Sexualidad y estrategias de prevención en mujeres

Marta Villar
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Las mujeres víctimas de violencia por parte de sus parejas son más vulnerables al VIH

“Es necesario desarrollar nuevas estrategias de prevención para las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) dirigidas a las mujeres que no solamente cumplan con dicha función, sino que también resulten menos estigmatizantes, que sean divertidas de usar y que no interfieran con la experiencia sexual”.

Éstas son algunas de las conclusiones expuestas por la investigadora Sharon Hillier del centro de ensayos en microbicidas de EEUU en la Conferencia sobre Investigación en la Prevención del VIH (HIVR4P2016) que tuvo lugar en Chicago (EEUU) durante el pasado mes de octubre.

Durante la conferencia también se desvelaron más resultados sobre el estudio ASPIRE, el cual evalúa la eficacia de un anillo microbicida en la prevención del VIH y que ha sido llevado a cabo por el equipo de investigadores del centro que lidera Hillier. En análisis previos, ASPIRE demostró que el uso de un anillo vaginal microbicida con el antirretroviral dapivirina redujo el riesgo de infección por el VIH al menos en un 56% entre las mujeres subsaharianas que usaron el dispositivo con más frecuencia, observándose una eficacia protectora en algunos casos igual o superior al 75 % (Véase La Noticia del Día 20-07-2016).

Algunas de las novedades sobre el estudio ASPIRE presentadas en la conferencia hacían referencia a las preocupaciones de las mujeres participantes en el estudio sobre el uso del anillo vaginal. A pesar de que el 29% de las inscritas expresó durante las entrevistas iniciales estar preocupada por el hecho de tener el anillo vaginal en su interior durante el periodo de un año, solamente un 4% de las mujeres refirió dicha preocupación al final del estudio. Entre las dudas más comunes sobre la estrategia se hallaba el hecho de que el anillo no estuviera en su sitio, que éste fallara durante el sexo, que resultara incómodo, que el compañero sexual lo notara durante las relaciones sexuales, que se quedara atrapado dentro, que causara infertilidad u otros problemas de salud y que fuera difícil de poner o de quitar.

Al inicio del estudio, el 64% de las mujeres participantes le contó a su pareja que estaban utilizando el anillo vaginal, al final del estudio este valor había ascendido hasta el 77%. Pese a que una de las hipótesis era que el no revelar el uso del anillo vaginal estaría asociado con una menor adherencia, no resultó ser así, lo que sugiere que es posible utilizarlo sin que el compañero sexual sea consciente.

Durante las entrevistas en profundidad pocas de las mujeres refirieron que sus parejas sexuales o ellas mismas hubieran notado el anillo. Según una mujer zimbabuense “Mi marido nunca se quejó de que lo sentía o de que yo llevaba algo. Incluso yo misma, mientras teníamos relaciones sexuales no sentí nada ni que él estaba tropezando con algo”.

Sin embargo, muchas de las mujeres estaban preocupadas por que sus parejas descubrieran el anillo de manera inadvertida. Para evitar que esto ocurriera, algunas de las mujeres evitaban algunas prácticas sexuales concretas como la introducción de los dedos en la vagina por parte de sus parejas o tener relaciones sexuales de pie.

El equipo de investigadores observó que el estudio se llevó a cabo en comunidades donde la violencia contra las mujeres es un problema importante. Un ejemplo de ello son las reacciones violentas por parte de algunos hombres al descubrir que sus parejas estaban participando en un estudio o que utilizaban el anillo vaginal. Entre las 2.629 mujeres participantes del estudio, 85 de ellas refirieron haber sido víctima de violencia por parte de sus parejas o haber tenido otro tipo de problemática asociada a la participación en el estudio. También se observó que las mujeres más jóvenes o aquellas con una pareja reciente eran más propensas a experimentar violencia. Del total de mujeres que sufrieron violencia, 26 de ellas recibieron daños físicos y en la mayoría de los casos las afectadas refirieron que estos incidentes habían tenido un mínimo impacto en su calidad de vida. Los expertos piensan que esto puede ser debido a que en estos ambientes la violencia por parte de la pareja está visto con normalidad.

Por otro lado, la violencia por parte de la pareja afectó de manera importante a la adherencia en el uso del anillo vaginal. Entre las mujeres que no reportaron violencia, el 15% registró una baja adherencia (evaluada por los niveles en sangre del fármaco). En cambio, entre las mujeres que refirieron al menos un episodio de violencia el 29% tuvo una baja adherencia y, durante las visitas del estudio un mes después de haber experimentado el episodio de violencia, el 53% refirió una baja adherencia.

El personal del estudio ofreció apoyo y conectó con otros servicios a las mujeres que reportaron experiencias de violencia, lo que -indirectamente- favoreció la adherencia. Entre dos y tres meses más tarde de haber registrado los casos de violencia, el impacto de una baja adherencia disminuyó hasta el 19%.

Otra de las conclusiones presentadas durante la conferencia hizo referencia al desarrollo de resistencias entre aquellas mujeres que habían adquirido el VIH, probablemente debido al uso inconsistente del anillo.

A ese respecto, el anillo vaginal contiene dapivirina, un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN) que no se utiliza en el tratamiento antirretroviral. De todos modos, no se detectaron mutaciones de resistencia específicas a dapivirina. Dado que se detectaron el mismo número de mutaciones para los ITINN tanto en las mujeres con el anillo con dapivirina como en aquellas con el anillo con placebo se sugiere que las mujeres que fueron infectadas presentaban un virus previamente resistente a los ITINN.

Los hallazgos del estudio ASPIRE sugieren que el anillo vaginal con dapivirina es biológicamente eficaz y que muchas mujeres no tienen problemas para incorporarlo en sus vidas. Se espera que en estudios posteriores de tipo abierto en los que las participantes sepan que el anillo vaginal se muestra seguro y eficaz la adherencia sea mayor.

Con el objetivo de ofrecer un abanico de estrategias para la prevención del VIH, se están desarrollando -además del anillo vaginal con dapivirina- diferentes productos. Algunos ejemplos son los anillos vaginales a base de otros antirretrovirales, anillos vaginales con doble función (contracepción y prevención de las ITS), supositorios vaginales y rectales, películas vaginales que se disuelven en contacto con la humedad y enemas rectales, todos ellos a base de antirretrovirales.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)

Referencia: Hillier S. Rings and Things. HIV Research for Prevention (HIVR4P) 2016 conference, Chicago, presentation PL03.03, 2016.

Van der Straten A., Cheng H., Brown E., et al. Are Ring Worries Affecting Use? Findings from the MTN-020/ASPIRE Phase III Dapivirine Ring Trial. HIV Research for Prevention (HIVR4P) 2016 conference, Chicago, abstract P24.03, 2016.

Nair G et al. Disclosure of Vaginal Ring Use to Male Partners in an HIV Prevention Study: Impact on Adherence. HIV Research for Prevention (HIVR4P) 2016 conference, Chicago, abstract P24.10, 2016.

Laborde N et al. The Influence of the Vaginal Ring on Sexual Experiences of Women in an HIV Prevention Clinical Trial. HIV Research for Prevention (HIVR4P) 2016 conference, Chicago, abstract OA23.05, 2016.

Palanee-Phillips T et al. Frequency of Partner-related Social Harms and their Impact on Adherence to the Dapivirine Vaginal Ring during the MTN020/ASPIRE HIV Prevention Trial. HIV Research for Prevention (HIVR4P) 2016 conference, Chicago, abstract OA20.03, 2016.

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