La PrEP no se asocia con un incremento de las conductas sexuales de riesgo entre mujeres que ejercen el trabajo sexual

Marta Villar
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Un estudio ha hallado, además, que la prevalencia de ITS disminuyó a lo largo del tiempo por lo que, una vez más, los programas de PrEP se muestran como una gran oportunidad para su cribado y tratamiento

Según los resultados de un estudio publicado el pasado mes de julio en la revista JAIDS, las mujeres que ejercen el trabajo sexual que toman profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP) en Cotonú (República de Benín, África) no aumentarían sus conductas sexuales de riesgo tras empezar a tomar dicha herramienta preventiva. De manera novedosa, el presente estudio examinó la presencia de biomarcadores que indican la exposición al semen en muestras vaginales para poder medir el número de relaciones sexuales desprotegidas.

Es bien sabido que la PrEP reduce enormemente el riesgo de infección por el VIH cuando la persona mantiene una buena adherencia a la pauta prescrita. Algunos profesionales sanitarios se muestran preocupados ante la idea de que la PrEP pudiera suponer una compensación de riesgo, es decir que las personas que la reciben –sabiéndose protegidos frente al VIH por el fármaco– aumentasen sus conductas sexuales de riesgo tanto por lo que se refiere al número de parejas sexuales como al menor uso del preservativo, lo que puede conducir a una mayor incidencia de infecciones de transmisión sexual (ITS).

Sin embargo, estudios previos realizados hasta la fecha han llegado a resultados contradictorios: una revisión sobre el uso de la PrEP en diferentes poblaciones no halló una asociación entre el uso de esta herramienta preventiva y el aumento de conductas sexuales de riesgo (medidas a través de la incidencia de ITS y autoinformes), mientras que en otra revisión sobre el uso de la PrEP en hombres gais, bisexuales y otros HSH se observó un aumento de las relaciones sexuales desprotegidas y de la incidencia de ITS (véase La Noticia del Día 18/01/2019 ).

Otro estudio sobre el uso de la PrEP en mujeres que ejercen el trabajo sexual de Sudáfrica mostró una disminución de las ITS y no halló cambios en el uso del preservativo tras empezar a tomar la PrEP. Sin embargo, pocos estudios han explorado la compensación de riesgo durante el uso de la PrEP entre las mujeres que ejercen el trabajo sexual.

Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta cuestión, investigadores de la Universidad de Laval en Quebec (Canadá) llevaron a cabo el presente estudio. Para ello contaron con los datos de un estudio prospectivo observacional de demostración de la PrEP en mujeres que ejercen el trabajo sexual en Cotonú (República de Benín, África) de una duración de 2 años con seguimiento cada seis meses.

Entre 2014 y 2016 el estudio inscribió a 255 participantes con una media de edad de 32,5 años. La mayoría de ellas (66%) no había finalizado estudios secundarios y el 98% no estaba casada. Casi el total de participantes (98%) declararon que el preservativo era una herramienta eficaz para prevenir la transmisión del VIH; el 89% se autopercibía en riesgo de contraer el VIH; y el 81% consideraba que el riesgo de infectarse por el VIH tomando PrEP era bajo.

Además de utilizar autoinformes para conocer el número de relaciones sexuales desprotegidas y registrar la incidencia de ITS durante el periodo de seguimiento, los investigadores incorporaron una manera novedosa de evaluar las prácticas sexuales desprotegidas a través del análisis de biomarcadores con el fin de evitar algunos retos que supone la recogida de información autoinformada como es la omisión de información por motivos de deseabilidad social.

Para ello se utilizaron dos medidas de exposición al semen en muestras vaginales: el antígeno prostático específico y ADN del cromosoma Y, detectables hasta 2 días y 14 días después, respectivamente, tras la exposición al semen. Estas medidas se recogieron tanto al inicio del estudio como en cada visita de seguimiento.

Al inicio del estudio, el 16% de las participantes dieron positivo a alguna ITS (incluida gonorrea, clamidia y tricomoniasis). Si bien hubo un gran número de participantes que no completaron el seguimiento hasta los 24 meses (151 completaron el seguimiento hasta los 12 meses y solamente 30 de ellas lo completaron hasta los 24 meses), hubo una disminución estadísticamente significativa de la prevalencia de ITS del 16% al 2% . Sin embargo, es importante tener en cuenta que esto representa prevalencia, no incidencia y es muy probable que sea atribuible al tratamiento recibido durante el transcurso del estudio.

Al inicio del estudio, el 32% de las mujeres dieron positivo para el antígeno prostático específico (exposición al semen en los últimos dos días) y el 44% dio positivo para el ADN del cromosoma Y (exposición en los últimos 14 días). A los 12 meses, el 34% dio positivo para el antígeno prostático específico, mientras que el 33% dio positivo a los 24 meses. En términos de ADN del cromosoma Y, el 41% dio positivo a los 12 meses y el 47% a los 24 meses. Según estos resultados, los biomarcadores de exposición al semen no cambiaron significativamente en el transcurso del estudio, lo que indica que no hay evidencia de compensación de riesgo .

Los investigadores también quisieron explorar si los datos recogidos en los autoinformes sobre relaciones sexuales desprotegidas se correspondían con los resultados de los biomarcadores. Mientras que en los autoinformes observaron disminuciones significativas del número de relaciones sexuales sin protección a lo largo del tiempo, no hubo cambios significativos en los biomarcadores de la exposición al semen.

Los resultados del presente estudio no han mostrado evidencia de compensación de riesgo entre las mujeres que ejercen el trabajo sexual y toman PrEP pero sí una disminución de las ITS entre esta población. Los investigadores concluyen que un programa de PrEP puede ser una gran oportunidad para detectar y tratar las diferentes ITS e insisten en la necesidad de evaluar a través de biomarcadores las prácticas sexuales desprotegidas para evitar los sesgos de los autoinformes.

Fuente: Aidsmap/ Elaboración propia ( gTt-VIH )

Referencia: Giguère, K, et al. PrEP Use Among Female Sex Workers: No Evidence for Risk Compensation. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, online ahead of print, 2019. (Open access.) doi: 10.1097/QAI.0000000000002134

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