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  1. Lo+Positivo 29, otoño 2004
  2. Opinión

Entrar en la menopausia

las más positivas

No se puede decir que se haya aumentado de manera significativa la inclusión de las mujeres y los temas que nos conciernen en la investigación a gran escala. La mayor parte de los datos sobre mujeres que se presentan en las Conferencias se refieren a la transmisión vertical o a los aspectos psicosociales, o se derivan de algunos estudios específicos, como es el caso del estudio WIHS (siglas en inglés de Estudio Interagencias sobre Mujeres y VIH), formado por una gran cohorte de mujeres (2.641 mujeres, de las cuales 2.066 VIH+), en seguimiento desde que finalizó su reclutamiento en 1995, y del que está emanando una gran parte de los datos clínicos disponibles sobre mujeres.


La Conferencia de Bangkok ha sido una vez más un ejemplo de la escasez de datos y ha sido necesario realizar una exhaustiva búsqueda para encontrar algunas presentaciones específicas, entre las que destacamos las siguientes:

Menopausia

No sólo existe un gran vacío de información en torno a este tema sino que la poca que existe es contradictoria.

Imagen: Entrar en la menopausiaL.E. Fantry y colaboradores realizaron un estudio sobre 123 mujeres con VIH entre 40 y 57 años en un intento de aclarar si existe alguna diferencia en el momento de aparición de la menopausia y sus posibles efectos en esta población.

El 95% de las participantes eran afroamericanas y el 58% estaban tomando tratamiento ARV. Un 49% de ellas estaban en premenopausia (definida por la presencia de 12 menstruaciones en el último año), un 26% en perimenopausia (menos de 11 menstruaciones en el mismo período) y un 25% en postmenopausia (ausencia de menstruación en los últimos 12 meses). La edad media de inicio de la menopausia fue de 43,9 años (±6,4).

Tras analizar en los tres brazos la presencia de una serie de síntomas observaron que algunos, como sequedad vaginal o sofocos, eran más frecuentes en el grupo de postmenopáusicas, aunque los tres grupos eran similares en muchos otros. Tampoco se detectaron diferencias en cuanto a recuento de CD4, IMC (índice de masa corporal), uso de antirretrovirales, tabaquismo y uso de contraceptivos orales. También se observó que un número significativamente mayor de mujeres informó haber consumido cocaína, metadona, heroína o marihuana entre las postmenopáusicas que entre las premenopáusicas.

Estos resultados sugieren que la metadona o el uso de drogas, más que el propio VIH o la terapia antirretroviral, pueden estar asociados con la menopausia, la cual puede verse adelantada entre las mujeres VIH+ que consumen estas sustancias.

Por otra parte, un póster que presentaba resultados del estudio prospectivo WIHS (Estudio Interagencias sobre Mujeres y VIH) pretendía caracterizar la menopausia en mujeres con VIH y compararla con las no infectadas de la cohorte.

En este subestudio se incluyeron 1.335 mujeres, de las cuales 1.063 eran seropositivas, no embarazadas, en tratamiento hormonal o con más de 55 años que no hubieran sido histerectomizadas, con una edad media de 38,6. Se definió menopausia como la ausencia de menstruación en los últimos 6 meses y un nivel de FSH (hormona foliculoestimulante) >25 mlU/ml.

El análisis de los datos no observó asociación entre el serostatus y la menopausia, siendo la edad de inicio de ésta similar entre las mujeres seropositivas y las seronegativas (47,7 y 48,0 años). Tampoco se detectó asociación entre edad, embarazos o consumo de trabajo o drogas, pero sí se estableció una relación entre el IMC y la edad de inicio de la menopausia (p=.001), en el sentido de que un menor IMC estaba asociado con un inicio más temprano. Entre las mujeres VIH+ no pareció que el recuento de CD4, la carga viral o el uso de ARV tuvieran ninguna influencia.

Como vemos, parece que ambos estudios eran unánimes en considerar que ni el VIH ni TARGA influían en la aparición de cambios en el inicio de la menopausia. Pero parecen llegar a conclusiones divergentes en cuanto a cómo actúa el IMC.

Dislipidemia y riesgo cardiovascular

Éste es otro aspecto en el que existen enormes lagunas de investigación en mujeres VIH+. Los resultados presentados en Bangkok han contribuido a aclarar algunos aspectos y l@s investigadores/as defienden la necesidad de aumentar los conocimientos sobre los índices de riesgo cardivascular en mujeres seropositivas.

Un póster presentado por S.E. Dolan mostraba los resultados de un estudio con 100 mujeres VIH+ y 75 controles no infectadas, en el que se observó un aumento de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en las mujeres con VIH, y recomendaban el establecimiento de un control más estrecho, así como estrategias destinadas a mejorar la distribución anómala de grasas y reducir el riesgo cardiovascular entre las mujeres.

En otro interesante estudio presentado por K. Anastos (WIHS) se estableció la diferencia de las concentraciones de lipoproteínas entre hombres y mujeres, aunque no se han descrito adecuadamente los patrones de lipoproteínas asociadas con la infección por VIH y TARGA en mujeres.

Las participantes de este estudio eran 89 mujeres VIHy 183 VIH+ (de las cuales 90 no tomaban TARGA y 93 sí la tomaban) pertenecientes a la cohorte de WIHS. Se midieron el colesterol total, el LDL, el HDL y los triglicéridos.

Tras analizar los resultados por estado serológico y de tratamiento, y ajustarlos por edad, raza, IMC y recuento nadir de CD4 anterior a TARGA, el equipo investigador llegó a la conclusión de que es el uso de TARGA (no la infección por VIH) el que está asociado con los valores anómalos de triglicéridos y colesterol total y LDL, factores estos que indican un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular. La infección en sí misma está asociada con un nivel más bajo de HDL, el cual no revirtió con el uso de TARGA, y este hallazgo muestra un patrón diferente del descrito en los hombres y que podría tener efecto en la respuesta a la terapia.

Estos resultados deberían animar a l@s profesionales médicos a realizar controles más atentos de sus pacientes femeninas para detectar posibles factores de riesgo cardiovascular, así como a desarrollar estrategias para reducirlos, sobre todo a medida que más mujeres en TARGA entran en la menopausia, y por tanto han de afrontar un riesgo aún mayor de problemas cardiovasculares.

Fuentes:

Abstracts de la XV Conferencia Internacional del Sida Bangkok2004 (Poster MoPeB3255: L E Fantry et al; Poster WePeD6504 H.E. Cejtin et al; Póster WePeB5869 S E Dolan et al; Póster WePeB5964 K. Anastos et al): http://www.IAS.se/ejias

Cobertura de la Conferencia en The Body: www.thebody.com

 

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