Crean retinas en el laboratorio a partir de células madre

Xavier Franquet
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Este importante hallazgo abre esperanzas para el tratamiento de algunos tipos de ceguera

Los problemas oculares son frecuentes entre las personas con VIH. Si bien en muchos casos suelen ser leves o pasajeros, también se dan complicaciones que pueden alcanzar cierta gravedad e incluso desembocar en ceguera si no son tratadas con éxito. El daño y la destrucción de la retina fue una causa común de pérdida de la visión entre personas con sida a finales del siglo XX, en la era previa a la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA). La retinitis por el virus herpes zóster que causa la varicela y la retinitis por citomegalovirus (CMV) constituyen dos ejemplos de infecciones que pueden desarrollarse cuando el sistema inmunitario está muy dañado, con recuentos de CD4 por debajo de las 100 células/mm3.

El desprendimiento de retina debido a la infección por CMV causó ceguera en uno o ambos ojos en un importante número de personas con sida en aquellos tiempos, algunas de las cuales siguen hoy con vida. Aunque en menor medida, actualmente se siguen produciendo casos de infección por citomegalovirus entre pacientes que reciben su diagnóstico en una fase avanzada de la enfermedad.

El hallazgo, publicado el pasado 6 de abril en la edición digital de la revista Nature, da esperanzas a aquellas personas que, por esta u otras causas, han perdido la visión por un daño irreparable en la retina. Un equipo de investigadores del Centro Riken para la Biología del Desarrollo de Kobe (Japón) ha conseguido un gran avance científico, pues, a partir de células madre embrionarias de ratón, ha conseguido en el laboratorio el tejido biológico más complejo jamás creado.

La retina es un tejido sensible a la luz, situado en la superficie interior del ojo. Es similar a una pantalla donde se proyectan las imágenes. Tiene una estructura compleja y está formada por varias capas de neuronas de distintos tipos, interconectadas de manera muy sofisticada. La luz que incide en la retina desencadena una serie de fenómenos químicos y eléctricos que se traducen en impulsos nerviosos, los cuales son enviados hacia el cerebro a través del nervio óptico.

El órgano creado en el laboratorio es de una complejidad que sorprende a los propios científicos, que ya habían ensayado anteriormente el desarrollo de varios tipos de células y mejorado los medios de cultivo para su crecimiento y diferenciación. Para hacer una retina en una placa de Petri, este equipo de investigadores hizo crecer células madre embrionarias de ratón en una solución nutritiva con proteínas que sirvió para que estas células se convirtieran en células de la retina. También añadieron un gel de proteínas para estabilizar el tejido.

Al cabo de una semana, ya se pudo ver la formación de una estructura que se observa en las primeras fases del desarrollo del ojo y que se conoce con el nombre de vesícula óptica. Tal como ocurre en un embrión, durante los dos días siguientes la vesícula óptica de laboratorio se dobló sobre sí misma para formar una copa óptica con su característica forma parecida a una copa de coñac, con doble epitelio y las células apropiadas.

El siguiente paso consiste en probar su funcionalidad. El investigador principal, Yoshiki Sasai, explica que ahora están probando si esta retina capta la luz y transmite los impulsos al cerebro del ratón, lo que parece muy probable, puesto que el resultado de estudios anteriores sugiere que pueden trasplantarse retinas embrionarias a roedores adultos.    

El equipo de científicos japonés estima que, en menos de dos años, podrían trasladarse estos resultados a experimentos con células humanas. Cuándo y en qué grado podrán beneficiarse de estos avances los pacientes, y muy específicamente las personas con VIH, es algo imposible de prever. De todas formas, antes de que los trasplantes puedan ser una realidad, la creación de retinas humanas serviría para poder experimentar con nuevos tratamientos y terapias genética dirigidos a combatir las enfermedades que afectan a esta membrana interior del ojo.

Fuente: Nature / Elaboración propia.

Referencia: Callaway E. Stem cells make ‘retina in a dish’. Nature News (6 April 2011), doi:10.1038/news.2011.215 News. 

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