El 79% de las infecciones de transmisión sexual detectadas durante el seguimiento de la PrEP serían asintomáticas

Francesc Martínez
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El hallazgo podría hacer replantear los intervalos de cribado de dichas infecciones entre usuarios de PrEP en algunas estrategias nacionales

Un estudio neerlandés publicado en Sexually Transmitted Infections ha hallado que el 79% de las infecciones de transmisión sexual (ITS) detectadas durante el programa de seguimiento de los usuarios de la profilaxis preexposición (PrEP, en sus siglas en inglés) frente al VIH. También hallaron que el 52% de dichas infecciones seguirían no diagnosticadas ni tratadas durante un mínimo de tres meses adicionales si las pruebas de cribado de ITS se realizaran cada 6 meses.

Antes de la llegada de los programas de PrEP, el cribado de ITS estaba principalmente vinculado a la aparición de sintomatología o al cribado regular –que, en promedio, se realiza dos veces al año– de la infección por el VIH en poblaciones más vulnerables a dicho virus, tales como los hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH). Las guías de práctica clínica recomiendan el cribado de ITS en el contexto de la PrEP cada 3 meses, lo que ha hecho aflorar muchas infecciones, mayoritariamente asintomáticas, que hubieran permanecido no detectadas y no tratadas –y con un alto riesgo de ser transmitidas- en caso de haber espaciado más las pruebas de cribado.

Sin embargo, también hay argumentos en contra del cribado trimestral, principalmente siguiendo criterios económicos de coste-efectividad –ya que los beneficios si solo se tiene en cuenta la parte médica son indiscutibles–. Así, un estudio de coste-efectividad realizado por el mismo equipo de investigadores neerlandeses halló que un cribado de ITS semestral en vez de trimestral, aunque evitaría 18.250 infecciones por gonorrea o clamidia, dispararía el coste por año de vida ganado ajustado por calidad de vida (QALY, en sus siglas en inglés) hasta los 430.000€ (se considera que una intervención es coste-efectiva si este indicador no supera el umbral de los 20.000€).

Para arrojar más luz a este asunto, los autores del presente estudio analizaron los casos de clamidia, gonorrea y sífilis diagnosticadas en los participantes en el programa piloto de implementación de la PrEP en los Países Bajos.

Un total de 366 participantes (364 hombres GBHSH y 2 mujeres trans) fueron incluidos entre agosto de 2015 y mayo de 2016 y participaron en el estudio. Sus datos fueron analizados hasta febrero de 2020 para que no se solaparan en los resultados los efectos de la pandemia por COVID-19.

Entre todos los participantes acumularon 4.974 visitas de cribado de ITS, lo que arrojó un promedio de una visita de seguimiento cada 3 meses.

En este periodo se diagnosticaron 1.183 ITS durante 1.303 persona-años de seguimiento, lo que supuso una tasa de incidencia de 91 casos por cada 100 persona-años de seguimiento. Hasta un 79% de las ITS diagnosticadas eran asintomáticas.

Si se agruparan diversas ITS diagnosticadas en una misma visita como un “evento diagnóstico”, entonces se habrían producido 855 eventos diagnósticos, de los que el 81% fueron asintomáticos.

La ITS más diagnosticada fue gonorrea (458 casos, el 77% de los cuales asintomáticos), seguida por clamidia (427 casos, el 83% de los cuales asintomáticos) y sífilis (105 casos, el 75% de los cuales asintomáticos)

El 8% de los casos diagnosticados de clamidia asintomática fueron de la variante que causa el linfogranuloma venéreo.

Si las pruebas se hubieran realizado cada seis meses en vez de cada 3, el diagnóstico del 52% de las infecciones asintomáticas detectadas se habría retrasado hasta un mínimo de 3 meses adicionales.

Entre los participantes con ITS asintomáticas que podrían haber visto retrasado su diagnóstico, el 53% tuvieron relaciones sexuales sin preservativo durante el trimestre siguiente al diagnóstico y podrían, por tanto, haber transmitido dichas infecciones. El programa de cribado permitía realizar pruebas también a solicitud del participante –fuera de las visitas acordadas–. Ello generó 776 visitas que diagnosticaron 139 ITS adicionales. El hecho de añadir dichas visitas reduciría el porcentaje de ITS asintomáticas, que aun así supondrían el 65% del total.

Entre los factores que influyeron en el riesgo de ITS se encontraban las relaciones sin preservativo con personas conocidas (aumento del riesgo del 36%), las relaciones sin preservativo con desconocidos (aumento del riesgo del 86%) y el chemsex (aumento del riesgo del 51%). El 27% de los participantes que tomaba PrEP a demanda presentó un menor riesgo que ITS que aquellos con PrEP de toma diaria. La edad también jugó un papel importante en el riesgo de ITS, con una disminución del 14% en su incidencia por cada aumento en la edad de 10 años.

Los resultados del presente estudio muestran que el cribado trimestral de ITS entre usuarios de PrEP permitiría detectar numerosos casos asintomáticos de ITS. Aunque algunos de ellos remitirían espontáneamente, el papel que el cribado trimestral acabe teniendo sobre las cadenas de transmisión de las ITS será probablemente muy significativo. En caso que se planteara una reducción de la frecuencia de cribado por motivos económicos o un aumento de dicha frecuencia por motivos médicos, sería interesante que se tuvieran en cuenta los factores de riesgo identificados en el presente estudio de cara a establecer la priorización de los usuarios.

Fuente:Aidsmap / Elaboración propia (gTt).

Referencia:Jongen VW et al. Can we screen less frequently for STI among PrEP users? Assessing the effect of biannual STI screening on timing of diagnosis and transmission risk in the AMPrEP Study. Sexually Transmitted Infections, online ahead of print, 18 May 2022 (open access). http://www.doi.org/10.1136/sextrans-2022-055439

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