El cribado del cáncer anal en personas con el VIH mejoraría las tasas de supervivencia

Francesc Martínez
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Dicho cribado no debería limitarse únicamente a hombres gais, ya que los beneficios se extenderían también a otros grupos de personas seropositivas

Un estudio neerlandés publicado en Lancet HIV ha concluido que el cribado de cáncer anal en personas con el VIH lograría mayores tasas de detección precoz y de supervivencia. Los beneficios del cribado no se observarían únicamente en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH), sino que las mujeres y los hombres heterosexuales también se verían beneficiados por dicha estrategia preventiva.

La incidencia de cáncer anal en personas con el VIH es alta, especialmente en el caso de los hombres GBHSH (véase La Noticia del Día 05/07/2022). El cribado y el tratamiento de lesiones precursoras de dicho cáncer son herramientas que podrían ayudar a reducir las tasas de morbimortalidad por cáncer anal en personas con el VIH. Bajo esta hipótesis, los autores del presente estudio examinaron las tendencias de incidencia de cáncer anal y mortalidad por dicha causa en personas con el VIH de una cohorte neerlandesa. Cabe destacar que en los Países Bajos se implantó un programa de cribado desde el año 2007, por lo que en el presente estudio también se pudieron evaluar sus efectos.

El estudio, de tipo observacional, contó con la participación de los integrantes de la cohorte de personas con el VIH ATHENA, que tiene ámbito nacional en los Países Bajos. El periodo evaluado abarcó desde enero de 1996 hasta diciembre de 2020 y se evaluaron tanto la incidencia de cáncer anal como la mortalidad, ya fuera por dicha causa o por cualquier causa.

En un total de 29.175 personas con el VIH incluidas en el estudio (de las cuales el 59,7% eran GBHSH) se diagnosticaron 227 casos de cáncer anal.

A pesar de que la edad promedio de la cohorte fue aumentando –factor de riesgo de desarrollar cáncer anal–, las tasas de incidencia globales fueron disminuyendo con el tiempo: pasaron de 107 casos por cada 100.000 persona-años de seguimiento (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 75,7-147,0) durante el periodo 1996-2005 a 93,7 casos por cada 100.000 persona-años de seguimiento (IC95%: 75,3-115,0) en el periodo 2013-2020, aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa (p= 0,49).

Las tasas de incidencia de cáncer anal en hombres heterosexuales y en mujeres fueron menores a las observadas en hombres GBHSH, aunque en estos dos grupos se encontró un ligero aumento de la incidencia –no estadísticamente significativo– entre los dos periodos analizados. Dicha incidencia en hombres heterosexuales fue de 51,8 casos por cada 100.000 persona-años de seguimiento (IC95%: 20,5-105,2) en el periodo 1996-2005 y de 67,8 casos por cada 100.000 persona-años de seguimiento (IC95%: 40,8-105,9) en el periodo 2013-2020 (p= 0,52). En mujeres, la incidencia fue de 8,1 casos por cada 100.000 persona-años de seguimiento (IC95%: 0,2-45,1) en el periodo 1996-2005 y de 24,9 casos por cada 100.000 persona-años de seguimiento (IC95%: 10,0-51,4) en el periodo 2013-2020 (p= 0,29).

A partir de estos datos globales, los investigadores pudieron evaluar distintos factores de riesgo, aunque se centraron exclusivamente en hombres GBHSH por ser el grupo mayoritario y en el único que probablemente iban a ser capaces de obtener relaciones estadísticamente significativas por ser el que contaba con más integrantes.

La tasa de incidencia de cáncer anal ajustada por la edad en hombres GBHSH fue significativamente inferior en el periodo 2013-2020 a la observada en el periodo 1996-2005 (razón de tasas de incidencia: 0,62; IC95%: 0,41-0,92). Los factores principalmente asociados a dicho hallazgo fueron una caída en las tasas de tabaquismo, unos mayores niveles de CD4 y una menor carga viral.

El 23% de los hombres GBHSH incluidos en el estudio participaron en el programa de cribado de cáncer anal. El estadiaje de los tumores fue significativamente más favorable entre aquellos hombres GBHSH que fueron diagnosticados a través de programas de cribado que entre quienes lo fueron en otros contextos (p= 0,033).

La mortalidad a 5 años asociada a cáncer anal disminuyó –aunque la diferencia no llegó a alcanzar dimensiones estadísticamente significativas– entre los participantes desde el 30,4% en el periodo 1996-2005 hasta el 18,3% en el periodo 2013-2020 (p= 0,07).

Dicha mortalidad asociada a cáncer anal fue significativamente inferior (p= 0,023) en hombres que participaron en programas de cribado (3,7%) a la observada en hombres que no participaron en dichos programas (24,0%). De hecho, tras un análisis multivariable, los dos únicos factores independientemente asociados a una mayor o menor mortalidad por cáncer anal fueron la participación en programas de cribado, factor preventivo (cociente de riesgos instantáneos [HR, en sus siglas en inglés]: 0,31; p= 0,05) y la exposición acumulada a recuentos de CD4 inferiores a 200 células/mm3, factor que aumentó el riesgo (HR: 1,11 por año de exposición; p= 0,0022).

Los resultados del presente estudio muestran que la incidencia de cáncer anal en personas con el VIH ha ido disminuyendo con el tiempo entre hombres GBHSH y ha experimentado un aumento progresivo en mujeres y hombres heterosexuales. Dado el impacto favorable derivado de los programas de cribado entre GBHSH sobre las tasas de mortalidad por dicho cáncer, parece importante extender dichos programas al resto de personas con el VIH.

Fuente: Medpage Today / Elaboración propia (gTt).

Referencia: van der Zee RP, Wit FWNM, Richel O, et al. Effect of the introduction of screening for cancer precursor lesions on anal cancer incidence over time in people living with HIV: a nationwide cohort study [published online ahead of print, 2023 Jan 11]. Lancet HIV. 2023;S2352-3018(22)00368-X. doi:10.1016/S2352-3018(22)00368-X

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