EASL 2012: Estudio COME: el impacto social de las enfermedades hepáticas crónicas

Mònica Puig
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El uso de tratamientos más eficaces comportaría una reducción del gasto sanitario

En el marco del 47 Encuentro Anual de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL 2012), celebrado la semana pasada en Barcelona (España), se han presentado los resultados del estudio COME, que señalan que en la Unión Europea las enfermedades hepáticas crónicas (EHC) suponen un gasto elevado para los sistemas sanitarios públicos.

Existe muy poca información relativa al coste real de las enfermedades hepáticas crónicas. La aprobación, el año pasado, de los dos primeros nuevos fármacos orales contra la hepatitis C, por ejemplo, ha supuesto el inicio de una nueva era en el tratamiento de esta enfermedad, con un aumento en la tasa de curación, que se irá incrementando a medida que los muchos compuestos que se encuentran en la actualidad en diferentes fases de su desarrollo vayan demostrando su seguridad y eficacia. Para valorar si estos nuevos tratamientos, que supondrán un coste elevado para los sistemas sanitarios, son coste-efectivos resulta crucial conocer, en primer lugar, cuál es el impacto económico real de las enfermedades hepáticas crónicas.

Es en este contexto que los investigadores deciden realizar este estudio, con el objetivo de evaluar los costes directos (médicos y no médicos), la pérdida de productividad (días de trabajo/estudio/realización de actividades diarias) y la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) en pacientes con enfermedad hepática crónica.

Mediante este estudio naturalístico, multicéntrico y retrospectivo del coste de la enfermedad, se evaluaron los gastos realizados durante los seis meses anteriores a la inscripción en el estudio desde una perspectiva comunitaria (por ejemplo, terceros pagadores de la asistencia sanitaria, pacientes, sus familiares cuidadores). Los costes directos incluyen gastos no médicos (viajes/alojamiento, pagos a cuidadores formales) y gastos médicos: fármacos convencionales y tratamientos no convencionales (por ejemplo, homeopatía, hierbas medicinales, vitaminas, etc.), hospitalizaciones relacionadas con la hepatopatía, visitas médicas ambulatorias y pruebas diagnósticas. La pérdida de productividad se midió para pacientes y cuidadores. Los resultados se expresan como euros/paciente-mes (costes directos)  y días/paciente-mes (pérdida de productividad).

La calidad de vida relacionada con la salud de los pacientes se evaluó con el cuestionario EQ-5D (instrumento genérico de medición en el que el propio paciente valora su estado de salud), y los resultados se expresaron, por un lado, con el porcentaje de pacientes con problemas y, por otro, con la puntuación media ± desviación estándar (DE) obtenida en la escala analógica visual del propio cuestionario.

En el estudio se inscribieron 1.088 pacientes, el 62% de los cuales eran hombres, con una edad comprendida entre los 19 y 90 años (mediana= 60). El 31,8% tenía hepatitis C; el 20,4% cirrosis; el 20,3% hepatitis B; el 11,9% había recibido un trasplante de hígado (TH); el 7,8% presentaba carcinoma hepático (CH); y el 7,8% tenía otras enfermedades (colestasis, esteatohepatitis no alcohólica, etc.).

A escala global, el gasto directo medio por enfermedad hepática en la Unión Europea fue de 664,77 euros/paciente-mes. Las hospitalizaciones supusieron el 50,6% de los gastos directos; el tratamiento el 41,2%; las visitas ambulatorias el 2,7%, y los gastos no médicos el 5,5%.

Los pacientes y sus familiares cuidadores perdieron 1,15 días/paciente-mes de productividad. Tanto los gastos directos como los indirectos fueron en promedio más bajos en pacientes con hepatitis (258 euros/paciente-mes y 0,5 días/paciente-mes); aumentaron  en pacientes con cirrosis (494 euros/paciente-mes y 1,73 días/paciente-mes) y con carcinoma hepático (1.224 euros/paciente-mes y 1,75 días/paciente-mes) y entre pacientes sometidos a trasplante de hígado (2.629 euros/paciente-mes y 2,99 días/paciente-mes).

En cuanto a la calidad de vida relacionada con la salud, el 23,8% de los pacientes comunicó problemas a la hora de caminar; el 13,7%, dificultades con el cuidado personal; el 28,7%, apuros en la realización de las actividades cotidianas, el 37,5% padecía dolor/malestar y el 46,3% alegaba ansiedad/depresión.

La media ± DE obtenida en la escala analógica visual fue de 69,1 ± 20,8, sin diferencias relevantes entre los subgrupos de pacientes.

A la vista de los resultados, los investigadores concluyen que las enfermedades hepáticas crónicas producen elevados costes al sistema sanitario, que van aumentando a medida que la hepatopatía del paciente va empeorando. Esto, unido al hecho de que las enfermedades del hígado constituyen un problema creciente en todo el mundo, subraya la importancia del uso de tratamientos eficaces, que mejoren la salud de los pacientes y, en consecuencia, reduzcan los costes directos e indirectos relacionados con estas enfermedades. Asimismo, pone en evidencia la necesidad de que las autoridades sanitarias inviertan más recursos en acciones preventivas, como por ejemplo el cribado de las hepatitis víricas, la vacunación contra las hepatitis A y B, la reducción del consumo de alcohol y en la lucha contra la obesidad.

Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Fagiuoli S, et al. Societal burden in patients with Chronic Hepatic Diseases: the COME study results. 47th Annual Meeting of the European Association for the Study of the Liver (ESAL), April 18-22, 2012, Barcelona. Abstract.

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