A pesar de los avances en tratamiento y prevención, una vacuna frente al VIH es una herramienta fundamental para luchar contra la pandemia y abordar las necesidades de los grupos en situación de vulnerabilidad frente al VIH
El pasado 18 de mayo, con motivo del Día Mundial de la Vacuna contra el Sida, un grupo de parlamentarios europeos hizo pública un comunicado titulado “Es hora de poner fin al sida: Por qué la Unión Europea debería financiar la búsqueda de una vacuna frente al VIH”, donde hacen un llamamiento a que Europa redoble su inversión en investigación y desarrollo para acelerar la disponibilidad de una vacuna preventiva frente a dicha infección.
El avance experimentado en el tratamiento antirretroviral ha permitido que las personas con el VIH puedan aumentar su expectativa de vida (véase La Noticia del Día 01/02/2022), así como de la calidad de la misma a pesar de la infección. Del mismo modo, el hecho de recibir tratamiento y mantener una carga viral indetectable se traduce en que el VIH ya no pueda transmitirse a otras personas durante las relaciones sexuales sin protección (lo que se conoce como ‘Indetectable es igual a intransmisible’). No obstante, a pesar de que la eficacia de este tratamiento es innegable, presenta un elevado coste por persona que puede resultar difícil de asumir especialmente para países con pocos ingresos.
Por otro lado, la implementación de nuevas medidas preventivas, como la profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP), ha supuesto un hito significativo tanto en Europa como en el resto del mundo. Sin embargo, es importante destacar que el acceso a esta herramienta preventiva sigue siendo limitado. Las desigualdades en el VIH afectan de forma desproporcionada a determinadas zonas, como Europa del Este, y se dejan sentir sobre todo en poblaciones en situación de vulnerabilidad, como inmigrantes, personas trabajadoras del sexo, personas usuarias de drogas y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Estas disparidades se manifiestan en la falta de disponibilidad, el elevado coste o la falta de acceso a pruebas y herramientas de prevención, como la PrEP.
Teniendo en cuenta estas cuestiones, el grupo de eurodiputados que impulsa esta iniciativa destaca que conseguir la inmunización frente al VIH constituye un factor clave para proteger la salud pública y reducir la morbilidad y la mortalidad asociadas a esta infección. Además, disponer de una vacuna preventiva accesible para toda la población aporta ventajas al tejido social y económico de las naciones y contribuye a aliviar la carga de los sistemas sanitarios.
La incidencia del VIH en la región europea puede resultar menos alarmante que la que se registra en las regiones más afectadas por el VIH, como el África subsahariana, pero de todos modos tiene un impacto significativo no solo sobre los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables, sino también sobre la economía de los distintos países de la región.
El texto recoge distintos motivos por los que, a juicio de los firmantes, Europa debería aumentar sus esfuerzos en la investigación de una vacuna frente al VIH. En primer lugar, apuntan que estas vacunas contribuirían de forma natural a controlar la pandemia en el continente, no solo desde el punto de vista de la prevención, sino también porque las vacunas frente al VIH pueden resultar clave en la búsqueda de soluciones que permitan la curación y remisión del virus.
También señalan que cabe esperar que esta investigación en vacunas frente al VIH traiga consigo una gran mejora de la salud pública, no solo en aspectos relacionados directamente con el VIH, sino también en relación con otras enfermedades infecciosas, como quedó demostrado en el caso de la COVID-19, en el que el rápido desarrollo de una vacuna contra esta infección respiratoria se benefició del avance técnico existente en el ámbito de las vacunas frente al VIH. Esta investigación en vacunas frente al VIH contribuye a mejorar la infraestructura y la colaboración necesarias para poder hacer frente a otros retos en salud.
Por último, los autores destacan que el desarrollo y la distribución de una vacuna eficaz frente al VIH ofrece la posibilidad de mejorar la equidad en salud a nivel mundial, ya que garantizaría que todas las personas, independientemente de su estatus socioeconómico o ubicación geográfica, puedan acceder a esta herramienta, sin dejar a nadie atrás. Además, disponer de una vacuna frente al VIH serviría para brindar mayor protección a las poblaciones vulnerables, contribuyendo a la lucha contra el estigma y la discriminación relacionados con el VIH. Europa podría contribuir a todo esto, lo cual tendría un impacto a nivel mundial, más allá de sus propias fronteras.
A través de su Estrategia de Salud Mundial, la Unión Europea se compromete a consolidar su liderazgo mundial en materia de salud. Esto incluye abordar las causas de la mala salud, enfocarse en las poblaciones vulnerables y promover un mecanismo para el desarrollo y acceso equitativo a las vacunas. Por todo esto, los autores del texto consideran crucial para Europa invertir en investigación y desarrollo para conseguir una vacuna frente al VIH como la mejor opción para poner fin a esta amenaza, proteger la salud pública, fomentar el bienestar individual y promover la equidad.
Fuente: Health Policy Watch/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia:Comunicado con Motivo del Día Internacional Vacuna frente al Sida. It’s Time to End AIDS: Why EU Should Fund Search for HIV Vaccine
