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Prisión de Pereiro de Aguiar, 13 de septiembre de 2004
Sí, vale yo me he equivocado.
O la sociedad, o que más da quién.
Triste, puede ser. Tristeza.
Pero también aprendes de ella
Y eso es lo que vale. Estoy vivo.
Cuando te has librado del abrazo
Fatal de la muerte varias veces,
Vives, vivo cada día como un
Regalo al que me aferro como el
Hormigón y hierro de mi encierro.
Hola amig@s de LO+POSITIVO. Un saludo rebelde y libertario al comienzo de estas letras, carta-denuncia o en lo que quiera que termine esto.
Comienzo con unos versos que mi alma quería sacar, como un volcán cuando explota y suelta su magma más profundo en un estrepitoso golpe al exterior.
Estoy en una puta celda de aislamiento durante 21 horas al día. Todo lo tienes que pedir por medio de instancias, poniéndote en huelga de hambre o con quejas al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria (que te hará caso, si le da la gana). Cuando digo pedir, amig@s, no me refiero a caprichos, hablo de derechos fundamentales, y en este caso me refiero a la sanidad. Soy VIH+ y VHC+, con una subida de la carga viral en cuatro meses de 500.000 copias (aún subiéndome los CD4, unos 600). Además una cándida bucal, que uno de l@s “médic@s” me dijo tener ya curada (cuando no era así, como se demostró tres días después por parte de otro “médico”). Tras más de mes y medio de tratamiento (tres botes de Micostatin jarabe), se me acaba el tratamiento el día antes de tener consulta (pides cita… y el día que te toque). Voy a la enfermería y se lo digo. El “médico” que me dijo 18 días antes que tenía curada la candidiasis sale corriendo y una ATS me dice que pida cita para otro día (instancia al director de la cárcel y me pongo en huelga de hambre por este motivo). A las 6 de la tarde llega un jefe de cárcel “para arreglarlo de manera pacífica”. ¿He tenido acaso una actitud violenta? Bueno sí, violenta contra mí mismo en todo caso.
Me ve un médico suplente. ¿No quieren dar la cara los interinos? El día 10 tenía consulta y pido a la subdirectora médico, doña María, cita para que me vea y haga un seguimiento VIH/SIDA en un hospital con un especialista y no ell@s, que son médic@s de cabecera. Se niega. Solicito mediante instancia dicha cita Art. Del Reglamento Penitenciario y Ley Orgánica General de Penitenciarías 207.1,2 y 3; Art.2081 y 2; Art.2091.1 y 2.2. Me imagino que alegará (debería hacerlo por escrito, para yo poder tomar las medidas jurídicas oportunas, aunque me llamará y me lo dirá de palabra) que los CD4 están bien y que en esa prisión no te bajan al especialista si no es algo grave. A estas alturas entiendo que, como carceler@s, mi vida y salud no les importa lo más mínimo y no están acostumbrad@s a que nadie se queje.
Yo no juzgo al Sistema porque no creo en él, pero como en el poema, estoy vivo de milagro y quiero vivir día a día, segundo a segundo, en libertad, en sus zulos, pero por mi vida y mi salud yo me enfrento y volcán soy.
Nada más amig@s, besotes y abrazos desde las cloacas de esta prisión. Salud, vida y esperanza envuelto en todo mi amor a tod@s l@s que leáis esto y especialmente a l@s que os curráis LO+POSITIVO.
Sólo acabar con una frase de un libro que leí: “La mejor arma contra el SIDA son las ganas de vivir”.
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