Se registra un aumento de los casos de endocarditis bacteriana entre personas con hepatitis C en EE UU

Jordi Piqué
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Un diagnóstico de endocarditis infecciosa o cualquier infección bacteriana de la piel debería ser un indicador para ofrecer la prueba del VIH y de la hepatitis C

Los diagnósticos de endocarditis infecciosa, una infección bacteriana de las válvulas cardíacas potencialmente mortal, se han hecho más frecuentes en los últimos diez años entre las personas con infección por el virus de la hepatitis C (VHC) y aquellas que presentan un trastorno por consumo de opioides en EE UU; sin embargo, los casos se redujeron entre las personas con el VIH. Esta es la principal conclusión de un gran estudio estadounidense cuyos resultados se han publicado en la revista Clinical Infectious Diseases.

La endocarditis infecciosa es causada por bacterias que entran en el torrente sanguíneo, a menudo a través del uso de drogas inyectables, y puede provocar una insuficiencia cardíaca o un accidente cerebrovascular. Por otra parte, la endocarditis infecciosa es una causa frecuente de muerte entre las personas que se inyectan drogas.

Para investigar la prevalencia de endocarditis infecciosa, un equipo de investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) analizaron las bases de datos de seguros tanto privados como de salud pública (Medicaid) para encontrar casos de endocarditis infecciosa entre 2007 y 2017. Utilizaron las bases de datos para realizar estimaciones de incidencia ponderadas basadas en la población de EE UU para cada año desde 2007 hasta 2017. Las bases de datos incluyeron alrededor de 26 millones de personas aseguradas a través de seguros médicos de empresas para las que trabajaban y alrededor del 20% de las personas que reunían los requisitos necesarios para acceder a Medicaid, el seguro público para personas de bajos ingresos, los ancianos y las personas con discapacidad.

Se estimó una incidencia anual de endocarditis infecciosa de 13,1 casos por cada 100.000 personas en 2007 y 13,8 casos por cada 100.000 personas en 2017 en personas con seguro comercial, un aumento no significativo.

Se produjo un incremento de casos de endocarditis infecciosa en personas con hepatitis C (de 172,4 por 100.000 en 2007 a 238,2 por 100.000 en 2017, lo que representa un aumento anual del 3,2%), en personas con trastorno por consumo de opioides (de 199,5 por 100.000 en 2007 a 357,1 por 100.000 en 2017, lo que representa un aumento anual del 5,7%), así como en personas jóvenes de 18 a 29 años de edad (6,6% anual) y en zonas rurales (2,7% anual).

Este aumento de casos parece producirse en paralelo a la actual crisis nacional de opioides en EE UU, señalaron los investigadores.

Los casos de endocarditis infecciosa disminuyeron en las personas con VIH, de 148 por 100.000 a 112 por 100.000, una disminución anual del 4,3%.

La endocarditis infecciosa puede prevenirse mediante el uso de un equipo de inyección estéril y la higiene de las manos. Existen números documentos comunitarios donde se explican a las personas usuarias los métodos para reducir el riesgo de infección bacteriana a través de la inyección de drogas.

Los programas de reducción de daños que proporcionan el acceso a equipos de inyección estériles, incluyendo agujas y jeringuillas, cazoletas, filtros y agua, así como algodón con alcohol para limpiar el punto de inyección y el lavado de manos para minimizar la contaminación bacteriana pueden ayudar a prevenir la endocarditis bacteriana. Estos programas también tienen el potencial de proporcionar tratamiento para infecciones bacterianas menores de la piel y educar a las personas usuarias del servicio sobre la prevención de infecciones bacterianas.

Solamente al 8% de las personas usuarias de drogas inyectables en EE UU que se presentaron para recibir atención médica se les ofreció una prueba de cribado de la hepatitis C entre 2010 y 2017, y las personas que recibieron atención médica por infecciones bacterianas de la piel o endocarditis tenían significativamente menos probabilidades de hacerse dicha prueba.

Concluyen los investigadores señalando que un diagnóstico de endocarditis infecciosa o cualquier infección bacteriana de la piel debería hacer que los proveedores de atención médica ofrecieran la prueba del VIH y de la hepatitis C, así como facilitar un tratamiento entre las diferentes opciones terapéuticas para el trastorno por uso de sustancias, incluyendo el tratamiento de sustitución con opioides.

Fuente: Infohep / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Wong CY et al. Infective endocarditis among persons aged 18-64 years living with human immunodeficiency virus, hepatitis C or opioid use disorder, United States, 2007-2017. Clinical Infectious Diseases, advance online publication 9 April 2020. https://doi.org/10.1093/cid/ciaa372

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