IAS 2015: La terapia de sustitución de opiáceos ofrece grandes beneficios a personas usuarias de drogas intravenosas con VIH

Miguel Vázquez
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Dos estudios revelan que cuando estas personas recibían terapia de sustitución presentaban un mayor grado de vinculación con los servicios clínicos y, además, las tasas de fallecimientos fueron menores que si solo tomaban tratamiento antirretroviral

Proporcionar terapia de sustitución de opiáceos junto con la terapia antirretroviral a las personas usuarias de drogas intravenosas consigue reducir en gran medida las tasas de mortalidad respecto al uso de cualquiera de las dos intervenciones de forma aislada, según un estudio realizado en la Columbia Británica (Canadá) cuyos resultados fueron presentados en la VIII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH (IAS 2015). En el encuentro también se presentaron los resultados de un estudio ucraniano que descubrió que las personas que recibían terapia de sustitución de opiáceos estaban más vinculadas con los servicios de atención del VIH. Estudios previos habían revelado que la terapia de sustitución favorecía un aumento de la adherencia al tratamiento antirretroviral (véase La Noticia del Día 20/04/2015).

La terapia de sustitución de opiáceos está recomendada por la Organización Mundial de la Salud como un elemento fundamental de las intervenciones de reducción de daños y atención médica que deberían ofrecerse a las personas usuarias de drogas inyectables que reciben un diagnóstico de VIH. A pesar de ello, la cobertura a nivel mundial es muy baja (en torno al 3% según un reciente sondeo realizado en 21 países) y muchos países se muestran muy reticentes a implementar esta medida a pesar de sus evidentes beneficios.

La terapia de sustitución de opiáceos puede reducir los daños relacionados con el consumo de drogas al reducir el riesgo de que se produzcan sobredosis, reducir la exposición a enfermedades relacionadas con la inyección (como infecciones bacterianas o hepatitis C, por ejemplo), ofrecer un elemento de estabilidad a las personas usuarias que les permite abordar otros problemas de salud y permitir un tratamiento más integral del abuso de drogas.

En el estudio de la Columbia Británica se recurrió a una base de datos de una cohorte de personas usuarias de drogas intravenosas con VIH que recibieron atención médica entre 1996 y 2010 para examinar el impacto de la terapia de sustitución de opiáceos y la terapia antirretroviral (de forma aislada y combinada) sobre la mortalidad en esta población. La cohorte estaba compuesta por 1.727 personas usuarias de drogas inyectables, de las que el 28,5% falleció a lo largo de un periodo mediano de seguimiento de 5,1 años. En la mayor parte de los casos (55%), la causa del fallecimiento fueron problemas relacionados con el VIH, pero un elevado porcentaje murió por causas relacionadas con el consumo de drogas (18%).

El análisis de los datos reveló que la terapia de sustitución redujo en un 80% el riesgo de fallecimiento por una causa relacionada con VIH, no disminuyó de forma significativa el riesgo de muerte debido al consumo de drogas. Por su parte, la terapia antirretroviral redujo el riesgo de muerte relacionada con VIH y también el riesgo de fallecimiento asociado al consumo de drogas. Sin embargo, el mayor impacto sobre la mortalidad provino del uso conjunto de ambas intervenciones, observándose una reducción de entre el 86% y el 94% en el riesgo de fallecimiento.

Por otro lado, en Ucrania se realizó un estudio transversal en nueve hospitales especializados en VIH en 2010. Para el análisis, se dispuso de datos de 296 personas con VIH calificadas como dependientes de opiáceos, de las que dos tercios estaban recibiendo terapia de sustitución.

El equipo de investigadores comprobó que el hecho de recibir terapia de sustitución de opiáceos se relacionó con menos casos declarados de inyección de drogas en los 30 días previos, un uso significativamente menor de estimulantes o de más drogas y un gasto muy inferior en drogas en el mes anterior.

La terapia de sustitución de opiáceos se relacionó también con un número significativamente menor de visitas a urgencias en los seis meses anteriores, un menor número de síntomas relacionados con VIH, unas puntuaciones más elevadas en las escalas de calidad de vida y una mejor autoevaluación de la salud mental y física.

Las personas que recibían atención médica y tomaban terapia de sustitución de opiáceos tendieron a haberse realizado pruebas de CD4 y de tuberculosis más recientemente. También se observó una mayor aceptación de la terapia antirretroviral, aunque esta asociación no fue estadísticamente significativa.

Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Bachireddy C et al. The effect of opiate substitution therapy on healthcare utilization and engagement among HIV-infected people who inject drugs in Ukraine. Eighth International AIDS Society Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention, Vancouver, abstract MOPDD0101, 2015. 

Nosyk B et al. The effects of opioid substitution treatment and highly active antiretroviral therapy on the cause-specific risk of mortality among injection drug using people living with HIV/AIDS.  Eighth International AIDS Society Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention, Vancouver, abstract MOPDD0102.

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