países han fallado en la gestión y control del VIH/SIDA/ITS de sus propios pares.
Fuente: Lista de distribución de la RedLA+ Inforpress Centroamérica, Nº 1632. 4 noviembre 2005
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