Disminuir el consumo de metanfetamina mejora los síntomas depresivos en las personas con el VIH

Marta Villar
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Un estudio estadounidense sostiene que las personas que utilizan drogas de manera habitual pueden mejorar su sintomatología depresiva sin llegar a la abstinencia total

Reducir el consumo de metanfetamina conlleva una mejoría de los síntomas depresivos en las personas con el VIH. La reducción del consumo de otras drogas, como la marihuana o la cocaína, también provocaría una mejoría en la sintomatología, pero de forma más sutil. Estos son los principales resultados de un estudio publicado a finales del pasado año en la revista JAIDS.

La metanfetamina (conocida popularmente como tina o crystal meth) es un fuerte estimulante del sistema nervioso central. Su uso a corto plazo puede mejorar el estado de ánimo, los niveles de energía y el estado de alerta; sin embargo, su uso a largo plazo puede provocar depresión y otros problemas de salud mental.

De hecho, la depresión y el uso de metanfetamina están estrechamente relacionados. Por un lado, las personas que experimentan depresión son más propensas a utilizar esta sustancia para aliviar sus síntomas y, por otro, las personas sin historia previa de depresión tienen más probabilidades de desarrollarla después de consumirla de manera regular.

Algunas personas que consumen metanfetamina y desean hacer un cambio en relación con su uso optan por la abstinencia total. Sin embargo, los síntomas que pueden experimentarse durante el periodo de abstinencia como la depresión, la irritabilidad y la fatiga intensa hacen que resulte muy complicado la deshabituación completa. Otra manera de reducir el impacto negativo es disminuir su consumo o las estrategias de sustitución que se basan en el uso de sustancias, medicamentos o actividades menos dañinas para la persona y que provocan efectos similares a los de la sustancia.

Un equipo de investigadores estadounidenses quiso evaluar el impacto del consumo reducido de drogas sobre los síntomas depresivos entre las personas con el VIH. Para ello contaron con los datos de 9.905 personas con el VIH atendidas en los centros hospitalarios pertenecientes a la cohorte de la Red de Centros para la Investigación del Sida. La mayoría de participantes (84%) eran hombres y el 40% reportó utilizar alguna sustancia al inicio del estudio. Un total de 728 participantes refirió utilizar cocaína/crack, 1.016 personas usaban sustancias de tipo, 290 opiáceos ilícitos y 3.277 cannabis.

A todos los participantes se les administró una adaptación de la prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco y sustancias (ASSIST, por sus siglas en inglés) y el cuestionario sobre la salud del paciente para evaluar la depresión (PHQ-9). Los cambios en la frecuencia del uso de sustancias se clasificaron como abstinencia, uso reducido y uso no reducido. 

A través de modelos mixtos lineales ajustados se examinaron las asociaciones entre los cambios en el uso de sustancias a nivel individual y los síntomas depresivos. A lo largo del tiempo se observó que tanto la reducción en el consumo de sustancias como la abstinencia se asociaron a mejorías en la sintomatología depresiva.

Los cambios en el uso de la metanfetamina se asociaron con las mayores mejorías en los síntomas depresivos. Mientras que la abstinencia total se asoció con una disminución promedio de 2,2 puntos en la escala PHQ-9 (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,8-2,7) en comparación con aquellas personas que no variaron su uso, la reducción de su consumo provocó una disminución media de 1,7 puntos ([IC95%]: 1,2-2,3).

Para las demás sustancias, el impacto de la abstinencia y la reducción de su uso sobre la sintomatología depresiva fue más sutil. La abstinencia total de cannabis disminuyó la puntuación media de síntomas depresivos en 0,5 puntos mientras que su reducción provocó una disminución de 0,4 puntos. Dejar de consumir cocaína/crack disminuyó la puntuación de los síntomas depresivos en 0,8 puntos y la reducción de su uso no provocó una disminución significativa de las puntuaciones de depresión. Detener o reducir el uso de opiáceos tampoco tuvo resultados estadísticamente significativos.

Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto que tanto la reducción del uso de ciertas sustancias como su abstinencia se asocian a mejoras en los síntomas depresivos a lo largo del tiempo lo que ofrece diferentes opciones a las personas que desean cambiar sus hábitos de consumo.

Fuente: Betablog/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Delaney, J.A. and colleagues. Brief Report: Reduced Use of Illicit Substances, Even Without Abstinence, Is Associated With Improved Depressive Symptoms Among People Living With HIV. JAIDS, November, 2018.

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