opina
Amanece en Barcelona. De las grises paredes del Barrio Viejo nacen miles de mariposas multicolores. L@s sorprendid@s ciudadan@s, en su somnoliento viaje al trabajo, contemplan, atónit@s, una multitud de variopinta gente que, con su sonrisa en la boca y educados ademanes, desfilan hacia el Palacio de Congresos.
Montjuïc sufre la invasión más progresista de los últimos años. Poc@s usan traje convencional, sus auras irisadas visten sus cuerpos de paz y amor. No viajan sol@s por la ciudad: innumerables espíritus cargan de energía positiva sus cuerpos maltrechos por el calor y el cansancio. Ellos les dan fuerza. Las víctimas han elegido a sus representantes.
¿Quién podrá elaborar una crónica de tantísimas historias? ¿Cuántas olvidaremos? ¿Cómo seleccionaremos? ¿Cómo obviar tanto sufrimiento? ¿Cómo evitaremos que haya quien saque provecho de la solidaridad?
L@s profesionales de la economía, l@s especialistas en sacar provecho de las desgracias humanas, acechan desde sus telarañas y planifican su próxima estrategia. Los tahúres comienzan a jugar sus cartas. No importa: el pacífico espíritu de Gandhi está atento al contraataque. Quien sabe que sólo está en juego su vida organiza sus ideas por escrito: las víctimas somos multitud, la razón está de nuestra parte, el tiempo juega a nuestro favor, perderemos ese momento llamado vida, pero nuestros niet@s sabrán cómo fuimos de valeros@s, sincer@s, positiv@s y solidari@s. La vida es nuestro bien más preciado y no habrá quien nos lo manche. El tiempo se ocupará de poner la razón y el amor en su lugar: nadie nos quitará la pervivencia de nuestro pensamiento; en una acción vital nos mostraremos, de nuevo, espléndidamente desnud@s de avaricia, frente al mundo hostil del sucio metal; nuestro espíritu planeará sobre los sueños de l@s más jóvenes, de l@s más limpi@s, de l@s más buen@s: sabemos que el sacrificio es el alimento del potente árbol de la vida.
No nos dejemos dirigir por mentes estrechas que contemplan sólo objetivos cortos de vista: el provecho propio y el poder sobre l@s demás. L@s que piensan así, l@s cínic@s egocéntric@s que sólo piensan en el aquí y el ahora, no pueden ser nuestros líderes, los líderes de la comunidad.
Afortunadamente, contamos con legiones de técnicos en todos los ámbitos del conocimiento. Ést@s deben dejarse dirigir por quienes saben de ética. Debemos seguir el viejo y gastado lema: «Ama al prójimo como a ti mismo». Yo añadiría: «No olvides que tú eres prójimo ». Sólo ayudando a l@s demás, a l@s que sufren, te ayudarás a ti mism@. Las puertas están abiertas para quien tenga deseos y convencimiento de entrar. Estás a tiempo de huir de la vulgar competición y de sentarte a hablar con tu herman@. Una sonrisa, un apretón de manos, un beso, pueden hacer mucho bien. Es difícil que, si son sinceros, puedan hacer mal.
Mientras Barcelona consume sus días y sus noches en multitudinario ajetreo, que las mentes preclaras agudicen su ingenio: necesitamos, nuestr@s hij@s necesitan un futuro mejor; no podemos seguir viviendo de espaldas al vecino, no debemos pisotear a l@s demás en nuestra ansia de reconocimiento ni en la absurda carrera por los honores; no podemos seguir fabricando un mañana peor que nuestro ayer.
Costará, costará mucho porque construir es más difícil que destruir. No tod@s saben hacerlo. Pero es absolutamente estúpido que cincuenta años después de la muerte de Gaudí y de su enseñanza, existieran arquitectos que diseñaban estructuras sustentadas por vigas corroídas por la aluminosis. Miremos un poco hacia atrás y sabremos por dónde hay que empezar; no faltan ni información, ni dinero. Sólo queda por definir la intención, dónde queremos ir a parar, las ganas que tenemos de hacerlo bien. Estamos cerca, aunque no lo hayamos alcanzado.
Cuando miro las nuevas generaciones ilusionadas, limpias, buenas, solidarias, pienso en que hay alguien por quien hacer las cosas. Hay quien merece que entre tod@s hagamos otro esfuerzo. No podemos y no debemos abandonar, perder la ilusión, dejarnos llevar. Las personas, los ciudadanos y ciudadanas de a pie, deben tomar la palabra y gritar muy fuerte que quieren un futuro mejor, que no puede ser que se deje morir de hambre a millones de seres humanos, que la enfermedad puede y debe ser combatida con todos los medios a nuestro alcance. Y que debemos hacerlo tod@s junt@s: indi@s, negr@s, blanc@s, asiátic@s, hombres y mujeres, católic@s, musulman@s, judí@s, budistas, agnóstic@s y ate@s, ric@s y pobres, cult@s y analfabet@s, homosexuales y heterosexuales, jóvenes y viej@s, tod@s... tod@s junt@s, porque en definitiva, tod@s somos lo mismo: partículas vivas del universo con la capacidad de amar.
Comentar
Nota: No serán publicados los comentarios ofensivos, los que puedan resultar inapropiados para personas de otras confesiones religiosas ni los que contengan datos personales. gTt no se hace responsable de las opiniones publicadas.
No hay comentarios aún ¡Sé el primero en dejar uno!
Enviar un comentario nuevo