vacunas
O cómo optimizar el papel de las dendritas en el control de la infección mediante una vacuna terapéutica.
La Dra. Teresa Gallart es una apasionada inmunóloga que lleva investigando en este campo de la infección por VIH desde hace años. En la actualidad, participa en el ensayo de una vacuna terapéutica contra el VIH, cuyos trabajos de laboratorio coordina, y que lleva a cabo el Grupo de Investigación sobre el SIDA del Hospital Clínic-IDIBAPS de Barcelona.
LO+POSITIVO: ¿Nos puede explicar qué es una vacuna terapéutica contra el VIH y cómo funcionaría en las personas que viven con VIH?
Dra. Teresa Gallart: Con una vacuna terapéutica se intenta estimular una respuesta inmunitaria más intensa y eficaz contra el virus, con el fin de que ello pueda conseguir un control del virus una vez suspendida la terapia antiretroviral, tal como ocurre en las personas no progresoras.
LO+POSITIVO: ¿En qué se basa la vacuna terapéutica que estáis investigando?
Dra. Teresa Gallart: En toda vacuna hay dos componentes: el antígeno contra el que se quiere inducir la respuesta inmunitaria, y el adyuvante o sustancia que facilita que la respuesta sea intensa. En nuestro caso el antígeno es el propio virus inactivado de cada persona. La fuente del virus ha sido el plasma obtenido en gran cantidad mediante plasmaféresis. El virus se inactiva por calentamiento, se concentra mediante centrifugación de alta velocidad y luego se almacena congelado hasta el momento de su uso. Nuestro adyuvante está constituido por las células dendríticas de la misma persona. Estas células se obtienen fácilmente a partir de los monocitos de la sangre mediante un cultivo celular de unos 6-7 días. Luego las enfrentamos durante otros dos días de cultivo con el virus inactivado de la misma persona que guardábamos congelado. Después estas células dendríticas “cargadas” con el antígeno (virus inactivado) “se devuelven” a la persona, mediante una simple inyección subcutánea cerca de la axila.
LO+POSITIVO: ¿Cuál es la razón por haber elegido las células dendríticas para usarlas como adyuvante?
Dra. Teresa Gallart: Las células dendríticas son células especializadas en capturar a los agentes infecciosos y en “procesarlos” apropiadamente para que los linfocitos T CD4 y CD8 los puedan reconocer y desarrollar una respuesta específica fuerte y eficaz contra dichos agentes. En realidad, son el “adyuvante fisiológico” y el más potente que se conoce. Aunque es novedoso hacerlo en el campo de la infección por VIH, el uso de vacunas terapéuticas basadas en células dendríticas se viene realizando en numerosos ensayos de inmunoterapia antitumoral.
LO+POSITIVO: ¿Cuál es el mecanismo mediante el cual estas células podrían ayudar a controlar la infección?
Dra. Teresa Gallart: El virus, al penetrar en las dendríticas, se aprovecha de su trabajo para propagarse hacia los linfocitos T CD4. Por eso suele decirse que las dendríticas actúan como “caballos de Troya”. Además, su funcionalidad se ve dañada por el virus. Esto probablemente tenga mucho que ver con la falta de respuesta óptima de los linfocitos T que permita controlar la infección. La vacuna intenta soslayar tales problemas porque las células dendríticas que preparamos no están infectadas y las “cargamos” con el virus inactivado que actúa de antígeno no infectivo, por lo que inducirán una respuesta en los linfocitos T CD4 y CD8 contra el virus sin que transmitan la infección.
LO+POSITIVO: ¿En qué Fase está el estudio? ¿Nos podría describir el diseño?
Dra. Teresa Gallart: Se trata de un estudio de Fase I/II, cuyo diseño se detalla a continuación. (Véase figura en la otra página)
LO+POSITIVO: ¿Esta vacuna terapéutica presenta efectos secundarios?
Dra. Teresa Gallart: Se observaron algunos efectos locales y sensación de febrícula al día siguiente en algunas de las personas, como ocurre con cualquier vacunación. La vacuna es segura y muy bien tolerada, sin ninguna toxicidad.
LO+POSITIVO: ¿Y cuáles son las respuestas que se observaron hasta ahora?
Dra. Teresa Gallart: Se han visto respuestas de los linfocitos CD4 y CD8 contra el virus que son esenciales para poder controlar al virus.
LO+POSITIVO: ¿Cuáles son los siguientes pasos para el estudio?
Dra. Teresa Gallart: Se necesita mejorar el proyecto para un nuevo ensayo. Necesitamos utilizar una cantidad muchísimo mayor de virus inactivado en cada inmunización. Estamos realizando estudios in vitro preclínicos sobre ese aspecto para poder presentar una solicitud de un nuevo ensayo.
LO+POSITIVO: ¿No teme que el uso de un virus inactivado para una vacuna terapéutica pueda crear problemas de aceptación?
Dra. Teresa Gallart: Todos los procedimientos de laboratorio se realizan según los criterios de máxima seguridad clínico-biológica, microbiológica y farmacéutica (condiciones de “Buenas practicas médicas”). La inactivación del virus fue exhaustivamente comprobada. El virus, además, era el de la misma persona que recibía las inmunizaciones, y esta persona durante las inmunizaciones recibía TARGA. El ensayo fue aprobado por el Comité de Ética e Investigación Clínica del Hospital, así como por la Agencia Española del Medicamento como un ensayo clínico con PEI (Producto en fase de investigación). Este tipo de aprobación por dicha Agencia es muy difícil de conseguir, pues como es lógico exigen un control de calidad clínica y biológica muy riguroso y estricto.
LO+POSITIVO: ¿Quién colabora con esta iniciativa?, y ¿cómo se financia?
Dra. Teresa Gallart: El proyecto recibe apoyo y financiación de ORVACS, una iniciativa científica europea sin ánimo de lucro por las vacunas terapéuticas, contra el VIH, que actúan como asesores. También hemos recibido fondos de TV3 (Maratón del SIDA), del Ministerio de Educación y Ciencia y de la Fundación FIPSE. El ensayo clínico fue promovido por José Mª Gatell, José Mª Miró y yo misma. José Mª Gatell es el director del Grupo de Investigación sobre el SIDA, una de cuyas principales líneas de investigación es el desarrollo de este tipo de vacuna terapéutica. Felipe García fue el responsable de toda la coordinación clínica del ensayo. Para la preparación de las vacunas, trabajo que yo he coordinado, fue esencial el trabajo de Marylène Lejeune; también colaboró en esta tarea Núria Climent. También hay que destacar el trabajo de Cristina Gil y Tomas Pumarola en los aspectos virológicos, el de Montse Plana para las pruebas inmunológicas de las células T, el de José Alcamí (Instituto de Salud Carlos III, Madrid) para los anticuerpos neutralizantes, y el de Arturo Pereira para las plasmaféresis. Finalmente, debemos expresar nuestro agradecimiento y reconocimiento a tod@s l@s pacientes por su seguimiento disciplinado y entusiasta de todas las pautas que el ensayo implicaba.
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