El uso de metadona o buprenorfina reduciría el riesgo de contraer hepatitis C en usuarios de drogas intravenosas jóvenes

Francesc Martínez
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El uso de otras estrategias de deshabituación no logró reducir significativamente dicho riesgo

Un estudio estadounidense, publicado en la edición del 27 de octubre de JAMA Internal Medicine, ha concluido que las terapias de deshabituación de opiáceos basadas en buprenorfina (Buprex®, también en Suboxone®) o metadona (especialidad genérica, Eptadone® o Metasedin®) reducirían el riesgo de adquirir el virus de la hepatitis C (VHC) en usuarios de drogas intravenosas (UDI) jóvenes que decidieran deshabituarse por medio del uso de dichas terapias.

Buprenorfina y metadona pertenecen a la familia de los agonistas de los receptores opioides, que son los mismos receptores a los que se unen las drogas recreativas de tipo opiáceo tales como la heroína. Este hecho hace que buprenorfina y naloxona consigan limitar el síndrome de abstinencia, lo que facilita su objetivo a aquellas personas que quieren interrumpir el uso de drogas intravenosas.

Han sido varios los estudios que han apuntado que, además de sus beneficios en el control de las adicciones, el uso de metadona o buprenorfina reduciría la incidencia de la infección por VHC entre usuarios de drogas intravenosas.

Para ahondar más en ese punto y hacerlo en un grupo poblacional concreto –los usuarios de drogas intravenosas jóvenes- el equipo de investigadores realizó un estudio observacional entre los años 2000 y 2013.

Un total de 552 usuarios de drogas intravenosas menores de 30 años (mediana de la edad de 23 años) de San Francisco (California, EE UU) fueron incluidos en el ensayo. Para ser incluido en el estudio era necesario tener un resultado negativo en la prueba de detección de anticuerpos del VHC.

Dos tercios de los participantes eran hombres, el 73% de etnia blanca y el 70% eran personas que se autodefinían como “sin hogar”. La droga inyectable más frecuentemente utilizada por los participantes era la heroína (aproximadamente en el 60% de los casos). La mediana del tiempo transcurrido tras el inicio del uso de drogas intravenosas era de 3,6 años y el 33% de los participantes las consumían a diario.

El estudio comparó los resultados de quienes iniciaron –dentro de los 3 meses anteriores a la inclusión en el estudio- tratamientos de deshabituación con buprenorfina, metadona o tratamientos sin apoyo de estos fármacos con los resultados de quienes no iniciaron ningún tratamiento.

La gran mayoría de los participantes (el 82%) no siguió ningún tratamiento, el 4% lo siguió con buprenorfina o metadona y el resto siguió otros métodos de deshabituación.

Un total de 171 nuevas infecciones por VHC fueron diagnosticadas tras un período de seguimiento de 680 persona-años, lo cual supuso una tasa de incidencia global (ORR, en sus siglas en inglés) de 25,1 casos por cada 100 persona-años de seguimiento.

Entre quienes siguieron terapia de deshabituación con metadona o buprenorfina, la ORR fue de 0,31 casos por cada 100 persona-años de seguimiento (diferencia significativa respecto a quienes no siguieron tratamiento de deshabituación; p= 0,001).

Las personas que siguieron otras terapias no basadas en agonistas opioides o aquellas que utilizaron agonistas opioides únicamente en terapias de desintoxicación (períodos cortos sin fase de mantenimiento) no obtuvieron una ORR de infección por VHC significativamente diferente a la de las personas que no recibieron ningún tipo de tratamiento de deshabituación.

Tras ajustar diversos factores, el uso de buprenorfina o metadona como terapia de deshabituación se asoció a una reducción del riesgo de infección por VHC del 60% (cociente de riesgo [HR]: 0,39; p= 0,02).

Los resultados del presente estudio apoyan el uso de las terapias de deshabituación basadas en metadona o buprenorfina para prevenir la infección por VHC en jóvenes usuarios de drogas intravenosas. Su capacidad para prevenir dicha infección sería, a buen seguro, extrapolable a la prevención de otras infecciones a las que este grupo de personas es especialmente vulnerable, entre las cuales se encontraría la infección por VIH.

Fuente: HIVandHepatitis / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Tsui JI, Evans JL, Lum PJ, et al. Association of Opioid Agonist Therapy With Lower Incidence of Hepatitis C Virus Infection in Young Adult Injection Drug Users. JAMA Internal Medicine. October 27, 2014 (Epub ahead of print).

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