gTt-VIH

La infección por VIH puede ser vista como una enfermedad crónica que requiere un tratamiento cuya eficacia consigue que la persona no enferme y pueda seguir con su vida corriente. Si bien en algunos casos ésta puede ser la vivencia, para otras muchas personas el diagnóstico va acompañado de una serie de complicaciones que merman sus capacidades tanto físicas como intelectuales. 

Las enfermedades oportunistas y sus secuelas, los cánceres, las complicaciones propias de la coinfección con hepatitis víricas, los efectos secundarios del tratamiento antirretroviral, la demencia asociada a SIDA, los problemas derivados del uso de drogas inyectables y el propio estigma son algunos de los factores que contribuyen a que haya personas con VIH con dificultades para desenvolverse en el ámbito social y del trabajo, lo que les puede situar en una posición de vulnerabilidad frente a la exclusión social. 

La legislación actual en España prevé la posibilidad de acceder a una pensión económica del estado; eso sí, siempre que el tribunal oficial correspondiente otorgue a dicha persona un mínimo de un 65% de discapacidad. La cuantía oscila entre los 288 euros mensuales de una pensión no contributiva hasta un máximo de unos 2.000 euros en el caso de las contributivas. En este reportaje personas con VIH de Alicante, con distintas discapacidades y pensiones, nos invitan, a través de su propio testimonio, a reflexionar sobre sus realidades y sobre el estado de nuestro sistema de protección social. 

Hemos querido también saber la opinión de personas que en su momento, desde el movimiento ciudadano, se revelaron contra una normativa reformulada tras la introducción de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) que estrechaba la posibilidad de obtener el grado de minusvalía necesario para acceder a una ayuda económica, y que provocó y sigue provocando la revocación de no pocas pensiones.